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La AIE estima para 2025 una inversión mundial de 82.000 millones en nuclear, y de 780.000 en renovables

China invierte en energía casi tanto como Estados Unidos y Europa juntos

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El dato aparece en la última edición (la décima) del informe World Energy Investment, documento en el que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) radiografía lo que ha sido la inversión en 2024 y hace una estimación de lo que va a ser en 2025. Cuatro claves, para empezar: (1) según el X World Energy Investment, la inversión mundial en energía va a aumentar en 2025 dos puntos con respecto al curso anterior (+2%), hasta los 3,3 billones de dólares; (2) China será el mayor inversor de largo (invertirá casi tanto como EEUU y Europa juntos); (3) el sector solar fotovoltaico (FV) será el que más inversión recibirá de entre todas las tecnologías y soluciones energéticas; y (4) aunque las tendencias muestran que nos acercamos a una nueva era (AIE habla de la "Era de la electricidad"), la inversión en redes "no está a la altura del gasto en generación y electrificación". 
China invierte en energía casi tanto como Estados Unidos y Europa juntos

La Agencia Internacional de la Energía (International Energy Agency, IEA) acaba de publicar la décima edición (X) de su ya tradicional World Energy Investment (inversión global en energía). AIE avanza en ese informe que el mundo se acerca a una nueva era, a la que denomina Era de la Electricidad. Hace una década -explica la IEA-, las inversiones en combustibles fósiles eran un 30% superiores a las destinadas a generación de electricidad, redes y almacenamiento. Pues bien, en este año 2025, la Agencia prevé que las inversiones en electricidad serán un 50% superiores a la cantidad total que abonará al petróleo, el gas natural y el carbón. Sin embargo -advierte la IEA-, la inversión en redes, que ahora es de 400.000 millones de dólares al año, "no está a la altura del gasto en generación y electrificación".

La inversión global va a crecer dos puntos con respecto a la registrada en 2024, hasta alcanzar los 3,3 billones de dólares, "a pesar -dice AIE- de los vientos en contra que están trayendo las actuales tensiones geopolíticas y la incertidumbre económica".

El informe, como es habitual en el caso de la AIE, incluye entre las tecnologías limpias a la nuclear. Y, una vez ahí, sostiene que las "clean technologies" (renovables, nuclear, redes, almacenamiento, combustibles de bajas emisiones, eficiencia y electrificación) van a ser las principales receptoras de inversión: 2,2 billones de dólares.

La cifra (2,2 billones) no solo es muy mayor con respecto a la inversión en combustibles fósiles (1,1 billones de dólares), sino que se eleva como nuevo máximo histórico registrado por la AIE para estas tecnologías (nunca antes el mundo invirtió tanto en soluciones energéticas limpias como lo va a hacer este curso que nos lleva.

[Bajo estas líneas, a la derecha la inversión global en soluciones y tecnologías energéticas limpias (y combustibles fósiles) en el lapso 2015-2025. La Agencia Internacional de la Energía incluye en el capítulo de tecnologías limpias -clean energy- a la nuclear (estima una inversión de 82.000 millones de dólares para este año) y a los combustibles de bajas emisiones (que estima recibirán inversiones por valor de 40.000). Apenas nada en comparación con los números que maneja en lo que se refiere a la inversión en energías renovables (780.000 millones de dólares; redes y almacenamiento (773.000 millones de dólares) o eficiencia energética y usos finales (479.000). En total, 2,2 billones, de los que más de 2,1 corresponden a estas últimas].

Si eliminamos del grupo a la nuclear (que dista mucho de ser una tecnología limpia), la inversión queda en 2,12 billones, pues la energía nuclear solo ha recibido 82.000 millones de euros de inversión, a años luz de los 480.000 millones de dólares invertidos en redes y almacenamiento o de los 780.000 millones percibidos por las renovables.

La Agencia considera que ese número espectacular (2,2: máximo de toda la historia) es fruto de varios factores: los esfuerzos que están haciendo muchas naciones por reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, la creciente influencia de las políticas industriales, la también creciente preocupación por la seguridad energética y, por fin, la competitividad alcanzada por las soluciones basadas en la electricidad (the cost competitiveness of electricity-based solutions).

