Tribunales internacionales, normas retroactivas, inseguridad jurídica, directivas europeas que no se cumplen, etc. son el día a día de un sector indispensable para nuestro futuro y que era puntero en nuestro país.
Nos han explicado que todo lo anterior es por el interés general, no solo desde el Gobierno, sino incluso algún máximo tribunal. Igual creen que nos lo creemos… Nos dicen que otra política energética no es posible y llevan a la renovable a la muerte sin importarles lo más mínimo, con los fondos buitres de todo el planeta merodeando el sector, y demostrando una falta de visión, una incapacidad para dialogar y buscar soluciones pactadas; y lo que es peor un odio a todo lo que suena a renovables que llama la atención. Europa nos dará la razón.
Pero hay que decir que otra política energética es posible y, además, urgente. Otra POLITICA ENERGÉTICA con mayúsculas, que oriente sus decisiones al verdadero interés general. Con una situación de déficit urgente, en donde lo lógico es que todos los agentes del sector “sufran” convenientemente los cambios normativos y nuevos recortes del sector.
Hay que recordar que la renovable no es un gasto, es una inversión. Toda vez, que los costes de inversión sean amortizados, tendremos la energía más barata, mejoraremos nuestra balanza comercial, tendremos menores costes sanitarios, no dependeremos del exterior, etc. y por todo ello seremos competitivos, nuestra industria podrá sobrevivir. Haciendo lo mismo que antaño no lograremos un resultado diferente y, por tanto, sin apostar por la renovable los costes seguirán incrementándose, lo de siempre.
La base, el diálogo
Esa otra POLITICA ENERGETICA estaría basada en el diálogo con los distintos agentes del sector, donde siempre ha habido espacio para el encuentro.
Debería dirigir sus objetivos en la búsqueda de ahorros y cuidar mucho las inversiones y a los inversores, bien escaso en estos tiempos. El sector renovable estaba dispuesto a recortar su retribución, pero siempre de forma dialogada y razonable. No como se ha hecho.
Debería abordar de forma valiente la reducción de los clientes interrumpibles, que según la liquidación 14 de marzo del 2013 de la CNE el coste está en 677 millones de euros. Recordar, además, que el uso de este mecanismo brilla por su ausencia desde hace muchos años en la Península. En Canarias si se ha usado más veces.
Debería ser más rápida en algunas decisiones tomadas en la buena dirección, como es el acabar con la CESUR, que según el propio ministro nos ahorramos 335 millones de euros por año. Claro que ya existían algunos informes, muchos de la CNE, denunciando aspectos de la misma, y nunca nadie hizo nada.
Deberían también cuestionarse algunas fórmulas como los pagos por capacidad, el exceso de retribución de la nuclear y la gran hidráulica en el pool, las centrales más que amortizadas de tecnologías del régimen especial y ordinario, y con esto un montón de posibles soluciones que si se hubiesen implementado desde el principio de la legislatura, el ahorro hubiese sido considerable y, desde luego, hubiese ayudado a paliar el déficit de tarifa, y no se habría generado inseguridad jurídica.
Sí al autoconsumo con balance neto
Debería apostar por el autoconsumo con balance neto, con cupo anual y sin crear ninguna burbuja. Esta fórmula es eficiente, es creadora de empleo y de riqueza y solo aporta ventajas a nuestra sociedad. Por ello, hay que hacer desaparecer las dudas sobre este asunto generadas por un borrador promovido por el gobierno, incorporando incluso un impuesto al sol.
Debería abordar con decisión partidas como los costes de los territorios no peninsulares, especialmente Canarias (Baleares ya tienen un cable con la Península). Incorporando la renovable al mix en Canarias de forma decidida, en muy poco tiempo tendríamos unos importantes ahorros. Les recuerdo que, hoy Canarias necesita los 1.400 millones de euros de extra costes anuales, motivado principalmente por el uso de fuentes convencionales de energía, fueloil y gasoil. Un disparate.
Debería aprobarse una norma singular para Canarias¡ ya que somos el único sistema aislado que queda en España y nunca podremos dejar de serlo. Además, todo el sector nacional apoya esta iniciativa.
Debería olvidarse la fórmula de los concursos públicos para adjudicar potencia, que incrementan el coste de implantación de las energías renovables y elevan el precio, además de que se ha demostrado que el sistema ha dejado a Canarias a la cola de España en generación eólica.
Si el esfuerzo es equitativo y para tratar de luchar contra el déficit, sería comprensible que empresas que ganan 550 millones netos después de impuestos con una facturación de 1.700 millones hagan un esfuerzo mayor. Hay muchos promotores renovables que perderán hasta su casa. Y tengo que recordar que yo tuve en mis manos un borrador, a modo de banco malo, para la fotovoltaica.
Sueño con que este artículo de opinión lo lea algún dirigente con posibilidades de gobernar en las próximas elecciones. Y cuando menos, cuestione lo que se ha hecho, devuelva la seguridad jurídica, acabe con la retroactividad, y cumpla con el verdadero interés general. Todo esto para lograr un futuro mejor para Todos, basado en OTRA, urgente, necesaria y posible POLITICA ENERGETICA y en mayúsculas.
* Enrique Rodriguez de Azero es Presidente de la Asociación Canaria de Energías Renovables (ACER)