La estrategia -informa el Gobierno- se establece con un horizonte temporal de 2030 "y se armonizará con las prioridades del Gobierno central y de las orientaciones de la UE fijadas en el nuevo Pacto Verde, sin descuidar al mismo tiempo las particularidades del Principado en materia energética". Para la definición de esta hoja de ruta a través de un modelo de gobernanza basado en el consenso se ha constituido ya la mesa regional en la que, junto con el Gobierno autonómico, se integran todos los actores arriba citados. Este grupo de trabajo tomará como referencia los documentos elaborados por la comisión mixta para la evaluación de la transición energética en Asturias.
La comisión ha realizado un profundo análisis de la situación actual y de las perspectivas energéticas de la comunidad en generación, distribución y contribución al PIB regional. Su primera recomendación ha sido elaborar esta Estratégica Energética 2030 para dar respuesta a las transformaciones previstas en el sector en ese tiempo y a los impactos que se prevén en el tejido económico e industrial de Asturias. Con esta planificación se busca identificar "el mejor modelo energético que se adapte a las necesidades de Asturias y armonizarlo con otras estrategias regionales, nacionales y europeas; además, planteará los objetivos necesarios para conseguir que la transformación del sector se oriente hacia este modelo".
Según el Ejecutivo asturiano, a partir de esta estrategia se definirán los correspondientes planes para conseguir los objetivos de reducción de emisiones en 2030, teniendo como horizonte la senda de descarbonización planteada por la UE de cara a lograr la neutralidad climática en 2050. Aparte, el Principado cuenta con el asesoramiento de la Dirección General de la Energía de la UE y de la Plataforma de Regiones de Carbón en Transición, a través de su secretariado.