Dentro de las delegaciones de los gobiernos participan, en algunas de forma mayoritaria o incluso exclusiva, personas a sueldo de las grandes eléctricas europeas. Algo que Greenpeace considera una completa vergüenza. Para denunciarlo, ha desplegado una pancarta de 65 metros cuadrados en la fachada del edificio de Sevilla.
Además, cuagro activistas con mascarillas protectoras contra la contaminación han recibido esta mañana, en la entrada del edificio, a todos los participantes en esta reunión para recordarles que deben defender los intereses de toda la ciudadanía y para exigir la expulsión de las eléctricas de las delegaciones de los gobiernos.
De acuerdo con Greenpeace, entre las 11 personas que componen la delegación española, hay asientos reservados para siete representantes de la industria entre los que se encuentran cuatro personas de las eléctricas propietarias de las térmicas de carbón. La delegación española está defendiendo que se permita a las térmicas contaminar más aún de lo que propone la Comisión Europea, que a su vez es más de lo que emiten ahora en China o Estados Unidos las térmicas que aplican las mejores técnicas.
"Siendo la quema de cabón el principal causante de emisiones tóxicas a la atmósfera que causan graves daños a la salud tales como enfermedades respiratorias, cardiacas, cáncer de pulmón y problemas en el desarrollo mental, parece que ´nuestros representantes´ del gobierno dan más importancia a los intereses de las industrias que a sus ciudadanos", advierte la organización.
"Ante este escándalo, estamos convencidos de que existen motivos más que suficientes para exigir al gobierno la expulsión urgente de los representantes de las compañías eléctricas de la delegación del gobierno. Ni les hemos votado, ni nos representan, así que no podemos esperar que vayan a velar por nuestra salud, si no que más bien lo harán en base a sus beneficios y a sus intereses económicos", concluye Greenpeace.