Si hace unos días dábamos la buena noticia relacionada con la recuperación de aceites vegetales usados a cargo de una asociación de integración de jóvenes en riesgo de exclusión social, hoy nos topamos con la cruda realidad mostrada por el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia. El informe, titulado Aceites usados de cocina. Problemática ambiental, incidencias en redes de saneamiento y coste del tratamiento en depuradoras, ha sido realizado por Iñigo González Canal y José Antonio González Ubierna, técnicos del Área de Vertidos del consorcio. Su principal conclusión es que el 69% del aceite (3,5 millones de litros) se vierte a las redes de saneamiento con un coste anual de 1,6 millones de euros para su tratamiento.
Los datos de producción del residuo proceden principalmente de la empresa gestora de aceites usados Rafrinor. Según los relativos a 2014, en Bizkaia se producen en el ámbito doméstico entre 2-4 litros por habitante al año, con una media total de 3.470.000 litros al año, de los que la empresa gestora de referencia recogió el 12%. El restante 88% se ha vertido de forma inadecuada a la red de saneamiento. El porcentaje de recogida se incrementa sustancialmente en el canal Horeca, con un 72% correctamente gestionado.
La depuración de un litro de aceite es 700 veces más cara
Con esta información, el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia estima que quedarían sin recoger entre ambas vías, y por tanto se vierten a la red de saneamiento, 3.477.000 litros/año, el 69% del total de aceites usados en Bizkaia, que supera los cinco millones de litros anuales. A partir de aquí evalúan el trastorno que causa esta contaminación en todo el proceso de vertido y depuración. Calculan que un litro de aceite usado contiene aproximadamente 5.000 veces más carga contaminante que el agua residual/fecal, pudiendo llegar a contaminar 40.000 litros de agua.
El informe señala que “teniendo como referencia los costes de explotación en la EDAR de Galindo-Sestao, se estima que la depuración de un litro de aceite vegetal usado tiene un coste de 0,46 €. Comparado con el precio medio de la tasa de saneamiento en el Estado, la depuración de un litro de aceite es 700 veces más cara que lo que paga un ciudadano por el tratamiento de su agua residual”.
“Bolas de grasa” en lugar de biodiésel
Además, añaden que “en las redes de saneamiento, al unirse con restos de detergentes y jabones de uso doméstico, forman las denominadas ‘bolas de grasa’, capaces de generar atascos en colectores, lo que ocasiona un incremento en el presupuesto de mantenimiento de las canalizaciones y equipos de saneamiento”. Desde el consorcio recuerdan que “la correcta gestión de los aceites usados de cocina pasa por su entrega a empresas gestoras autorizadas, donde tras los oportunos tratamientos se obtiene una materia prima para la producción, principalmente, de biodiésel”.
El estudio concluye que “hay un importante margen de mejora en la recogida del aceite usado, especialmente en el procedente del ámbito doméstico, aunque esto requiere la colaboración e implicación de todas las administraciones para promover entre la ciudadanía el uso generalizado del contenedor naranja”.
