Biodiésel y bioetanol convencionales, etanol celulósico, biogás, hidrobiodiésel y biocarburantes a partir de biomasa, residuos y algas y los denominados drop-in, aquellos elaborados a partir de cualquiera de estas últimas materias y dispuestos para ser utilizados en cualquier infraestructura actual de hidrocarburos o en cualquier vehículo sin requerir cambio alguno. Estos son los combustibles analizados en el informe de Navigant Research. Algunos están ya en su fase comercial, otros a punto de alcanzarla y al resto se mantiene en la de investigación. Según el informe, la suma de todos en su fase comercial permitirá ese paso de los 122.647 millones de litros que se consumieron el año pasado a los 193.444 millones que pronostican para 2022.
Según el trabajo de Navigant Research, la industria mundial de los biocarburantes está a punto de entrar en una nueva fase de desarrollo tanto de los considerados como avanzados como de los drop-in. Mantiene, no obstante, que el bioetanol y el biodiésel convencionales siguen siendo las soluciones a corto plazo para reemplazar a los derivados del petróleo en el transporte por carretera. El resto entrarán en una segunda fase que servirá para cubrir las necesidades de combustibles en el transporte aéreo y marítimo. La disponibilidad de materias primas, el desarrollo de infraestructuras adecuadas y la paridad de precios con la producción de gasóleo y gasolina se citan como obstáculos actuales a salvar.
Alcanzar la competitividad en el aire
Algunos de los datos que se aportan prevén que en Estados Unidos el consumo de petróleo en el transporte por carretera llegue a su punto máximo en 2016, mientras los biocarburantes alcanzarían el 8,7% de la demanda total. Entre los principales beneficiados de esta evolución citan a la industria de la navegación aérea y al Departamento de Defensa, que notarían especialmente cómo el desarrollo tecnológico permitiría obtener precios por litro de biocarburantes más competitivos.
Entre los actores tenidos en cuenta por Navigant Research aparece Abengoa Bioenergia, que está a punto de inaugurar su planta de etanol de segunda generación (a partir de paja de cereal) en Hugoton (Kansas, Estados Unidos) y lo produce de forma experimental con tecnología waste to biofuels (W2B) en la de Babilafuente, en Salamanca. Archer Daniels, Honeywell UOP, BP, Petrobras, Shell, BMW, Fiat y General Motors, entre otros, también son analizados como protagonistas claves de la evolución del mercado de biocarburantes.
