La mariposa asesina es licencia del editor, quede claro. Un titular de apertura llamativo, que pretende atraer la atención del lector, pero que dice verdad honda: los combustibles fósiles -y el gas natural o metano lo es- matan. ER reproduce a continuación, íntegramente, "El Reglamento de la UE sobre el Metano, el mejor antídoto para curarse en salud", un artículo de Sarah Galeran e Ismael Morales López. Así dice.
«Mientras buscamos soluciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, es crucial poner el foco en el metano, un contaminante climático de corta duración que es 80 veces más potente que el CO₂. La lucha contra el cambio climático no puede esperar: es urgente, y existen soluciones que además mejoran la calidad de vida de muchas personas.
El metano es responsable de al menos el 25% del calentamiento global actual y también contribuye a la contaminación del aire, con serias consecuencias para la salud respiratoria y cardiovascular. Esto afecta especialmente a niños, personas mayores y quienes viven cerca de infraestructuras contaminantes.
La buena noticia es que la Unión Europea está en una posición estratégica para encabezar el esfuerzo internacional contra el cambio climático y podría reducir drásticamente las emisiones de metano en el sector del petróleo y el gas. ¿Cómo? Con el Reglamento de la UE sobre el Metano que se aprobó en 2024: una palanca fundamental que puede ayudar a esta reducción. Se trata de la primera norma mundial que exige a las empresas que informen sobre las emisiones de metano de los combustibles fósiles que importan. El reglamento existe y está aprobado. Ahora solo falta aplicarlo y no hay tiempo que esperar.
El metano permanece menos tiempo en la atmósfera que el CO₂, por lo que reducir las emisiones de metano permite frenar el calentamiento global de forma rápida y efectiva. Según estimaciones recientes del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Coalición Clima y Aire Limpio, la reducción de las emisiones de metano en un 45%, de aquí a 2030, podría evitar 0,3°C de calentamiento global a 2045. Esto podría disminuir los efectos extremos del clima que ya estamos empezando a notar.
Los Estados miembros se enfrentan a un momento crucial: las decisiones que tomemos ahora determinarán si el reglamento aporta soluciones climáticas que nos beneficiaran o si se aplica de forma deficiente, afectando gravemente a nuestras vidas y al medio ambiente. Si se implementa con ambición, supondrá un precedente global que ralentizará la contaminación climática, beneficiando a las personas y el medio ambiente, como venimos advirtiendo desde Fundación Renovables y Ecodes.
En el sector energético, hay fugas de metano que contaminan a lo largo de toda la cadena de suministro de combustibles fósiles: desde la extracción hasta su consumo. Aunque no producimos gas, en España importamos y lo distribuimos de países donde se producen estas fugas de metano, como Rusia, Estados Unidos o Argelia. Así lo muestra un informe de Fundación Renovables, que destaca que, en los últimos años, se han detectado 354 fugas de metano del sector del petróleo y el gas en Argelia, mientras que en Estados Unidos se han identificado 366 en el mismo sector. Ante esta situación, es clave que España exija información clara a quienes le venden gas y controle qué impacto tiene en el clima.
El nuevo Reglamento sobre el metano de la UE obliga a los importadores a informar sobre las emisiones de sus combustibles en origen y distribución, lo que permitirá contar con datos transparentes a lo largo de toda la cadena de suministro. Con esta información, gobiernos, empresas y ciudadanía podrán identificar quién contamina más y exigir mejoras, como ya hacemos con las etiquetas nutricionales para elegir mejor lo que consumimos. Disponer de datos fiables, transparentes y verídicos es clave para recompensar a quienes lo hacen bien y presionar a los que más contaminan.
Los beneficios de reducir las emisiones de metano van mucho más allá del clima: también es una cuestión de seguridad energética y eficiencia económica. La nueva normativa europea podría evitar la fuga de hasta 90.000 millones de metros cúbicos de gas natural al año, una cantidad casi equivalente al consumo anual de gas de Alemania. Eso supone ahorro, independencia energética y menos contaminación.
Según el Global Methane Tracker (seguimiento de emisiones de metano) de la Agencia Internacional de la Energía (International Energy Agency), que se publicó hace unos días, cerca del 70% de las emisiones de metano del sector energético podrían eliminarse con tecnologías que ya existen de manera sencilla. Además, muchas de estas medidas se autofinancian en menos de un año, ya que el gas recuperado puede venderse de nuevo. Contaminar menos también sale rentable.
El Reglamento de la UE sobre el metano es una política histórica que puede aportar grandes beneficios climáticos, sanitarios y económicos. Pero su éxito dependerá de la voluntad política de aplicarlo con firmeza. España debe liderar con transparencia y valentía, defendiendo el interés público por encima de presiones industriales.
Ahora es el momento. Europa y España pueden reducir la contaminación, proteger la salud y liderar un nuevo modelo energético»
Firman
*Sarah Galeran. Graduada en Ciencias Políticas, con un Máster en Políticas Públicas y formación técnica en Agronomía. Actualmente es responsable de Proyectos en Ecodes, donde trabaja en iniciativas relacionadas con biocombustibles y la reducción de emisiones de metano.
**Ismael Morales López. Graduado en Biología, con Máster en Conservación de la Naturaleza y Máster en Economía de las energías Renovables. Es responsable de Políticas Climáticas de la Fundación Renovables, encargándose del análisis regulatorio y político de las diferentes estrategias y planes a nivel regional, nacional y europeo.