Antes de hablar de la nueva edición del Congreso Nacional de Energías Renovables, vamos a repasar la actualidad. Los números hablan y reflejan una caída en la instalación del autoconsumo, especialmente el residencial. ¿Cuál es el futuro inmediato que se pronostica?
El autoconsumo vivió una tormenta perfecta en 2022, y aún estamos viviendo la vuelta a la normalidad tras las cifras récord que vivimos entonces. Esto supone que el sector debe pasar por un proceso de ajuste, algo que entendemos natural, por doloroso que sea, pero creemos que muchas de las razones que llevaron a nuestro país a instalar 2,6 GW de autoconsumo aún siguen vigentes.
Es cierto que las ayudas europeas desaparecieron, pero el autoconsumo sigue utilizando una tecnología sencilla, madura y competitiva. La fotovoltaica tiene hoy aún mejores precios que entonces y, aunque los mercados no están marcando precios récord como en 2022, el consumidor residencial o industrial sabe que el impacto del mercado en la factura eléctrica no es tan alto. El mercado industrial no ha caído tanto como el residencial y la razón es un mayor acceso al crédito y una compra más racional. Hoy los medios no nos bombardean con titulares sobre un mercado eléctrico disparado, pero el autoconsumo supone un gran ahorro a medio y largo plazo. En 2023, ya con un mercado más moderado, el ahorro anual por kW instalado era de 208 euros para una instalación residencial y 152 euros para una industrial. Una vivienda recuperaría la inversión inicial en siete años con los ahorros y, teniendo en cuenta que son instalaciones que pueden durar fácilmente más de 25 años, el ahorro es evidente.
Enfrentamos un reto doble: por un lado, facilitar el crédito para que todos aquellos que quieran apostar por el autoconsumo, puedan hacerlo; y, por otro lado, invitar a los potenciales consumidores a que vean los números y comprueben el ahorro que supone.
España tiene actualmente 32.000 MW de energía eólica y el PNIEC plantea que en 2030 haya 60.000 MW. ¿Estamos en condiciones de instalar el doble de potencia en seis años?
Las cuentas son sencillas: 28.000 MW en 6 años son 4.600 MW anuales. Nunca hemos instalado tanta potencia eólica en un año, y las perspectivas de los dos últimos años, en los que hemos instalado 2 GW entre 2022 y 2023, nos dicen que el ritmo actual está muy alejado, deberíamos cuadruplicar ese ritmo y mantenerlo. Pero, más allá de la capacidad física de poder realizar esta apuesta, tenemos la pregunta que debe anteceder a esta cuestión: ¿tiene sentido económico y energético instalar hoy 4.600 MW anuales de eólica? Está claro que es un ritmo muy alto, si atendemos a los precios del mercado y las expectativas que existen tanto respecto a la evolución de la demanda como a la capacidad de aumentar las interconexiones. Si no se necesita más electricidad a corto plazo ni se va a poder exportar, ¿tenemos que plantearnos incorporar más potencia al ritmo que lo estamos haciendo o al que está planificado? Es importante que apostemos por la electrificación, que se incremente la demanda y se acompase la incorporación de nueva potencia al desmantelamiento de las centrales que vayan a desaparecer de nuestro mix e incorporar las renovables según su perfil de generación y no mirando únicamente el precio. Debemos realizar la transición de forma inteligente.
Y si analizamos de forma inteligente cómo debe ser esa transición, vemos que es más necesaria ahora mismo la eólica para sustituir consumos de gas que instalar fotovoltaica al ritmo que lo estamos haciendo. Debemos seguir apostando por eólica y fotovoltaica, tratando de equilibrarlas a corto y largo plazo, analizando bien el perfil de generación de ambas y acompañándolas del desarrollo del almacenamiento.
El Miteco acaba de aprobar el decreto que regula la eólica marina con las previsiones de potencia a instalar en los próximos años. ¿Estamos en condiciones de instalar 6.000 MW hasta 2030? ¿Tienen noticias en APPA de si se va a convocar alguna subasta de eólica marina?
Es cierto que el decreto 926 ha sido un paso adelante. Los objetivos de 6 GW de eólica marina para 2030 son muy ambiciosos y son muchos los retos por delante: desarrollar infraestructura portuaria específica, resolver retos logísticos offshore y garantizar inversiones tecnológicas. Aún no tenemos conocimiento de subastas específicas, una herramienta necesaria para el desarrollo de cualquier tecnología incipiente. El objetivo de 6.000 MW es ambicioso, pero debemos iniciar el camino porque nuestro potencial son todos los kilómetros de costa que tenemos y la industria marítima ya existente. Hay que dar los primeros pasos, acompañando a las empresas en la innovación y el desarrollo, ese debe ser nuestro objetivo.
¿Cómo está el asunto de acceso y conexión? Hay mucha preocupación en el sector porque no se convocan subastas de capacidad.
