La pobreza, y también la energética, es una cruda realidad de nuestro país que no cesa, que no para de crecer, y que con la llegada del frío queda totalmente al descubierto. Y la Fundación Madrina, según la información publicada por Europa Press, así lo recoge: "una de cada cuatro familias sigue en situación de pobreza, que cada vez es más extrema". Una fundación que da la voz de alerta ante la llegada del invierno y del frío, que se traduce en que estas familias que viven en situación de emergencia, algunas incluso han sido desahuciadas de sus hogares, se enfrentan cada día a pedir ayudas como "velas, linternas, mantas, ropa de abrigo, estufas de gas, bombonas de gas, raticidas y leña". Familias vulnerables en las que, según denuncia esta fundación, "ya no pueden pagar la luz o el gas, y en sus hogares ya no se pone la calefacción, ni se duchan; se abrigan con mantas y por la noche se ponen velas". Es decir, familias sumidas completamente en la pobreza energética; una situación donde las necesidades básicas de suministros de energía no son satisfechas falta de ingresos o porque éstos son insuficiente.
Y a las dificultades por las que atraviesan a diario estas familias se suma en muchos casos la falta de un derecho fundamental como es tener una vivienda. Desde la fundación alertan de que la subida del alquiler de viviendas o habitaciones, así como las exigencias para llevar a cabo su trámite, "agrava una situación de alojamiento en plena época invernal, que agrava la vulnerabilidad de las unidades familiares con niños a cargo". Para Fundación Madrina las ciudades son actualmente una "trampa mortal para las familias vulnerables con menores a cargo", donde la única salida es el "mundo rural, tan abandonado hasta la fecha".
Más allá de la Cañada Real
Un problema que excede los límites de la Cañada Real. Una situación que se ha expandido ya más allá de esta zona; una zona, a su vez, que sigue sufriendo día a día las consecuencias de la falta de suministros energéticos. Incluso más en días nublados o de lluvia cuando -informa Europa Press- las placas solares instaladas en algunas casas del sector VI de la Cañada Real no pueden cargarse y, por tanto, no aportan luz y calor a las familias que residen en ellas. Un ejemplo de esta situación es el caso de la presidenta de la Asociación Cultural de Mujeres Tabadol, Houda Akrikez, que ha denunciado en Twitter la situación que viven ante la llegada de la ola de frío: "mis niñas llegan del cole y lo primero que preguntan es: 'Mamá, ¿las baterías están cargadas?'. Hace frío y tampoco han podido aguantar la oscuridad de día y la congelación por frío".
Akrikez denuncia el problema al que se enfrentan durante estos días respecto a la meteorología: "la lluvia y las nubes impiden que llegue la luz a las casas de Cañada, al igual que hace 410 días lo impidió Naturgy y la Comunidad de Madrid, y así seguimos, hace mucho frío y ya la misma situación se repite". Y es que, según informa Europa Press, un total de 4.000 vecinos, 1.800 de ellos niños y niñas, llevan más de un año sin electricidad en la Cañada Real y se enfrentan a otro invierno sin calefacción, al no recibir ninguna solución inmediata por parte de las administraciones.
Por su parte, desde la formación polítia Más Madrid, según informa también Europa Press, se denuncia esta problemática y se ha tachado de "cruel" que Madrid siendo la Comunidad más rica de España otro invierno más los niños vayan a estar sin luz en la Cañada Real.
La portavoz de Más Madrid en la Asamblea, Mónica García: "asoma otro invierno terrible y cualquiera que sea capaz de empatizar y ponerse en la piel de los 1.500 niños que van a volver a vivir otro invierno sin luz, sería capaz de exigir al Gobierno de la Comunidad de Madrid, a Naturgy y a los agentes implicados que es incompatible que ocurra esto en una región como Madrid"
