El proyecto Saludapt ha sido desarrollado por el Instituto de Trabajo, Salud y Ambiente de CCOO, ISTAS con el apoyo de la Fundación Biodiversidad (Ministerio para la Transición Ecológica) y ofrece estrategias a administraciones y empresas para enfrentar y conocer mejor como proteger a los trabajadores antes el cambio climático.
Sus autores han comprobado que en 2016 se observó un descenso del 5,3% en la productividad a nivel mundial con respecto a los niveles del año 2000 en las poblaciones expuestas. La pérdida de capacidad de trabajo en zonas particularmente calurosas del mundo es de hasta un 10% actualmente y podría llegar hasta un 30-40% en 2085. Además, esta pérdida de productividad laboral por calor no es igual en todas las partes del mundo. En los países en desarrollo, se estima que es de 6,6 días y de 3,5 días para los países desarrollados. En el futuro se prevé que los países del sudeste asiático, con un calentamiento global de 1,5°C, sufrirán la misma pérdida que los países desarrollados con un aumento de la temperatura de 4°C.
El cambio climático agravará también los riesgos laborales ya existentes y hará emerger otros nuevos. Las temperaturas ambientales extremas causan malestar y alteran la atención, lo que eventualmente puede ser causa de accidentes de trabajo. Para España, un estudio de Martínez-Solanas ha concluido que el frío extremo aumenta el riesgo de accidentes laborales en un 4%, mientras que el calor extremo lo incrementa en un 9% a nivel estatal.
Sin embargo, las estadísticas de accidentes de trabajo apenas recogen datos de daños producidos por el estrés térmico en España. Y esto se debe a un problema en origen, pues no se están registrando adecuadamente las consecuencias en la salud de las olas de calor en la población trabajadora. El estudio de las estadísticas de accidentes laborales del año 2015 confirma que las cifras de accidentes laborales y daños por calor recogidas por los medios de comunicación y otras fuentes de información son superiores a las que se recogen con las estadísticas de accidentes de trabajo registrados.
Enfermedades por calor
Los daños producidos a corto plazo por las altas temperaturas son las llamadas enfermedades por calor (que incluyen al peligrosísimo golpe de calor), y a largo plazo la exposición repetida a altas temperaturas (a veces de forma combinada con otras exposiciones laborales, como sustancias tóxicas o contaminación atmosférica por ozono, etc.) puede contribuir a enfermedades sistémicas, efectos sobre la fertilidad masculina y femenina, y sobre el embarazo. Además, el calor incrementa la toxicidad de ciertas sustancias a la vez que reduce la efectividad de los equipos de protección individual en la reducción del riesgo.
Hay que tener en cuenta que hay muchas ocupaciones en las que, además de las altas temperaturas ambientales, las personas trabajan expuestas a otros factores que tienen capacidad de alterar el equilibrio térmico corporal. Por ejemplo, cuando se trabaja cerca de fuentes de calor (como cocinas y hornos). También el trabajo físico moderado o intenso incrementa la cantidad de calor interno, lo que dificulta el equilibrio térmico. Y en muchos puestos se requiere utilizar prendas o equipos de protección individual que vienen a brindar protección frente a otros riesgos (por ejemplo, tóxicos, quemaduras, cortes, golpes, etc.), pero que, al dificultar o impedir la normal transpiración, pueden provocar la subida de la temperatura interna.
Las personas que desempeñan su trabajo en exteriores resultan directamente expuestas a las altas temperaturas ambientales, a las que se suma el calor radiante (principalmente solar) y, en medios urbanos, al efecto isla de calor. El riesgo de que estas personas sufran daños a la salud como consecuencia del trabajo se ve incrementado dramáticamente durante los episodios de altas temperaturas ambientales. Sin embargo, los actuales estándares que se utilizan para evaluar los riesgos laborales no reflejan la realidad de estas situaciones.
Propuestas de ISTAS
Ante esta situación, el Instituto de Trabajo, Salud y Ambiente de CCOO ha elaborado una serie de propuestas de actuación dirigidas a autoridades ambientales, sanitarias, laborales, interlocutores sociales y empresas.
