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¿Pongo baterías?

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Es la pregunta del millón. El autoconsumo solar fotovoltaico sigue creciendo a buen ritmo. Se ha ralentizado en 2023 (los crecimientos de 2021 y 2022 han sido extraordinarios), pero su velocidad de crucero sigue siendo más que notable. La ciudadanía tiene claro que producir electricidad en el tejado de casa es ya, en el corto-medio plazo, un buen negocio, rentable. Pero la electricidad que genera una placa solar depende... del Sol. Y no siempre es de día. Así que el paso siguiente en la ruta de la soberanía energética (soberanía personal) es la batería. Hemos preguntado a nueve voces del sector si ha llegado ya (o no) el momento de las baterías. Esto es lo que nos han contado.
¿Pongo baterías?

Uno. “Los datos obtenidos sobre autoconsumo en 2022 corroboran la madurez del sector: el año pasado se instalaron 2.507 megavatios de nueva potencia de autoconsumo, lo que supuso un incremento del 108% respecto a 2021. Además, en 2022, en España, se incrementó el almacenamiento detrás del contador en instalaciones de autoconsumo en 1.382,84 MWh”. Lo dijo, el pasado mes de junio, en el marco de la III Cumbre nacional de Autoconsumo y Comunidades Energéticas, Rafael Benjumea, el presidente de la Unión Española Fotovoltaica.

Y dos. Aunque cada vez hay más baterías... las baterías siguen siendo caras. Es el lema, sentencia, que preside cualquier conversación sobre el particular, y lo que nos han contado además unas cuantas de las fuentes consultadas. Hemos hablado con las patronales del sector (UNEF y la Asociación de Empresas de Energías Renovables, APPA), hemos hablado con distribuidores, con instaladores, con cooperativas... Y todos vienen a coincidir (en mayor o menor medida) en dos ítems: (1) el momento de las baterías está al llegar... (y 2) pero. Tan escueto como eso.

Miguel Adell, director general de la ingeniería–instaladora Contigo Energía, lo tiene muy claro: “las baterías físicas tienen enormes ventajas, pero tienen un precio. Y ese es el principal inconveniente, que todavía son caras. Y, si te pones muy matemático y muy ingeniero y haces el Excel, pues los números no te salen”.

¿Y qué podemos hacer pues?, pregunto. Adell propone la batería virtual, que grosso modo viene a ser una especie de monedero en el que la comercializadora te guarda (convertidos en dinero) los kilovatios hora que no autoconsumiste porque no estabas en casa, dinero que luego te resta de la factura (la batería virtual la explicamos con detalle aquí).

“Son complementarias. La batería virtual no te cuesta nada, por decirlo de alguna manera. Únicamente tienes que estar con una comercializadora que te lo ofrezca” (Contigo Energía la ofrece). La otra vía de acceso a las baterías son las ayudas. “En el caso del autoconsumo creo que las subvenciones no son necesarias; yo me decanto más por un sistema de incentivos de carácter fiscal, por ejemplo. En el caso de las baterías sin embargo sí que considero que son necesarias”.

Un producto muy trabajado
“La batería virtual es un producto comercial que han trabajado muy bien las empresas que lo ofrecen –dice Roger Pasola, responsable del área de Almacenamiento en UNEF–. Es una hucha donde puedes ir guardando, en forma de dinero (una especie de monedero virtual), tus excedentes. Y puede ser un complemento a tu batería física. Porque, mira, te pones una batería pequeña, que no son tan caras, y si todavía tienes excedentes, pues te haces esa batería virtual con tu comercializadora”.

Pero la virtual no sustituye a la física. “Quien se esté preguntando si se pone o no batería, que no crea que una batería virtual viene a sustituir a la física”. Una batería física “se queda en tu casa 10-12 años, la tienes ahí –dice Pasola– y te beneficias de todo lo que hace. La batería virtual te beneficiará en la medida en que tu comercializadora te siga ofreciendo ese contrato, y eso puede cambiar en cualquier momento, no tanto por la comercializadora como por el regulador, la CNMC, OMIE”.

¿Y del precio? De la física, me refiero.

