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Café au Light. O cómo mejorar la vida de la gente combinando café y energía solar

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Situada en el corazón de África Occidental, la República de Guinea tiene una población de diez millones y medio de habitantes, una superficie de 245.000 km2 (aproximadamente la mitad que España) y abundantes recursos naturales. Es el segundo productor mundial de bauxita y posee grandes reservas de diamantes y oro, de manera que su economía depende esencialmente de la minería junto con la agricultura, en la que destacan el café, el cacao y la palma. A pesar de estos recursos, la población de Guinea es pobre, e gran mediada por la falta de infraestructura industrial y económica para explotar sus propios recursos. El proyecto Café au Light nació, precisamente, para ayudar a revertir esta situación. Por Julio Cárabe*
Café au Light. O cómo mejorar la vida de la gente combinando café y energía solar

Para comprender mejor qué es Café au Light hay que remontarse 13 años atrás, hasta 2004, cuando el dr. Nianga Malo, un guineano que vive en Canada, decidió fundar en N’Zérékoré, la segunda ciudad del país (situada en la zona más interior del mismo), una universidad en la que los jóvenes aprendieran enseñanzas y técnicas de utilidad para la sociedad en la que viven, buscando esencialmente mejorar la vida de la gente del país y generar cuadros técnicos con conocimientos adaptados a la realidad social de Guinea. De ese modo surgió la Udecom (Université pour le Développement Communautaire).



Más recientemente, para generar actividad económica y resolver o paliar el grave problema de la falta de energía eléctrica que sufren desde siempre tanto los habitantes de la provincia de N’Zérékoré, como la inmensa mayoría de los guineanos, Malo concibió la posibilidad de instalar sistemas de generación de energía eléctrica a partir de módulos fotovoltaicos en algunas aldeas,. Empezó en tres de ellas –Samoé, Guéla y Kouénala–, que suman una población próxima a 8.000 habitantes. En la propuesta de Malo pesó que la energía solar fotovoltaica es, además de una de las fuentes más limpias de electricidad, una de las más baratas, que requiere infraestructuras sencillas e inversiones moderadas, que es inagotable y que supone probablemente la mejor opción no sólo para producir electricidad barata y limpia en lugares conectados a red, sino para electrificar zonas alejadas de cualquier tendido eléctrico.



En 2015, Nianga Malo, en representación de Udecom, se puso en contacto con el Ciemat, del que sabía era centro de referencia en la investigación energética y, concretamente, en la energía solar fotovoltaica, recabando el apoyo del organismo español para su iniciativa. El Ciemat aceptó la propuesta con interés e invitó a participar en ella a Cleanergetic, una empresa de ingeniería, consultoría e integración fotovoltaica con la que el centro ha desarrollado otros proyectos en el pasado. Y como diseñar, instalar y poner en marcha una instalación fotovoltaica para abastecer de electricidad a unas poblaciones aisladas no entraña dificultad técnica para un organismo como el Ciemat ni para una compañía con amplia experiencia en la materia, caso de Cleanergetic, pronto se diseñaron tres minirredes. Una por cada población, como solución adecuada al grado de concentración que presentan las viviendas de estas tres poblaciones. Este concepto implica la centralización de la generación y el almacenamiento de energía.



100 kilovatios por aldea

Este primer diseño de los sistemas maneja cifras de unos 100 kW de módulos fotovoltaicos por aldea, incluyendo electricidad para uso doméstico, iluminación nocturna de vías públicas, suministro eléctrico para edificios públicos (con especial énfasis en centros médicos y educativos, teniendo en cuenta además que el virus ébola afectó a esta área hace pocos años) y, si fuese necesario o conveniente, sistemas de bombeo de agua para el riego de las cosechas. La estimación de coste por usuario (por vivienda), es de unos 3 a 5 €/mes. Estos sistemas fotovoltaicos tienen una vida útil en torno a 25 años, no requieren apenas mantenimiento, no consumen ningún producto, son modulares, fáciles de montar en casi cualquier sitio y no requieren infraestructuras complicadas ni caras.



Aunque el planteamiento a priori era el de montar unas instalaciones fotovoltaicas, la propuesta se conformó desde el principio no como un proyecto solar al uso, sino como una iniciativa en la que lo esencial era definir un plan de acción no exclusivamente técnico. La cuestión clave en un caso así es la financiación, y por ello se desplegó enseguida una estrategia para buscar fondos. No llevó mucho tiempo comprobar que los esquemas de subvención son escasos y están dirigidos, normalmente, a proyectos más puntuales, por lo que hubo que considerar otras opciones. La más realista, buscar el modo de que los propios destinatarios de la electricidad fuesen quienes la costeasen.



Los campesinos guineanos, al menos muchos de ellos, producen café, pero no disponen de mucho dinero en efectivo. Analizando la situación, rápidamente resultó claro que la eficiencia económica en el proceso de cultivo y comercialización del café en Guinea era muy baja y que valía la pena enfocar el proyecto desde el principio con una doble vertiente: energía eléctrica y café.

