La Red Española de Ciudades por el Clima (RECC) es una sección de la Federación Española de Municipios y Provincias formada por los ayuntamientos que voluntariamente han decidido formar parte de la misma y asumir determinados planes y medidas de actuación climática para la reducción efectiva de los gases de efecto invernadero (GEI) en los ámbitos del transporte, la energía, la edificación y el urbanismo, así como poner en marcha procesos de participación ciudadana para el desarrollo de dichas medidas.
Alianza por el Clima es una entidad formada por más de 400 organizaciones sociales, ecologistas, sindicales, de cooperación al desarrollo, de acción rural, de agricultores, vecinales, católicas y de consumidores, integradas a su vez en otras plataformas ciudadanas, cuyo fin es colaborar en la puesta en marcha de políticas climáticas adecuadas, sensibilizando a la sociedad y realizando propuestas a las diferentes administraciones. Una de sus líneas de actuación esta enfocada a la interacción con las entidades locales.
El convenio ahora suscrito -informa Alianza por el Clima- tiene por objeto "la colaboración de ambas entidades, a través de procesos de participación social, en la definición y el desarrollo de medidas municipales para la mitigación o la adaptación al cambio climático, así como en la definición de indicadores para la evaluación periódica de las medidas climáticas que figuran en los planes de actuación municipales".
Según la Alianza por el Clima, "a muchos de los sectores y colectivos sociales a los que representamos les afecta negativamente el cambio climático y están por tanto interesados en que se pongan en marcha medidas para reducir las emisiones y para adaptarse a sus efectos, ya visibles". Entre ellos, esta entidad menciona en primer lugar a "los vecinos y las vecinas, las personas consumidoras y usuarias a los que les afectan las olas de calor, el coste de los suministros energéticos y de agua o el aumento de contaminantes atmosféricos derivados de altas temperaturas".
El cambio climático también preocupa cada vez más -continúa Alianza por el Clima- "a las organizaciones no gubernamentales de desarrollo, de acción social o religiosas que les preocupa la vulnerabilidad climática de los sectores y países más desfavorecidos en relación con los medios de subsistencia, la habitabilidad de las viviendas, la falta de suministros o alimentos por las sequías o las migraciones".
Otro colectivo ocupado y preocupado por el calentamiento global es el de los trabajadores y las trabajadoras
- aquellos que trabajan al aire libre y por tanto están expuestos a altas temperaturas en épocas de calor;
- aquellos que tienen empleos que se pueden perder como consecuencia de las medidas de mitigación;
- aquellos puestos de trabajo que se pueden crear por desarrollar sectores económicos más verdes;
- los agricultores y agricultoras a quienes les afectan las pérdidas de cultivos como consecuencia de las alteraciones climáticas y las sequías.