“Asumible por parte de algunos consumidores. Y no son pocos, pero quizá no están tomando la decisión por un criterio de máxima rentabilidad, sino por otros criterios. Existe máxima rentabilidad en un contexto en el que hay ayudas al autoconsumo y también para las baterías, que las ha habido a lo largo de este último año y medio, y que se acaban en diciembre”.

Pasola pone algunos números. “Para plantas en suelo hay baterías que van desde los 500 kilovatios a los 10 megas (y se pueden ir haciendo configuraciones cada vez más grandes). Para estas baterías cada megavatio de almacenamiento (batería ion-litio) nos cuesta 1,2 millones de euros”, apunta para empezar.

¿Y las domésticas?

“Bueno, a escala doméstica tenemos unos precios cada vez más competitivos. Pongamos que una instalación de 10 paneles [unos 5 kilovatios] nos puede costar alrededor de 6.000 euros. Si pongo una batería de 2,5 kilovatios [5 kWh], pues me cuesta unos 4.000 euros”.

La amortización así se alarga. Pero hay un perfil de consumidor que mira más allá de los dineros, un consumidor que mira a otros criterios, como dice Pasola. La sensibilidad ambiental es uno de ellos. El sentirse liberado de las grandes eléctricas, otro.

Sea como fuere, lo cierto es que las subvenciones, que expiran en diciembre, han ayudado. La pregunta es, entonces: ¿qué va a pasar ahora que se acaban?

“No lo sabemos. Creemos que va a haber una desaceleración, pero que la gente va a seguir incorporando baterías. Estamos hablando de que una de cada diez instalaciones de autoconsumo lleva una batería incorporada, y estamos hablando de unas 100.000 instalaciones con baterías a nivel doméstico. No es poco”.

UNEF en todo caso no quiere más subvenciones. O no solo. O no fundamentalmente. “Una subvención directa –dice Pasola– no es tan interesante... Hay incertidumbres sobre si al final te la van a dar o no, y además genera un coste adicional de tramitación...”.

En la asociación por eso prefieren por ejemplo bonificar el coste de tramitación del proyecto, o bonificar el IVA, o reducir el IVA de las baterías. Y justifican su propuesta, esos futuribles incentivos: “hay un beneficio que se está trasladando al sistema”.

¿Cuál?

“Pues una batería está permitiendo que la red eléctrica esté menos congestionada y, por lo tanto, que los costes reales de operación de la red sean menores”. Y UNEF cree que eso debe ser reconocido de algún modo. Porque ese es un beneficio para todo el sistema, para todos.

El responsable de la sección de Autoconsumo de Claner-Asociación de Energías Renovables de Andalucía, Miguel Torres (treinta años en la ingeniería industrial, diez en el autoconsumo, ocho en la malagueña Atepo Ingeniería), cree que el autoconsumo no necesita de ayudas.

“Yo las iría retirando ya. Generan una tensión que, lejos de ayudar, está perjudicando al sector, cuando, realmente, además, ahora mismo, sin ningún tipo de ayuda, ya se retorna la inversión”.

¿En cuánto tiempo?

“En la fotovoltaica pura y dura sin batería, en el residencial... pues estamos en torno a 7 años; en el industrial, entre 3 y 5”. Con los precios disparados de estos últimos dos cursos, instalaciones ejecutadas por Atepo hace cinco años –apunta Torres– ya están amortizadas.

“Amortizadas porque además obtuvieron subvenciones”.

Lo de las baterías es harina de otro costal.

“Las baterías ahora mismo sí necesitarían un empujoncito”, añade. “Mientras que la demanda de coche eléctrico siga subiendo, y estemos casi limitados a la tecnología del litio, pues el precio va a estar bastante estable. Lo va a estar mientras exista ese cuello de botella (de la tecnología barra mercado). Porque lo que sucede es que todo el litio que se extrae... se vende. Vamos, que el precio a medio plazo bajará, pero no significativamente”.

Atepo, que trabaja sobre todo el autoconsumo industrial, está instalando ahora mismo en un taller una batería “chiquitita”, de 24 kWh, “pero baterías se trabajan muy pocas”.

