panorama

Un artículo de Javier García Breva

¡Qué tiemblen las Eléctricas! La mejor energía es la que no se produce

0

“Reducir la necesidad de aumentar las capacidades de generación de electricidad constituye el núcleo del principio de ´primero, la eficiencia energética´". "La hipótesis de base es que la mejor energía es la que no se produce porque no hay necesidad de utilizarla. También significa que debe ser preferible la reducción de la demanda frente a la producción de energía a partir de fuentes climáticamente neutras, porque contribuye a controlar el nivel de las inversiones necesarias para la transición hacia las energías renovables y promueve un enfoque más sostenible para el uso de los recursos”. 


¡Qué tiemblen las Eléctricas! La mejor energía es la que no se produce

Quien así se expresa no es un gobierno ultraecologista sino la Comisión Europea en la Recomendación (UE) 2021/1749, sobre el principio de “primero la eficiencia energética”: de los principios a la práctica, publicada el pasado 4 de octubre.

La definición de eficiencia energética como el mejor kilovatio es el que no se consume se ha sustituido por el mejor kilovatio es el que no se produce. Se establece un cambio en las prioridades del sistema energético: antes es la demanda y el consumidor que la oferta. La Recomendación de Bruselas desarrolla la definición del principio de “primero, la eficiencia energética” del artículo 2 del Reglamento (UE) 2018/1999, sobre la gobernanza de la Unión de la Energía y la Acción por el Clima que desarrolla los criterios para elaborar los Planes Nacionales Integrados de Energía y Clima (PNIEC), por el cual en las decisiones de planificación e inversión energética se deben tener en cuenta medidas alternativas de eficiencia energética, eficientes en costes. Ahora se añade la palabra “antes”, es decir, las medidas alternativas de eficiencia energética han de contemplarse antes de adoptar decisiones de planificación e inversión en infraestructuras energéticas.

Aplicación del principio de “primero, la eficiencia energética” en la toma de decisiones

La prioridad de la eficiencia energética se aplica en todo el sistema energético y se extiende a todas las administraciones, central, regional y local, así como al sector privado. Implica dar prioridad a las soluciones desde el lado de la demanda, siempre que sean más rentables que las inversiones en infraestructuras energéticas, para reflejar la eficiencia del ciclo de vida de los diferentes vectores energéticos, incluidos la transformación, transmisión, transporte, almacenamiento y la cuota de renovables, en el suministro de electricidad.

Tratar la eficiencia energética como fuente de energía por derecho propio “implica un cambio del modelo tradicional de producción y consumo de energía basado en grandes proveedores dominados por los combustibles fósiles y consumidores pasivos que asumen precios, hacia un sistema más flexible, que incorpore tecnologías renovables y se centre en los consumidores activamente comprometidos”. El enfoque de la eficiencia energética es sistémico y debe considerar la eficiencia del sistema energético integrado, desde la producción y el transporte hasta el consumo, para lograr ahorros de consumo de energía primaria y de energía final. Los recursos distribuidos y la flexibilidad del sistema se consideran soluciones de eficiencia energética.

Tratar la eficiencia energética en igualdad de condiciones con las alternativas de inversión en nuevas infraestructuras energéticas implica un análisis de la relación coste-eficacia a largo plazo que tenga en cuenta los beneficios sociales, medioambientales y económicos desde el punto de vista del inversor y del consumidor. El ahorro de energía beneficia más a la sociedad que a los inversores, por lo que se deben eliminar las barreras regulatorias y no regulatorias que impidan las soluciones de eficiencia energética para sustituir las inversiones en nuevas infraestructuras energéticas.

El sector público debe liderar la aplicación de la prioridad de la eficiencia energética no solo a través de la contratación pública, sino con objetivos de edificios y viviendas públicas de consumo de energía casi nulo, utilizando contratos de rendimiento energético y sistemas de gestión energética. Los gobiernos deben garantizar que el principio de “primero la eficiencia energética” se aplique en las decisiones de regulación, planificación e inversión energética, y no como último objetivo para reducir el consumo de energía y deben responsabilizarse de que se evalúe su cumplimiento mediante indicadores de ahorros energéticos e informes específicos cuando las decisiones afecten a más del 1% del consumo de un sector o territorio y a inversiones superiores a 50 millones de euros o con una potencia nominal superior a 50 MW.


La eficiencia energética en los mercados de la electricidad

El sistema eléctrico tiene la principal responsabilidad en aplicar la prioridad de la eficiencia energética. La participación de los recursos desde el lado de la demanda en el mercado eléctrico aportará mayor flexibilidad al sistema al reducir la necesidad de ampliar la capacidad de generación, transporte y distribución y contribuir a la seguridad de suministro. Permitir el acceso a los mercados de los recursos del lado de la demanda conlleva la aplicación plena de la Directiva (UE) 2019/944, sobre el mercado interior de la electricidad y su Reglamento (UE) 2019/943, que desarrollan los recursos energéticos distribuidos, como el cliente activo, las comunidades ciudadanas de energía, la agregación y agregadores independientes, almacenamiento y funciones de eficiencia de los contadores inteligentes.

