Las ponencias y mesas redondas con las que se abre el lunes 6 de junio la EUBCE dejan claro el sentido de la misma: Los efectos de la pandemia y la seguridad energética ligado al almacenamiento de energía, La bioeconomía como una oportunidad para aumentar la resiliencia después de la crisis de la pandemia, Una visión integral de la bioeconomía en Europa y Bioenergía en el Pacto Verde en competencia internacional con los bajos precios del petróleo.
Como se ve, la cita nace condicionada por la pandemia por coronavirus, tanto en la organización como en la exposición de los temas. Nada más cambiar el formato se anunció que en la presente edición se analizarían “los enormes desafíos que enfrenta la comunidad internacional para movilizar nuestros esfuerzos conjuntos en el proceso de recuperación global”. Además, se invitó a los autores de ponencias y presentaciones a que, en la medida de lo posible, las adapten a cómo su trabajo contribuye a este esfuerzo global.
La bioeconomía en general y la bioenergía en particular se exponen como elementos relevantes a la hora de afrontar la recuperación. Para ello se vuelve a contar con un buen número de presentaciones con proyectos innovadores. No son las ochocientas que se alcanzan en ediciones pasadas presenciales, pero llegan a las 456, de los cuales once tiene como protagonistas a entidades y proyectos españoles.
Jaras pringosas y olmos siberianos entre las presentaciones españolas
Entre ellas destaca la caracterización del aceite esencial y la biomasa obtenida con la recolección mecanizada de jaras pringosas; la integración de generadores termoeléctricos en calderas de biomasa que utilizan residuos agrícolas (proyecto Tegbiosol); un modelo para la distribución de cultivos energéticos y alimentarios para maximizar el PIB y garantizar la soberanía alimentaria; y el estudio del rendimiento de la biomasa del olmo siberiano en diferentes condiciones de cultivo en tierras agrícolas marginales.
Las investigaciones proceden de algunas de las dieciséis entidades de nuestro país que participan en esta edición de EUBCE, entre las que se encuentran el Centro de Desarrollo de Energías Renovables (Ceder/Ciemat), el centro tecnológico Aicia, el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (Imidra) o las universidades de Zaragoza, Politécnica de Valencia, Pablo de Olavide y de Castilla-La Mancha.
Bioenergía para la industria con combustibles que no son bio
Uno de los momentos con mayor presencia del aprovechamiento energético de la biomasa, y lo que no es biomasa, se dará también el día de la inauguración, el lunes 6 de julio, con el taller La incorporación de la bioenergía eficiente en la industria, que se podrá seguir de forma gratuita. En la cita no solo serán protagonistas los biocombustibles, sino también los llamados combustibles renovables, que pueden proceder de corrientes residuales asociadas a combustibles fósiles o plásticos.
A pesar de que esta condición quitaría el sentido del título del taller, desde la organización afirman que “se abordará principalmente cómo la investigación y la innovación pueden apoyar el desarrollo de soluciones para incorporar la bioenergía y los biocombustibles avanzados en los sectores industriales agrícolas, químicos, petroquímicos o de consumo intensivo de energía”.