El informe prevé que la inversión en energía solar (grandes parques + autoconsumo) alcance los 450.000 millones de dólares en 2025, lo que la convierte en la mayor partida del inventario mundial de inversión en energía. La inversión en almacenamiento de electricidad en baterías también está creciendo rápidamente, y va a superar los 65.000 millones de dólares este año.

La edición de este año también cuenta con un explorador de datos interactivo que permite al usuario examinar las inversiones en energía en múltiples sectores, combustibles y tecnologías, cubriendo las tendencias globales, así como los datos de 19 países y regiones individuales.

La geografía de la inversión
Los patrones de inversión en todo caso siguen siendo, según la AIE, muy desiguales a nivel mundial. Particularmente preocupante es el caso de África, que va a recibir solo el 2% de la inversión mundial en energía limpia, a pesar de ser el hogar del 20% de la población mundial.

A lo largo de los últimos diez años, la cuota china sobre el total de inversión en energía limpia se ha elevado desde un cuarto (25%) a casi un tercio (33%) del total, espoleada por una estrategia nacional de inversiones que abarca -señala el informe- una amplia panoplia de tecnologías: solar, eólica, hidráulica, nuclear, baterías y vehículo eléctrico.

Al mismo tiempo, la inversión mundial en prospección, exploración y extracción de petróleo y gas está orientándose hacia el Middle East (Oriente Medio). El rápido crecimiento de la demanda de electricidad global también está manteniendo en una cierta medida la inversión en carbón, sobre todo en naciones como China e India, las dos más pobladas del planeta.

China, concretamente, ha emprendido la construcción de cien mil megavatios de potencia en centrales térmicas de carbón en 2024, según los datos de AIE, cantidad muy significativa, pero alejada de los 278.000 megavatios de potencia solar fotovoltaica que el formidable gigante asiático ha instalado en el año 2024 (dato Irena).

El descenso de los precios del petróleo y el ajuste de las expectativas de demanda van a provocar, según esta décima edición de World Energy Investment, "la primera caída interanual de la inversión en exploración y producción de petróleo desde la crisis de Covid en 2020".

La caída de la inversión que prevé la AIE (-6%) se debe principalmente según la Agencia a un fuerte descenso de la inversión en Estados Unidos en tight oil (petróleo incluido en formaciones compactas, entrampado en areniscas y lutitas, reservorios con baja porosidad y permeabilidad, de extracción más compleja y cara).

Por el contrario, la inversión en nuevas infraestructuras para la extracción y manejo de gas natural licuado se encuentra en trayectoria ascendente, en la medida en que se van poniendo en marcha nuevos proyectos en Estados Unidos, Canadá, Catar y otras regiones. AIE estima que entre el 26 y el 28, el mercado global del GNL va a crecer como nunca antes.

Más allá de los combustibles fósiles, la otra fuente de energía sucia, la nuclear, recibirá en 2025 en todo el mundo, y según la AIE, casi el doble de inversión (82.000 millones de dólares) que lo que recibió en 2019, antes de la pandemia, cuando registró 42.000. La cifra vuelve a estar a años luz de la FV, que va a recibir este año en torno a 450.000.

Y un último apunte: la Agencia Internacional de la Energía, como la inmensa mayoría de los organismos internacionales, analistas y agentes del sector, advierte sobre la necesidad de incrementar la inversión en redes para que estas puedan acoger toda la potencia de generación que viene de camino.

El décimo informe World Energy Investement sostiene que el mantenimiento de la seguridad de suministro de electricidad requiere que las inversiones en redes alcancen la paridad con las inversiones en generación a principios de la década que viene, lo que está siendo ralentizado por procedimientos administrativos demasiado lentos y cuellos de botella en la cadena de suministro. La inversión en nueva potencia de generación prevista para este año 2025, cabe recordar, alcanzará los 2,9 billones de dólares. La inversión en redes y almacenamiento prevista no va a alcanzar ni el medio billón de dólares.

Resumen ejecutivo del informe World Energy Investment 2025

World Energy Investment 2025

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