El 29 de junio, bajo el lema "Nos sobra energía”, millares de personas se manifestaron en Canarias, Baleares y diversos puntos de la Península en contra de las prospecciones petrolíferas proyectadas en aguas de ambos archipiélagos. Unos sondeos que suponen una amenaza para el medio ambiente y las economías locales, calificados de “disparate” y “maldición” por los hoteleros de Lanzarote y Fuerteventura, quienes recordaron que estas islas no viven del petróleo sino del turismo y la pesca.
Frente a los hidrocarburos y el riesgo de un vertido que se lleve por delante la rica biodiversidad marina que albergan las aguas de nuestras islas, las cadenas humanas, los mosaicos de manos negras, las mesas informativas del 29 de junio, demostraron que una parte de la ciudadanía está dispuesta a emplear toda su energía en parar el intento de extracción de un petróleo que, a poco que se tenga una visión de futuro menos cortoplacista e interesada que la que parece tener el gobierno central, ni siquiera necesitamos.
Por la sencilla razón de que ya es posible ser autosuficiente con energías renovables, como se ha demostrado en la isla de El Hierro, donde la central hidroeólica Gorona del Viento está generando desde el 27 de junio la electricidad que necesita toda la isla.
Que nos sobra energía también quedó demostrado el 21 de junio en otra histórica manifestación, convocada en este caso por la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier) en Madrid “en defensa de la seguridad jurídica, las renovables y la honestidad”.
Millares de ciudadanos y representantes de partidos políticos y otras asociaciones acudieron a la marcha, que con banda de música y cortejo fúnebre incluidos, discurrió por el Paseo de la Castellana hasta llegar al Ministerio de Industria. Allí, el presidente de Anpier leyó un manifiesto de 15 puntos en el que se exige “el fin de la dictadura energética”. Miguel Ángel Martínez Aroca también pidió al ministro Soria que “reponga la seguridad jurídica” de las víctimas (la reforma energética amenaza con arruinar a 60.000 familias que habían invertido sus ahorros en fotovoltaica) o, si no, que dimita.
Para demostrar que solo con renovables podemos lograr el ahorro y la autosuficiencia eléctrica permanente, la Fundación Desarrollo Sostenible nos pide, por su parte, algo muy concreto: cortar los cables y enchufarnos al sol. Es la propuesta recogida en la iniciativa (cortaloscables.com) que promueve esta fundación, respaldada, entre otros, por el exdirector de la Agencia Europea de Medio Ambiente, Domingo Jiménez Beltrán. Otra referencia en la misma línea la encontramos en la iniciativa “Autoconsumo y/es Libertad” impulsada por PIMEC, FITAG-UGT, CCOO de Industria y la Plataforma para el Impulso de la Generación Distribuida y el Autoconsumo Energético.
Parece, por tanto, que energía ciudadana hay de sobra; y energía renovable aún más (según datos de la ONU, de momento solo estamos aprovechando un 2,5% de las posibilidades energéticas del viento, el sol, la biomasa, el agua, la geotermia y las energías marinas). En este número nos extendemos especialmente sobre una de ellas: la energía termosolar. Esperamos que lo disfrutes.
Buen verano, y hasta septiembre.
Luis Merino
lmerino@energias-renovables.com
Pepa Mosquera
pmosquera@energias-renovables.com