El objetivo del estudio es proporcionar a la comunidad internacional un tablero global para registrar el progreso en el acceso a la energía, la eficiencia energética, la energía renovable y la cooperación internacional para avanzar en el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 7, centrado en garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos, un servicio básico que mejora las condiciones de vida de millones de personas a través del acceso a fuentes de energía confiables y limpias.
El informe, publicado con datos de 2023 recopilados por las cinco agencias que custodian el avance del ODS 7, que son la Agencia Internacional de Energía (AIE), la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), la División de Estadística de las Naciones Unidas (UNSD), el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS), destaca el papel de la energía renovable distribuida (una combinación de minirredes y sistemas solares aislados) para acelerar el acceso, ya que la población que aún no está conectada vive principalmente en zonas remotas y de bajos ingresos.
Entre las notas positivas, el informe recoge avances notables en diferentes indicadores. Por ejemplo, los flujos financieros internacionales hacia los países en desarrollo en apoyo a la energía limpia crecieron por tercer año consecutivo, alcanzando los 21.600 millones de dólares en 2023, y la capacidad instalada de energías renovables per cápita continuó aumentando interanualmente, alcanzando un nuevo récord de 341 vatios per cápita en los países en desarrollo, frente a los 155 vatios de 2015.
Francesco La Camera, Director General de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA): "Las energías renovables han experimentado un crecimiento récord en los últimos años, lo que recuerda al mundo su asequibilidad, escalabilidad y su papel en la reducción de la pobreza energética. Sin embargo, debemos acelerar el progreso para cerrar las brechas de acceso y fortalecer la cooperación internacional para ampliar la financiación para los países en desarrollo".
Disparidades regionales
Sin embargo, aunque unos 310 millones de personas obtuvieron acceso a la electricidad desde 2015, con el mayor crecimiento en Asia Central y Meridional -donde se lograron avances significativos hacia el acceso universal a la electricidad que han reducido la brecha de acceso básico de 414 millones en 2010 a tan solo 27 millones en 2023-, las disparidades regionales persisten, especialmente en el áfrica Subsahariana, que sigue rezagada en la mayoría de los indicadores.
África Subsahariana
En África subsahariana el despliegue de energías renovables se ha expandido, pero sigue limitado a un promedio de 40 vatios de capacidad instalada per cápita -en comparación con los países desarrollados, que contaban con más de 1.100 vatios instalados-, lo que representa solo una octava parte del promedio de otros países en desarrollo. Además, el 85 % de la población mundial sin acceso a la electricidad reside en la región, mientras que el número de personas sin acceso a cocinas limpias en la región sigue creciendo a un ritmo de 14 millones de personas al año, lo que significa que cuatro de cada cinco familias carecen de acceso a cocinas limpias.
Tecnologías limpias para cocinar
En este sentido, más de 2.000 millones de personas en todo el mundo siguen dependiendo de combustibles contaminantes y peligrosos, como la leña y el carbón vegetal, para cocinar. Si las tendencias actuales continúan, solo el 78 % de la población mundial tendrá acceso a tecnologías limpias para cocinar en 2030. Por ello, los autores del informe subrayan la necesidad de fomentar soluciones que reduzcan el impacto en la salud causado por la contaminación del aire en los hogares, como plantas de biogás domésticas y minirredes que faciliten la cocina eléctrica.
Financiación insuficiente
El informe señala a la falta de financiación como una de las principales causas de las desigualdades regionales y la lentitud del progreso. Para consolidar los logros alcanzados y evitar nuevas regresiones en el acceso a la electricidad y a la cocina limpia, el informe insta a fortalecer la cooperación internacional público-privada para ampliar el apoyo financiero a los países en desarrollo, especialmente en África subsahariana.
Entre las medidas urgentes se incluyen reformas en los préstamos multilaterales y bilaterales para ampliar la disponibilidad de capital público; una mayor movilización de financiación en condiciones favorables, subvenciones e instrumentos de mitigación de riesgos; una mayor tolerancia al riesgo entre los donantes; así como una planificación y una normativa energéticas nacionales adecuadas.