A las autoridades ambientales, responsables de la adaptación al cambio climático, les piden, entre otras cosas:
• Generar y trasladar a la población un adecuado conocimiento sobre los efectos del cambio climático en las exposiciones laborales, en particular de los efectos de las altas temperaturas en la salud, seguridad, bienestar de la población trabajadora y en la productividad.
• Acciones divulgativas orientadas a las empresas para combatir la creencia de que las exposiciones laborales a altas temperaturas ambientales no deben considerarse “condiciones de trabajo” sobre las que debe actuar el empleador, por ser algo “natural” y de origen externo.
• Dar seguimiento a los partes meteorológicos diarios, para realizar una gestión preventiva de los mismos, de modo que las tareas con exposición se puedan realizar con total protección.
• Encauzar la adaptación al cambio climático de la propia Administración pública como agente empleador y como contratista, a través de medidas de gestión preventiva de los riesgos climáticos que afectan a las personas que trabajan directa o indirectamente para las entidades públicas.
A las autoridades sanitarias:
• Desarrollar una vigilancia específica del impacto de las altas temperaturas en la salud de las personas con exposición laboral, como parte del sistema de vigilancia de la salud pública.
• Formar a los profesionales de la salud para aplicar dichos protocolos.
• Fomentar la investigación, especialmente de la afectación de los colectivos laborales de especial vulnerabilidad y especial sensibilidad
• Desarrollar un formulario para recoger información complementaria sobre los casos atendidos por el sistema de salud de enfermedades por calor o defunciones relacionadas con exposiciones ocupacionales a altas temperaturas.
A las autoridades laborales:
• Adoptar planes de actuación para incrementar el control de las condiciones de trabajo en los sectores con exposición a altas temperaturas, especialmente en los que haya colectivos de trabajadores vulnerables, más expuestos y/o más sensibles
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• Desarrollar las capacidades de los técnicos de la Administración respecto al estrés térmico en el mundo laboral, en todas las agencias y niveles relevantes, mediante planes de formación, estudio e investigación.
• Mejorar la notificación de las contingencias profesionales relacionadas con las altas temperaturas ambientales en el parte de accidentes de trabajo.
• Colaborar con las autoridades sanitarias en el desarrollo conjunto de una fuente adicional en las recomendaciones para la autoridad sanitaria, para mejorar la capacidad de toma de datos para el seguimiento del impacto de las altas temperaturas en la salud, seguridad y bienestar de la población trabajadora.
• Desarrollar guías técnicas con modelos de intervención para la prevención del estrés térmico que sirvan a las empresas para adaptar su gestión preventiva a la variabilidad de las condiciones ambientales externas.
• Crear un fondo para estudios de investigación del impacto en colectivos específicos de cara a mejorar los dispositivos públicos de protección.
A las autoridades laborales y los agentes sociales, entre otras cosas:
• Lanzar campañas de comprobación de la existencia de protocolos de actuación (y de su aplicación) con medidas para la protección de la salud y seguridad ante las temperaturas ambientales extremas.
•Desarrollar planes para la formación para la adaptación al cambio climático y la prevención de riesgos laborales respecto al estrés térmico en las actividades laborales (para funcionarios, empresarios, delegados y trabajadores).
A las empresas:
• La empresas han de tener planificadas, con la participación de los trabajadores y sus representantes, medidas para adaptar las condiciones en que se realiza el trabajo de acuerdo a la peligrosidad que suponen las temperaturas ambientales externas, en un plan de acción (o protocolo) que sea parte de su planificación preventiva.
El desarrollo del plan implica los siguientes pasos:
- Identificar todos los puestos y las tareas con posible exposición.
- Establecer un método consensuado para identificar “niveles de acción” para cada lugar de trabajo, tarea y momento del día.
- Tener previstas, para cada tarea y nivel de acción, una serie de medidas preventivas adecuadas para distintos niveles de peligrosidad.
- Establecer responsabilidades in situ y, en su caso, un sistema de permisos.
- Formar a los trabajadores y mandos.
- Organizar la monitorización, los primeros auxilios, la vigilancia de la salud y el seguimiento de la efectividad del plan.