La Comisión Europea propone la participación de los autoconsumidores, directamente o a través de agregadores, en los mercados mayoristas. Se plantean medidas, como los precios dinámicos, equipos inteligentes capaces de responder a señales de la red, tarifas modulables y flexibles que incentiven a los consumidores a adaptar su demanda y proporcionar estabilidad a la red mediante los recursos distribuidos.

El apoyo a la participación de los autoconsumidores en los mecanismos de capacidad con reducciones de consumo especificadas previamente y compensaciones garantizadas, evitará las inversiones en generación. Para ello se necesita implantar sistemas de medición inteligentes, eliminar incentivos en las tarifas eléctricas a consumir más electricidad de la necesaria y establecerlos para invertir en eficiencia energética. La Comisión Europea apuesta por la optimización de la eficiencia del sistema energético local a través de las estrategias de rehabilitación, comunidades de energía locales, recursos renovables locales y el acceso a los mercados energéticos de los agregadores de los pequeños consumidores, como los hogares.

“En los mercados de energía liberalizados de la UE se aplican normas sobre separación. Es responsabilidad del Estado, en vez de los monopolios antes integrados verticalmente, realizar la comprobación en virtud del principio de “primero la eficiencia energética”, lo cual se ha denominado planificación integrada de los recursos”. Por eso deberán asegurar que los recursos desde la demanda participen en estos mercados en igualdad de condiciones con la generación.


La eficiencia energética en el suministro y distribución de energía

La aplicación del principio de ´primero, la eficiencia energética´ principalmente se refiere a priorizar la eficiencia energética por encima de las inversiones en infraestructuras energéticas, lo que obliga a considerar en la planificación (PNIEC) los recursos del lado de la demanda al evaluar las necesidades de invertir en nueva generación, integrando en la misma la calefacción, refrigeración y reutilización del calor residual en redes urbanas, el almacenamiento a gran escala y detrás del contador, con medidas alternativas de eficiencia energética en el diseño del mercado.

Las medidas que se proponen parten de buscar “la coherencia de las suposiciones usadas en la planificación de infraestructuras e inversiones en relación con la evolución de la demanda energética hasta 2030 y 2050 y los objetivos climáticos para 2030 y 2050”. Para ello se propone la planificación de redes de distribución integrada, que abarque un análisis coste-beneficio de los distintos vectores energéticos, para maximizar el uso de los recursos energéticos distribuidos y organizar ofertas para sustituir las centrales de combustibles fósiles por generación limpia de calor, electricidad y recursos por el lado de la demanda.

Los reguladores y los gestores de redes deberán verificar si la construcción de las infraestructuras energéticas podría sustituirse por medidas de eficiencia energética más rentables y programas de gestión de la demanda que reduzcan los picos y el uso de electricidad con servicios de red más rentables y mayor proporción de energías renovables.


La eficiencia de la demanda energética en la industria y los servicios

El núcleo principal de la prioridad de la eficiencia energética constituye “reducir la necesidad de aumentar las capacidades de generación de electricidad”. Para ello se deberán estudiar instrumentos de contratación pública eficientes, con análisis coste-beneficio y del ciclo de vida de la eficiencia de los materiales, reforzando la circularidad y las tecnologías eficientes.

Se deberá aumentar la flexibilidad energética a través de la gestión de la demanda y el autoconsumo para ayudar a estabilizar las redes locales. La autorización de la localización de instalaciones industriales que generen calor residual se vinculará a la posibilidad de su reutilización conectándolas a redes locales de calefacción.

Se introducirán requisitos de la más alta eficiencia energética para la adquisición de productos, con ayudas financieras a la inversión a través de la evaluación de las mejoras en los procesos y sistemas e introduciendo normas de amortización fiscal aumentada o amortización temporal.

Ha de imponerse la gestión energética en empresas y servicios, definiendo perfiles de asesores para la certificación energética y promover materiales que permitan una mayor eficiencia energética de la producción y procesos empresariales.


La eficiencia energética de los edificios es parte esencial del sistema eléctrico

La definición del edificio de consumo de energía casi nulo (EECN) como el edificio que, después de alcanzar la más alta eficiencia energética, la poca energía que requiere se cubrirá con generación renovable en el propio edificio o su entorno, según la Directiva 2010/31/UE, de eficiencia energética de los edificios, es el antecedente del principio de “primero, la eficiencia energética”. La Directiva (UE) 2018/844, que ha modificado la de 2010, ha añadido a la combinación de la alta eficiencia y el autoconsumo, la recarga de vehículos eléctricos y el indicador de preparación para aplicaciones inteligentes para la adaptación del consumo del edificio a las necesidades de los ocupantes y aumentar la capacidad de energía flexible con la participación de los consumidores.

