Los activistas paralizaron ayer, al amanecer, las obras de Gas Natural Fenosa, y permanecen a estas horas encadenados. Con esta acción, Greenpeace protesta contra un proyecto que considera "tan peligroso como innecesario". Según la organización ecologista, la protesta "se está desarrollando con tranquilidad y los activistas se encuentran bien y animados". Greenpeace mantiene un campamento de resistencia con tres grupos de acción: uno, a la entrada de la instalación; otro, en lo alto de una de las estructuras en la zona del proyecto; y otro, que mantiene parada la maquinaria de la instalación gasística.
"El negocio que persigue Gas Natural Fenosa en esta zona -explica Greenpeace- es el almacenamiento de gas, como ya sucedió en el almacén subterráneo Castor en Castellón, que produjo más de 500 terremotos y una indemnización con dinero público a la empresa de casi 1.400 millones de euros". Los ecologistas explican que Gas Natural Fenosa consiguió las autorizaciones para emprender la obra gracias a que "la empresa dividió en cuatro los proyectos, para así disminuir aparentemente los impactos ambientales". Con esta "argucia" -denuncia Greenpeace-, Gas Natural Fenosa ha obtenido del Gobierno (gobierno entonces en funciones) "la declaración de utilidad pública a sus pretensiones, algo inaceptable dada la importancia de los daños que se puedan causar al lugar".
Motivos por los que Greenpeace considera que debe detenerse el proyecto de extracción y almacenamiento de gas en Doñana
• Afecta al espacio protegido de Doñana y a su fauna emblemática, puesto que altera y fragmenta el hábitat de la misma.
• Es un impedimento para el cumplimiento del Acuerdo de París, pues sigue con la apuesta a los combustibles fósiles.
• El Proyecto Marismas, que se ha dividido en cuatro subproyectos, no ha sido objeto de una evaluación ambiental global adecuada.
• Cede terreno público para uso privado a una empresa con expolíticos implicados en la concesión de los permisos.
• Supone una grave desigualdad de trato con los habitantes de la zona, pues da privilegios a Gas Natural Fenosa.
• Pone en riesgo de contaminación el acuífero 27 de Doñana, del que se abastece la población local.
• Al igual que sucedió en el almacén de gas Castor en Castellón, este proyecto representa un peligro de sismicidad inducida.
• Dilapida fondos concedidos hace décadas, por el Estado y Bruselas, para la conservación de Doñana y su entorno.
• El almacenamiento de gas es un negocio arriesgado ya que se trata de una inversión muy cara cuya rentabilidad se basa en un supuesto fuerte aumento de la demanda de gas nacional y europea, que no corresponde con la realidad.
• Las fugas y vertidos, inherentes a los proyectos de extracción y almacenamiento de gas, suponen riesgo de explosiones que ponen en peligro a los habitantes de la zona.
Informe «Extracción y almacenamiento de gas en Doñana. Diez razones para decir NO»