Joaquín Nieto
Presidente de honor de Sustainlabour
jqn.nieto@gmail.com
En los últimos tiempos, determinados sectores empresariales, políticos y mediáticos vienen acusando a las energías renovables de un desarrollo demasiado rápido y desproporcionado. Pero ¿Por qué demasiado? ¿Cuánto es demasiado? ¿En relación a qué países?
Mi amigo Domingo Jiménez Beltrán, indignado con quienes dicen que el desarrollo de las renovables es “una pasada”, me envía unos datos comparativos con Alemania: en 2009 la producción de renovables española fue de unos 75 TWh mientras que en Alemania fue el doble, 150 TWh. ¿Quién se ha pasado? No parece que Alemania tenga la percepción de haberlo hecho cuando proyecta ir a más: su Consejo Asesor de Medio Ambiente está ultimando un informe en el que se plantea como viable conseguir en 2050 que toda la producción alemana de energía eléctrica, unos 600 TWh, sea renovable con un coste medio de 10c€/kWh.
Si hablamos de energía solar fotovoltaica (FV), donde parecen concentrarse las denuncias sobre que la evolución española ha ido demasiado lejos, Alemania tiene 15.740 MW a finales de 2010 (tres veces más que los 4.600 MW en España, incluyendo la solar de concentración) y prevé tener 51.750 MW para 2020 (cuatro veces más que los 13.450 previstos en España, incluyendo la solar de concentración). Y eso que Alemania es un país con mucho menos sol que España y con la mitad de eficiencia en sus paneles fotovoltaicos. ¿Cómo se puede decir entonces que España va demasiado rápido en FV cuando en 2020, según los planes previstos, tendrá una cuarta parte de la instalada en Alemania? ¿Qué pasa, que Alemania no sabe lo que hace? O tal vez quienes lo dicen no sepan lo que dicen. O no hayan escuchado a Nabuo Tanaka, director de la Agencia Internacional de Energía, que considerando la ventajosa situación española, en nuestro país la FV alcanzará en 2015 lo que se llama paridad de red, o precios competitivos. O no han querido oírlo.
Es muy posible que en España se haya hecho algo mal en renovables en general y en fotovoltaica en particular. Se ha hecho mal, por ejemplo, dictar un marco regulador que ha llevado al sector a funcionar ‘a trompicones’ con aceleraciones y frenazos totalmente perjudiciales. También en FV, donde a diferencia de Alemania se ha propiciado una implantación de “huertos solares” o plantas de gran dimensión “en suelo” frente a pequeñas plantas en tejado o “en vuelo” mucho más interesantes, más directamente beneficiosas para los usuarios y para el sistema y menos especulativas.
Sin duda alguna, el avance en renovables en España ha sido espectacular. En 2009 han representado el 28,7%, de la producción eléctrica y el 9,4% de la energía primaria, con exportaciones en tecnología y equipos por valor de 4.000 M€, haciendo de España el mayor inversor en el sector en EEUU. Los beneficios de ese desarrollo han sido considerables: reducción en dependencia energética al disminuir las importaciones en unas 7 Mtep y más de 3.000 M€/año, al reducir las emisiones en más de 24 Mt CO2eq/año con un beneficio adicional de más de 500 M€/año, al actuar sobre los costes del sistema, reduciéndolos por desplazar a los combustibles fósiles, al crear 120.000 puestos de trabajo, 75.000 de ellos directos y altamente cualificados. Las posibilidades de futuro son aún mayores: la actividad económica global en EFR ha pasado de unos 20.000 M$ en 2004 a unos 200.000 M$ en 2008 y se triplicará en la próxima década. Los empleos directos superarán los 12 millones.
Quienes siembran alarma diciendo que las renovables han ido demasiado lejos saben todo esto y conocen el desarrollo de las renovables en Alemania y han oído a Tanaka y saben lo que dicen. Pero sus intereses son otros. Aunque eso, como diría Kipling, es otra historia. ¿O es la misma?