El EECN, como edificio autosuficiente e inteligente, se convierte en parte esencial del sistema eléctrico por su simbiosis con la electrificación de la movilidad, la gestión inteligente de la demanda, el desarrollo de los recursos energéticos distribuidos para la estabilidad de la red. La obligación ahora es tener en cuenta el ahorro de energía en el diseño y los proyectos, tanto de obra nueva como de rehabilitación, que la Recomendación (UE) 2021/1749 define como “ahorrar antes de construir” y como mandato para las estrategias de rehabilitación que tendrán en cuenta el ciclo de vida del edificio, el impulso a rehabilitaciones profundas de más de un 60% de ahorro de energía primaria y los beneficios para la sociedad y el sistema eléctrico.

El EECN exige modificar el análisis de riesgos para la financiación de la rehabilitación, integrarlo en la ordenación del territorio y la economía circular, incluyendo la calefacción y refrigeración y el uso de vehículos eléctricos. La digitalización de los edificios y los recursos energéticos distribuidos han de contemplarse en las ordenanzas municipales y el Código Técnico de la Edificación, así como el criterio de elevar la escala de la rehabilitación a nivel de barrio o ciudad para aumentar la capacidad de gestión de la demanda, producción de energía renovable y desarrollo de comunidades energéticas.

La Comisión Europea propone diecisiete medidas para los edificios que se pueden resumir en la integración de la edificación como parte del sistema eléctrico, incluyendo las rehabilitaciones en las subastas de renovables, el acceso de los edificios y agregadores a todos los mercados energéticos, modular el precio de la electricidad para estimular la gestión de la demanda y el almacenamiento de electricidad en los edificios, obligación de instalar puntos de recarga, utilizar contratos de rendimiento energético para financiar las inversiones con los ahorros, implantar sistemas de gestión energética en los edificios, utilizar los contadores inteligentes para intercambiar los datos e interactuar para facilitar al consumidor el acceso a la eficiencia energética o vincular las licencias urbanísticas al potencial de energías renovables, calefacción urbana renovable y comunidades ciudadanas de energía.

Relacionadas con la edificación están las medidas que se proponen para desvincular el consumo de agua y el consumo de energía, convirtiendo las instalaciones de depuración en generadores de energías renovables para usos locales, autoconsumo y calor urbano, y tratar separadamente las aguas pluviales y residuales para ahorrar agua y energía en los edificios.

Al sector financiero se le exige que sus inversiones deben cumplir las normas de eficiencia energética de los edificios y deben acelerar la descarbonización de sus activos, sobre todo en lo que se refiere a la financiación de la eficiencia energética, considerando la energía como un activo y no como un coste.

La eficiencia energética conduce a la electrificación del transporte

“La eficiencia energética es un componente esencial para contribuir a la estabilización de las redes que deben servir para la movilidad electrificada”. La prioridad de la eficiencia energética debe garantizar el cambio de combustible, vehículos cero emisiones y el cambio modal. La reducción del consumo de energía está directamente relacionada con el objetivo de neutralidad climática, por lo que el consumo de energía debe incluirse en la planificación y gestión del transporte y en la ordenación del territorio. Garantizar la recarga inteligente de vehículos eléctricos forma parte de la gestión de la demanda.

Las medidas que propone la Comisión Europea insisten no solo en el diseño de los automóviles y la evaluación, desde la eficiencia energética, de los distintos modos de transporte en los Planes de Movilidad Urbana Sostenible, sino en el diseño y explotación de las redes de carretera y ferrocarriles, optimizando el ahorro de energía y los costes de movilidad, sobre todo en el transporte de mercancías. Las normas y las infraestructuras de tráfico deberán tener en cuenta la eficiencia energética, a la vez que se impulsa el transporte público para generar un cambio del transporte individual.

La eficiencia energética es “el primer combustible” para abaratar la electricidad
La Recomendación (UE) 2021/1749 es un compendio de soluciones de eficiencia energética que tienen un efecto directo en el abaratamiento de la electricidad y pone fin al modelo de negocio eléctrico tradicional: producir y vender energía. El potencial de eficiencia energética en toda Europa la convierte en la primera fuente de energía de la transición energética.

Sorprende que lleve la firma de la comisaria de Energía, Kadri Simson, la misma que no ha dado respuesta al requerimiento de desconectar el gas del recibo de la luz que hizo la ministra y vicepresidenta del gobierno español, Teresa Ribera. La tibia reacción de la Comisión Europea y su apuesta por el gas, ante la gravedad del alza de los precios energéticos, se contradice con la claridad de la recomendación publicada en el Diario Oficial de la Unión Europea el pasado 4 de octubre sobre la aplicación del principio de “primero, la eficiencia energética” que demuestra cómo se puede ahorrar y abaratar la electricidad.

Añadir un comentario
Baterías con premio en la gran feria europea del almacenamiento de energía
El jurado de la feria ees (la gran feria europea de las baterías y los sistemas acumuladores de energía) ya ha seleccionado los productos y soluciones innovadoras que aspiran, como finalistas, al gran premio ees 2021. Independientemente de cuál o cuáles sean las candidaturas ganadoras, la sola inclusión en este exquisito grupo VIP constituye todo un éxito para las empresas. A continuación, los diez finalistas 2021 de los ees Award (ees es una de las cuatro ferias que integran el gran evento anual europeo del sector de la energía, The smarter E).