Triodos
“Este año hemos financiado aproximadamente 7 millones de autoconsumo”. La frase es de María de Pablo, directora de estrategia de financiación en Triodos Bank España. ¿Con baterías? “Todavía hay muchas más instalaciones sin que con. No sé, el 70%, el 80% de lo que financiamos es sin baterías”.

De Pablo no es muy partidaria de las subvenciones (lo es más de las bonificaciones o de las desgravaciones), pero reconoce que “ayudan a tomar la decisión”. Los precios están donde están –viene a decir–, pero, “cuando hay subvención puede ser razonable y asumible”, destaca en otro lugar de la entrevista.

Otra cosa son las grandes baterías, para parques solares comerciales, pensados para verter y vender a la red.

“En Triodos UK ya hemos financiado proyectos de generación donde se utiliza también el almacenamiento con baterías”.

¿Y en España?

“No nos hemos encontrado con ningún proyecto de generación para venta a red con baterías, pero... parece que ya pueden empezar a salir los números”.

Entonces... ¿ha llegado ya el momento de las baterías o son aún demasiado caras? “Las dos cosas”, contesta Jorge González, vicepresidente de la comercializadora decana de electricidad verde, Gesternova. “Son muy necesarias si queremos seguir desarrollando energías renovables. Muy necesarias para asegurar la estabilidad del sistema eléctrico, pero son caras todavía y no hay una señal de precio”.

González apela a la historia. “¿Ya no nos acordamos de los ciclos combinados que cobraban por ser respaldo del sistema? O por la disponibilidad. Cobraban una cantidad, ¿no? Pues yo digo que tiene sentido que las baterías, si actúan para regular la estabilidad del sistema... eso debería ser retribuido de algún modo. Si otras tecnologías han recibido pagos por capacidad, por ejemplo, ¿por qué no lo van a recibir las baterías?”.

Juan de Dios Bornay, director ejecutivo de Bornay (fabricante de miniaerogeneradores y distribuidor de material fotovoltaico), habla claro, como siempre.

“Realmente en el mercado estamos todos hasta arriba de stock de baterías pensando en que llega que llega que llega... y realmente no llega el momento”.

Bornay no vende baterías a grandes instalaciones de generación y vertido a red y tampoco trabaja las industriales. Distribuye en clave estrictamente doméstica: “cien por cien doméstico, pero la batería –destaca Juande no más empezar– es residual en comparación con el mercado del autoconsumo”.

El CEO de Bornay se declara en todo caso detractor de las subvenciones. “Nunca hemos sido partidarios de las ayudas, porque al final sabes que por un lado te van a acelerar, pero por el otro te frenan... El cliente no sabe muy bien realmente lo que va a cobrar, después le repercute en renta…”.

Lo que sí que tiene muy claro Juande es que la batería virtual no está ayudando. “Depende de con quién hables te dicen que eso de la batería virtual no es viable, no lo contempla la normativa, pero lo cierto es que las comercializadoras lo están ofreciendo. Y puede haber clientes que se planteen ¿por qué me voy a gastar yo un dinero por algo que la compañía me ofrece de manera gratuita? Eso hay que regularlo. Hay que aclararlo. Y si no se puede hacer una batería virtual, que es lo que pretendemos, lo que el Gobierno tiene que hacer es una normativa, una reglamentación, que nos permita montar baterías, que nos permita usarlas y que sean viables económicamente”.

El presidente de la sección de Autoconsumo de APPA, Jon Macías, también habla claro en castellano. Macías cree que a la batería “hay que darle un tiempo aún. Deberíamos incentivar para que la tecnología vaya madurando, y vayan bajando los costes”. Según este ingeniero vasco, que es también miembro de la junta directiva de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Energéticos, “las baterías a día de hoy en el sector industrial sin incentivos no son rentables. Y en el sector doméstico... lo mismo. Yo creo que son productos que sin subvenciones o sin incentivos, hoy en día –insisto–, no son rentables”.

