Mientras que el mercado energético mundial avanza hacia las energías limpias, como ha puesto de relieve la Agencia Internacional de Energía (IEA) en su informe anual World Energy Outlook 2016 (WEO2016), Estados Unidos invierte el paso y, si nada lo impide, pretende moverse en la dirección contraria.
La IEA prevé que la energía limpia crezca exponencialmente en las próximas dos décadas, a medida que los países trabajen para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y vayan ampliando el acceso a la electricidad. El cambio supondrá que en 2040, el sol y el viento generarán más de un tercio de la energía que demanda el mundo, lo que irá acompañado de la creación de millones de puestos de trabajo e inversiones billonarias.
Estados Unidos podría perder algunos de esos beneficios económicos, advierten expertos en energía, si Trump cumple con sus promesas de campaña destinadas a revitalizar el sector de los combustibles fósiles y abordar, según sus palabras, ”desafíos ambientales reales” en lugar de "falsos" como el cambio climático.
China y la India, dos economías en rápido crecimiento con crecientes necesidades energéticas, estarían encantadas de recoger el testigo, según Tim Buckley, director de estudios de finanzas energéticas del Instituto de Economía de la Energía y Análisis Financiero (Energy Economics and Financial Analysis). "Si Estados Unidos quiere perder ese liderazgo, o erosionarlo, entonces China o la India lo aceptarán muy felizmente", dijo Buckley.
"China e India estarán encantadas de liderar mundialmente esas industrias del futuro, que emplearán a millones de personas y que ya están recibiendo cerca de dos billones de dólares de inversión al año", dijo Buckley, citando cifras del nuevo informe de la IEA. De acuerdo con el World Energy Outlook 2016, las renovables podrían representar la mayor fuente de generación de energía en ambos países dentro de dos décadas.
China ya ha advertido a Trump que no se aleje de los compromisos adquiridos por Estados Unidos bajo el Acuerdo Climático de París, y ha señalado que lideraría las futuras negociaciones sobre el clima si los Estados Unidos retrocedieran.