Ahora mismo la trinidad de preocupaciones del sector sería: demanda, almacenamiento y red, con la duda en el orden de las dos últimas. Es seguro que el acceso y conexión está en el “Top 3” de barreras y, en este caso, es doble. Necesitamos conectar la generación, pero también necesitamos conectar la demanda. Como vemos, son temas interrelacionados, pero la demanda está por encima. Contamos ahora mismo con 140 GW de proyectos con acceso concedido, cuyo límite es hasta 2028 en la gran mayoría de los casos. A corto plazo no necesitamos subastas, pero el sector no termina en 2028 y tenemos que planificar los siguientes pasos. No es prioritario, pero debe estar en nuestra agenda.
Sobre los precios cero y negativos. El sector está muy preocupado por este panorama. ¿Cuál es la solución? ¿Cómo están los inversores? ¿Va a seguir creciendo el parque fotovoltaico para vertido a red?
La previsión que manejamos es que, probablemente, cerraremos el año con un 10% de horas a precios cero y negativos. Se ha descompensado la oferta y la demanda, lo que nos va a llevar a tener unos años complicados de precios, algo que va a afectar especialmente a la fotovoltaica. Es posible que siga creciendo el parque fotovoltaico, por un efecto de inercia en las inversiones. Lo fundamental es que atraigamos industria electrointensiva y nueva demanda procedente de la electrificación del consumo fósil. Esa debería ser la prioridad de todo el sector y dejar de mirar la parte de oferta. Si la demanda eléctrica crece, llegarán las inversiones, en caso contrario, los proyectos sufrirán.
Todo el mundo en el sector dice que la clave está en el almacenamiento, pero no acaba de ver la luz. ¿Qué se plantea desde APPA?
La clave está en la demanda, no en el almacenamiento, que es un ´instrumento` o herramienta para trasladar generación a horas de demanda, pero no es una demanda en sí mismo. El almacenamiento es fundamental, pero tiene finalidades distintas. No es lo mismo las baterías, que pueden desplazar una o dos horas de generación, lo cual puede tener sentido económico y mejorará la gestión, sin embargo, tiene un peso limitado sobre el total del sistema; que el bombeo, que permite una operación de mayor valor para el sistema. Si las señales de precio existen, el desarrollo de las baterías, tanto delante como detrás del contador, se producirá. Y si el operador del sistema considera que debe incentivarse su desarrollo, tendrá que transmitirlo. En caso contrario, es el mercado y los objetivos quienes deben marcar las tecnologías que se desarrollen, incluidas las de almacenamiento.
¿Y sobre el bombeo? Los bombeos son otra forma de almacenamiento en la que a priori no se piensa. Pero es una forma de almacenamiento estacionaria. Además vosotros estaréis muy pendientes del bombeo por vuestra historia porque APPA fue fundada por gente del sector hidroeléctrico.
Debería ser una prioridad de país, por delante de cualquier tecnología de generación, es algo que nos interesa a todos: consumidores, generadores y operadores de red. El bombeo tiene un valor mucho mayor para el sistema, un sistema que, recordemos, cada vez tiene menos turbinas y más inversores. El bombeo no sólo permite la operación diaria, también la estacional y la regulación en frecuencia y tensión de la señal. El desarrollo de bombeos supondría una de las soluciones más importantes para la gestionabilidad del sistema, pero debemos facilitar su puesta en marcha. El gobierno central, las comunidades autónomas y las confederaciones deberían sentarse en la misma mesa y ponerse como objetivo facilitar todos aquellos bombeos que sean viables.
Nuestro origen como Asociación estuvo en la minihidráulica, en 1987, pronto cumpliremos los 40 años, pero la energía minihidráulica sigue siendo la más económica y la más sostenible, son características que no cambian, con instalaciones que llevan más de un siglo generando electricidad. Y, cuando existe almacenamiento, como en un bombeo o una presa, es la tecnología más gestionable que existe. Si mañana hubiera una catástrofe como las de las películas, el sistema eléctrico se reiniciaría en una central hidráulica… o en un bombeo.
Y ahora sí, ¿cómo se presenta el VIII Congreso Nacional de Energías Renovables?
Con la reciente aprobación del PNIEC, el necesario incremento de demanda y las inversiones en potencia, redes y almacenamiento, el Congreso cuenta con numerosos temas muy interesantes para el sector que estamos deseosos de abordar. Estamos en un momento decisivo, y creo que todos lo entendemos así, con unas renovables muy competitivas que empiezan a abordar los retos que siempre hemos querido poner sobre la mesa. Por un lado, la electrificación de usos fósiles, y, por otro, y totalmente complementario, el impulso renovable más allá del electrón. Debemos buscar también la molécula verde: biometano, biocarburantes… Hay mucho por hacer.
Cuando hablamos de electrificación, tenemos que explicar bien que llevamos más de una década totalmente parados en este cambio de modelo. La electricidad es el 25% de la energía en España, y esto lleva muchos años sin cambiar. Si queremos integrar más energías renovables de forma rápida, esto debe hacerse con electricidad, y es algo que tenemos que abordar en el Congreso porque implica muchos aspectos que debemos considerar: el almacenamiento, la flexibilidad de la demanda, la capacidad de las redes, el impacto en los mercados y la financiación… No se trata únicamente de aumentar ese 25% que representa la electricidad, se trata de abordar de forma integral todos los cambios y eso es algo que sólo se consigue reuniendo a los ponentes de mayor nivel que existen en nuestro país, una labor que realizamos en el Congreso año tras año.