De rentabilidad, de números, también habla Juan Sacri, el presidente de Sapiens Energía, empresa valenciana especializada en la dinamización y cocreación de comunidades energéticas que también pone en marcha instalaciones de autoconsumo. “De las instalaciones domésticas que hemos hecho en estos tres años, que han sido unas 140, te diría que una de cada cinco, es decir, un 20% únicamente, tiene baterías. Eso sí, de todos los que no han querido ahora baterías, hasta el 80% ha dicho sí cuando le hemos propuesto dejar la instalación preparada con inversor híbrido, que permite la instalación de baterías a posteriori”.

Aparte de promover comunidades, Sapiens también tiene su propia comunidad energética: doce instalaciones, unos 550 kilovatios y una capacidad de almacenamiento que ronda el 50% de la capacidad de generación. Sacri en todo caso reconoce que la batería “al final incrementa los costos, y lo tienes que tener muy claro”. Y lo que ocurre es que no todo el mundo lo tiene tan claro. “El punto de vista del cliente al que le ofrecemos este tipo de soluciones... pues te dice que es caro. En una instalación de doméstico los números son muy ajustados. Muy ajustados. Claro, cuando la gente ve que con la batería el retorno se le va más allá de los 8, 10 años... pues le cuesta decidir. A no ser que tenga algún incentivo tipo bonificación IRPF, como en la Comunidad Valenciana, donde puedes desgravarte hasta un 40%. Eso, sumado a la bonificación quizá del IBI por autoconsumo, que también es un incentivo en muchos municipios, ayuda”.

Sacri en todo caso tampoco es partidario de las subvenciones directas: “creo en las ayudas tipo bonificación fiscal, no en las ayudas directas a la inversión”.

Y dos apuntes más: un punto de vista y una advertencia. El punto de vista: “para mí, sinceramente, el precio ya es competitivo para instalaciones de autoconsumo. De autoconsumo y autoconsumo compartido hasta 100 kilovatios, y dado que también los excedentes valen muy poquito. Ese es mi punto de vista”.

Y la advertencia: “la subida de los intereses de las hipotecas ha afectado mucho a los pedidos de instalaciones de autoconsumo individual, sobre todo doméstico”.

Alberto Medrano, el CEO de Albasolar, histórica distribuidora de material fotovoltaico (la empresa cumple en estas fechas 30 años), tampoco es muy partidario de las subvenciones: “a mí la palabra subvención no me gusta. Yo creo más en la desgravación fiscal. Ahora estamos en un momento en el que lo que hay que apoyar es el almacenamiento, las baterías. El panel ya es de por sí rentable. La batería es el elemento más caro. Por mí, sí, habría que incentivar con dinero público las baterías”.

Medrano es de los que cree que el momento de la batería ha llegado: “como todo producto nuevo, hay una fase en la que cuesta sacar todo lo que quisiéramos, pero estamos viendo un crecimiento ascendente desde hace tres años en el mundo de la batería. Hablo de baterías para el mercado residencial. Nosotros el 90% de lo que vendemos en batería es para el residencial. Y ahí estamos notando un crecimiento importante. Empezó con la pandemia y ahora sigue, porque se ha invertido la curva del precio de la energía. Y ahora es cara durante la noche y barata durante el día. La gente almacena para usar por la noche la electricidad que ha acumulado durante el día en la batería”.

En fin, hasta aquí nueve miradas al Planeta Batería, al que aún le queda mucho territorio inexplorado.

• Este artículo forma parte de la edición de octubre de nuestra revista en papel (ER225), que puedes descargar aquí

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Jordi
La tecnología de la acumulación con litio ha mejorado en los últimos años y el control electrónico de las baterias que incorporan permite un nivel de gestión avanzado de las mismas. Sinceramente, tanto las instalaciones fotovoltaicas residenciales como industriales deberian de llevar baterias para aprovechar de forma óptima la producción de las renovables y aumentar así el grado de penetración de las mismas en el sistema eléctrico.
Carlos
En mi caso para ganar independencia mínimamente tengo un inversor solar con "backup line ". Me permite tener corriente si hay apagón y es de día. No creo que en España haga falta más, mucho tiene que empeorar la cosa para que pongamos baterías en casa.
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