En febrero de 2016 se produjo la primera visita de un ingeniero de Cleanergetic, Luis Barrios, a Guinea, acompañado de Malo. En ella tuvo lugar el primer contacto tanto con las autoridades guineanas –que mostraron inmediatamente un claro apoyo a la iniciativa–, como con los habitantes de la provincia de N’Zérékoré. Se elaboró un primer informe recogiendo la situación de partida, las necesidades energéticas y de agua y el potencial económico. A partir de estos datos, se elaboró un borrador del diseño de las minirredes anteriormente mencionadas.



A lo largo del año pasado, la actividad del equipo de trabajo formado por el Ciemat, Cleanergeti y Udecom se fue desplegando hacia la búsqueda de apoyo técnico en el cultivo y tratamiento del café y el establecimiento de contactos para encontrar vías de importación y comercialización del producto en Europa. Esto permitió, por una parte, ir diseñando una estrategia adecuada para la transformación de los procesos de cultivo, almacenamiento, tratamiento y transporte del café en Guinea. Por otro lado, se identificaron varias empresas cafeteras dispuestas a establecer contratos de compraventa e incluso a prestar apoyo técnico.



De este modo se sentaron las bases para pasar de una situación en la que los campesinos guineanos venden a bajo precio un café no seleccionado a comerciantes locales a otra en la que, a través del consorcio Cleanergetic-Udecom  puedan hacer llegar su producto, muy mejorado en calidad y cantidad, a uno o varios puertos de Europa y obtener por él un precio de acuerdo con el estándar internacional de cotización del momento, muy superior al que están obteniendo ahora.



Lanzamiento oficial del proyecto

Así nació el proyecto Café au Light. En marzo de 2017, un año después de la primera visita, se produjo la segunda. En este caso quien se trasladó a Guinea fue el director gerente de Cleanergetic, Antonio Bautista. La visita permitió establecer vínculos oficiales con la Administración guineana, lanzar oficialmente el proyecto y recabar información técnica adicional sobre el terreno.



En concreto, el viaje permitió hacer un censo de las plantaciones de café de la región y un diagnóstico detallado de todo el proceso de cultivo, recolección, transporte y comercialización del producto tal como es en la actualidad. También sirvió para que el consorcio comprase un terreno en la zona para la instalación de una planta de tratamiento de café y para que un total de 40 poblaciones cercanas presentasen su solicitud para participar en una segunda fase del proyecto. Se está considerando, incluso, la posibilidad de desplegar una tercera fase de electrificación con energía solar fotovoltaica poblaciones de todo el país, al tiempo que se mejoran procesos de producción de café u otros cultivos.



En definitiva, un proyecto que inicialmente se pensó que sería de carácter exclusivamente técnico, centrado en el diseño de sistemas fotovoltaicos, se ha convertido en una iniciativa que abarca tres aspectos: (a) la transformación del procesado y comercialización del café; (b) la instalación de sistemas fotovoltaicos; y (c) el diseño y desarrollo de un plan de formación para garantizar que haya cuadros técnicos en Guinea especializados en café, por un lado, y en energía solar fotovoltaica, por otro. Este último aspecto de la formación es absolutamente esencial, en la medida en que proporciona no sólo un mecanismo de integración de la iniciativa en el tejido social, sino que garantiza la sostenibilidad del proyecto a medio y largo plazo.



En España, Café au Light se presentó públicamente en un acto celebrado el pasado 12 de junio en el Ciemat. No se trata de un proyecto convencional de ayuda al desarrollo, sino de una iniciativa de acuerdo comercial diseñada para el beneficio de todas las partes. Se asienta sobre un acuerdo establecido entre el Ciemat, Udecom y Cleanergetic en el que la Universidad guineana proporciona el conocimiento de la realidad local y las infraestructuras para garantizar un adecuado plan de formación; la empresa español de ingeniería aporta capacidad de diseño e instalación de los sistemas fotovoltaicos y una estructura empresarial que permite acometer las inversiones que el proyecto requiere; y el Ciemat presta su apoyo técnico e institucional y la garantía de que las componentes social y solidaria del proyecto sean prioritarias.



Quienes estamos implicados en Café au Light vivimos la experiencia con entusiasmo, porque en el proyecto se combinan el desarrollo, la solidaridad, la preservación del medio ambiente y aspectos clave para la vida de las personas. Si tenemos éxito –y todos los indicios apuntan a que lo tendremos-, habremos conseguido empleo local de calidad, progreso en el nivel de vida de las personas, mejora de la salud de la población y generación de actividad económica tanto en Guinea como en España, además de un modelo de actuación que podría ser aplicable a otros países, incluso con recursos económicos distintos. Querer es poder.

* Julio Cárabe es Investigador de la Unidad de Energía Solar Fotovoltaica del Ciemat.

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