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El Monstruo de Mutriku

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El 7 de julio subimos a la web una noticia titulada Euskadi inaugura la primera central europea de energía de las olas. Está en la sección de Energías del Mar, dentro de Otras fuentes. Pero queremos reclamar la atención sobre los tres comentarios que han añadido posteriormente nuestros lectores. Tres comentarios que, vaya por delante, nos parecen cargados de sentido común.

Manuel García apunta que “lo realmente importante de estos primeros intentos en el aprovechamiento de la fuerza de las olas es demostrar que técnicamente es viable y, sobre todo, que económicamente es rentable. Por eso creo que es necesaria la aplicación de nuevas tecnologías más eficientes que las actuales porque hoy sale cara”. Antonio piensa que “cuando la energía es gratuita (sol, viento, olas) lo más importante es el precio del equipamiento”. Y para Pablo Ruiz “sería importante que arreglasen el tema del ruido de las turbinas, que va directo al pueblo. De hecho la central ya es conocida como “El Monstruo de Mutriku”.

Es bueno ser exigentes con las renovables. Será un estímulo para avanzar y hacerlas más competitivas. Pero no es menos cierto que reciben muchos palos injustificados. Si alguien piensa que de la noche a la mañana se puede llegar con un invento debajo del brazo capaz de mandar al ostracismo tecnologías convencionales que se utilizan desde hace décadas y hasta siglos, está muy equivocado. Entre otras cosas porque esas tecnologías se soportan sobre apoyos económicos extraordinarios, que estarían encantados de que todo siguiera igual.

Las renovables están haciendo sus deberes en I+D+i. Y con nota. Porque sus empresas dedican a esta partida una media del 5,6% de su contribución al PIB. Son datos del Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España en 2009, elaborado por la consultora Deloitte y publicado por APPA en diciembre de 2010. Esa cifra es muy superior a la media nacional, que en 2008 era 1,35% del PIB.

Y no lo dicen solo los informes encargados por el sector. El 30 de junio se firmaba en el Ministerio de Ciencia e Innovación la carta fundacional de la Alianza por la Investigación y la Innovación Energética (ALINNE) con la intención de lograr “un gran pacto nacional público–privado que aspira a reforzar el liderazgo internacional de España en energía”. Que, entre otras cosas –se dijo allí– ocupa la quinta posición mundial en número de patentes relacionadas con renovables.

Los nuevos aerogeneradores, las últimas células fotovoltaicas o las calderas de biomasa no tienen nada que ver con lo que se fabricaba hace apenas una década. Porque todos saben que la era de las renovables ha llegado. Y el esfuerzo tecnológico en todo el mundo se ha disparado. Lo importante ahora es no perder ese tren. No vaya a pasarnos lo que decía el presidente de APPA, José María González Vélez, en la presentación del citado estudio, en referencia a la fotovoltaica: “lo que se ha hecho en España con la tecnología FV es como si unos padres hubieran invertido en la educación de su hijo, en primaria, secundaria, bachillertato… y cuando el chico está en la universidad, en tercero de carrera, dejan de pagarle los estudios por considerar que son muy caros”. Sólo apostando por la I+D+i lograremos afinar los rugidos del Monstruo de Mutriku.

Hasta el mes que viene.

Luis Merino
lmerino@energias-renovables.com

Pepa Mosquera
pmosquera@energias-renovables.com

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