La guerra en Ucrania ya ha entrado en su tercer año y la UE no ha dejado de financiar a su supuesto "enemigo" mientras desde Bruselas se invoca a la defensa de la democracia y se invita a sus miembros a rearmarse frente a la "mayor amenaza para la seguridad europea desde la Segunda Guerra Mundial".
En concreto, y a pesar de las muchas relosuciones europeas de "sanción", lo cierto es que la UE compró un 18% más de gas a Putin en 2024, un crecimiento impulsado, principalmente, por un aumento de las importaciones de Italia, República Checa y Francia, según señala un reciente estudio de el grupo internacional de expertos en energía, Ember.
De hecho, el comisario europeo de Energía y Vivienda, Dan Jorgensen, ha admitido que las compras de gas ruso de la Unión Europea desde 2022 "equivalen al precio de 2.400 nuevos cazas F-35 para el Kremlin".
En la lista de clientes de Putin no faltan las empresas "españolas" que operan las centrales de ciclo combinado en nuestro país, y es que Rusia no ha dejado de inyectar gas en las venas del sistema energético nacional. Iberdrola, Naturgy, Endesa, Repsol, EDP incrementaron las importaciones de gas ruso este en 2024 en más de cien puntos (+103,6%), según el Boletín Informativo de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
En concreto, la Rusia de Vladimir Putin le vendió a las compañías energéticas que operan en España 32.832 gigavatios hora de gas natural (metano) entre el 1 de enero y el 30 de noviembre del año 2021, o sea, en los once primeros meses de ese curso (la guerra estalló en febrero del 22). Pues bien, la misma Rusia de Putin (pero ahora en guerra) le ha vendido a las compañías energéticas que operan en España 66.875 gigavatios hora entre el 1 de enero y el 30 de noviembre de este año, 2024. O sea, que este año ha llegado aquí, desde Rusia, más del doble de gas del que llegaba antes de que estallara el conflicto.
Una amenaza para la seguridad europea
Según reconocen desde Bruselas, en 2024 "la UE experimentó un repunte de las importaciones de gas ruso", hecho que pone en evidencia "la dependencia excesiva de la UE de las importaciones de energía rusa" algo que constituye "una amenaza para la seguridad", que requiere "acciones más coordinadas".
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea: "Ha llegado el momento de que Europa corte completamente sus vínculos energéticos con un proveedor poco fiable. Y la energía que llega a nuestro continente no debe servir para pagar una guerra de agresión contra Ucrania. Se lo debemos a nuestros ciudadanos, a nuestras empresas y a nuestros valientes amigos ucranianos".
Desconexión rusa
Introducido en mayo de 2022, la hoja de ruta se basa en el Plan REPowerEU, que fue la respuesta inmediata de la UE para hacer frente a las consecuencias de la invasión ilegal de Ucrania por parte de Rusia. El Plan confirmó la determinación de la UE de eliminar la energía rusa, acelerando al mismo tiempo el despliegue de las energías renovables y mejorando el ahorro de energía y la eficiencia energética.
La hoja de ruta REPowerEU establece una eliminación gradual del petróleo, el gas y la energía nuclear rusos de los mercados de la UE, que se llevará a cabo "de manera coordinada y segura" a medida que avancemos en nuestra transición energética. Las medidas se han diseñado para preservar la seguridad del suministro energético de la UE, limitando al mismo tiempo cualquier impacto en los precios y los mercados.
Dan Jørgensen, comisario de Energía y Vivienda: "El mensaje a Rusia es claro: Nunca más chantajearás a nuestros Estados miembros. Nunca más llegarán euros a tu reserva bélica. Tu gas será excluido. Produciremos nuestra propia energía limpia y asequible en lugar de importar combustibles fósiles caros".
En concreto, por lo que se refiere al gas, "se evitarán nuevos contratos con proveedores de gas ruso (por gasoducto y en forma de GNL), y los contratos de contado existentes se rescindirán de aquí a finales de 2025". De esta manera, "la UE habrá reducido en un tercio el suministro restante de gas ruso ya a finales de este año". La Comisión propondrá, además, "poner fin a todas las importaciones restantes de gas ruso para finales de 2027".
Por lo que se refiere a la energía nuclear, las propuestas del próximo mes incluirán medidas sobre las importaciones rusas de uranio enriquecido, así como restricciones a los nuevos contratos de suministro firmados conjuntamente por la Agencia de Abastecimiento de Euratom (AAE) para el uranio, uranio enriquecido y otros materiales nucleares procedentes de Rusia. También está prevista una Iniciativa del Centro Europeo de Radioisótopos para garantizar el suministro de radioisótopos médicos en la UE mediante el aumento de la producción propia.
Los ecologistas exigen que no se cambie el gas de Putin por el de Trump
Desde Greenpeace piden ir más allá con este asunto de las importaciones de gas y directamente exigen que la hoja de ruta europea para abandonar el gas ruso "rechace también el gas de Trump", porque el plan recomienda la eliminación progresiva de las importaciones de energía rusa y la búsqueda de "otros proveedores de los mismos combustibles".
Por ello, Greenpeace considera que dicha hoja de ruta debe hacerse extensiva a los combustibles fósiles "de otros proveedores", especialmente los de regímenes "hostiles" a la UE "como el actual Gobierno de Estados Unidos", ya que, a su parecer, tal como está planteada, la medida "encerraría aún más a la UE en la dependencia de los combustibles fósiles, encarecería las facturas energéticas de la ciudadanía, financiaría otros regímenes autoritarios y agravaría la crisis climática y la contaminación".
Thomas Gelin, responsable de Greenpeace para el clima y la energía en la UE: "Mantener el flujo de dinero a la guerra de Putin para estos combustibles es escandaloso, pero la Comisión corre el riesgo de sustituir una dependencia desastrosa por otra: desconectarse del gas de Putin y conectarse al de Trump".
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