¿Cuáles serán los temas más destacados o con mayor peso este año?
El PNIEC nos marca un camino claro, que es el de la electrificación, con un incremento del 34% de la demanda eléctrica para final de la década. Se trata de un objetivo muy ambicioso, que debemos aterrizar. La búsqueda del equilibrio entre oferta y demanda es crucial aquí, no podemos seguir animando a la inversión en el lado de la oferta sin incentivar la demanda, porque ese desequilibrio lo hemos visto en los mercados, con un 10% de horas a precios cero o negativos, y después lo veremos en las entidades financiadoras.
El almacenamiento, la capacidad de la red para absorber tanto la oferta como la demanda, el biometano y el impulso que debemos dar al autoconsumo para reactivarlo son algunos de los temas que abordaremos en un momento crucial: el ecuador del PNIEC. Es importante que no nos limitemos al sector eléctrico, porque si la energía es, en un 75%, no eléctrica, la descarbonización, la estabilidad y la seguridad de suministro que nos proporcionan las renovables, deben también desarrollarse más allá de la electricidad. En la Asociación somos muy activos en bioenergía, con el papel que puede tener el biometano para sustituir al gas natural y el valor que hoy tiene, y que debe aumentar, de los biocarburantes en los vehículos de combustión. El debate entre vehículo eléctrico y biocarburantes o entre bomba de calor alimentada con electricidad renovable y calderas con biometano es absurdo en esta década, hoy necesitamos todas las herramientas a nuestra disposición para impulsar el cambio.
¿Qué diferencias ha notado a lo largo de estas ocho ediciones? El congreso evoluciona al igual que evolucionan y crecen las renovables, ¿no?
Está claro que el sector renovable está vivo y en constante evolución, pero cuando lanzamos la primera edición, que coincidía con el 30 aniversario de APPA Renovables, estábamos aún sufriendo la moratoria y el sector no tenía la alegría que tiene hoy. Incluso aunque notamos síntomas de desaceleración y vemos preocupados esos equilibrios entre tecnologías, la situación hoy es infinitamente mejor que entonces. Ahora debatimos la integración real de lo que entonces teníamos como un objetivo a largo plazo. Las renovables eléctricas ya son competitivas; nos acercamos a porcentajes de penetración renovable, una vez superado el 50% el año pasado, que implican un debate más profundo; empezamos a ver cómo sustituir con gases renovables (biogás, biometano, hidrógeno renovable) los combustibles fósiles que usamos; planteamos ya el uso de biocombustibles y otros combustibles sostenibles en transporte pesado, aviación y sector marítimo. Realmente hoy tenemos debates apasionantes porque se traducen en proyectos tangibles, es un privilegio vivir este proceso en el sector energético.
¿Por qué es una cita destacada en el calendario del sector?
La cita es destacada porque reflejamos en este Congreso el espíritu de la Asociación, y ese espíritu es único en España. APPA Renovables defiende todas las tecnologías limpias y abogamos por su complementariedad, apostando por un discurso racional del desarrollo que debemos acometer. Esto en ocasiones nos perjudica, éramos los que defendían la fotovoltaica cuando esta tecnología era tildada de cara y, ahora que es la estrella, levantamos la voz para denunciar los retos que supone su integración para la red y los mercados, así como la necesidad imperiosa de que la nueva potencia vaya de la mano del desarrollo del almacenamiento. Se trata de una cita que analiza la realidad y propone soluciones realistas en función de nuestras capacidades como país, buscando un análisis estratégico que huye de sensacionalismos. Si algo ha diferenciado siempre a la Asociación ha sido conjugar la defensa de todas las renovables y entender los intereses de todos los actores, no hablar únicamente de nuestro libro. Un ejemplo de esto es la mesa que clausurará el Congreso, donde analizaremos la convivencia de las renovables con los sectores tradicionales como la energía nuclear, el petróleo y el gas, entendiendo el nuevo rol que están tomando las energías renovables, pero también yendo de la mano con los distintos actores.
VIII Congreso Nacional de Energías Renovables
Los días 4 y 5 de diciembre en el Auditorio Mutua Madrileña se celebrará uno de los mayores encuentros de energías renovables del país. El VIII Congreso Nacional de Energías Renovables de APPA reunirá a más de 60 ponentes de primer nivel y contará con mesas dedicadas al almacenamiento, la capacidad de la red, el biometano y el autoconsumo. El miércoles 4 durante todo el día, y el jueves 5 hasta el almuerzo, el sector y sus profesionales tienen una gran oportunidad de compartir dos días intensos de aprendizaje, intercambio de experiencias y colaboración.
Qué: VIII Congreso Nacional de Energías Renovables
Cuándo: 4 y 5 de diciembre
Dónde: Auditorio Mutua Madrileña
Encuentro Anual del Sector: miércoles 4 a las 20:00h en el Restaurante Fortuny