javier garcía breva

España debe revisar el PNIEC antes de la COP 26

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El Acuerdo del Clima de París de 2015, ratificado por España, obliga a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 40% en 2030 sobre el nivel de 1990. La Unión Europea acordó en abril de 2021 su Ley del Clima que eleva el objetivo hasta el 55% en 2030. Por esta razón ha abierto el procedimiento de revisión de las directivas de renovables, eficiencia energética y de edificios para adaptarlas al nuevo objetivo. El gobierno de España publicó el pasado 31 de marzo en el BOE la versión final del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) y en abril el Congreso aprobó la Ley de Cambio Climático, confirmando el objetivo de reducción del 23% de las emisiones en 2030 sobre el nivel de 1990.

El año 2021 será decisivo para la adopción de los compromisos nacionales de los países signatarios del Acuerdo de París para alcanzar el objetivo global de reducción de emisiones.

El objetivo aprobado por España se encuentra alejado de los objetivos a los que se ha comprometido, tanto en el marco de la ONU como en el de la Unión Europea, por lo que hay razones para corregir el PNIEC y la Ley de Cambio Climático antes de la próxima cumbre de la ONU sobre el clima a celebrar en Glasgow (COP 26) el próximo mes de noviembre.

Las 5 razones para corregir el PNIEC
• El observatorio de Mauna Loa (Hawai) registró el pasado 3 de abril el récord histórico de concentración de emisiones de CO2 en 421,21 ppm.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en la presentación del documento “Estado del Clima Global 2020”, afirmó que nos encontramos al borde del abismo y que no hay tiempo que perder. El calentamiento global y sus impactos se aceleran cada vez más y las medidas adoptadas hasta ahora no han impedido la retroalimentación del circulo vicioso del cambio climático.

• La aprobación del Next Generation UE y la distribución de sus recursos a través de los planes nacionales de recuperación es una oportunidad para que la transición energética determine las inversiones para descarbonizar la economía española, generando riqueza para las futuras generaciones, aplicando criterios de sostenibilidad contra el enverdecimiento o “greenwashing” y actuando de barrera ante una futura crisis de la deuda.

El análisis de la reaseguradora Swiss Re augura que, con los actuales planes de reducción de emisiones, la economía española podría caer hasta un 9,7% en 2050.

• El Reglamento (UE) 2018/1999, sobre la gobernanza de la Unión de la Energía y de la Acción por el Clima, incluye en la dimensión de descarbonización de los PNIEC el objetivo nacional vinculante de reducción de emisiones y los objetivos de renovables en el consumo final de energía.

La eficiencia energética, combinada con el uso de energías renovables es el mandato de la Unión de la Energía para reducir las emisiones a cero.

La descarbonización es incompatible con el carbón, el gas y el petróleo y se vincula directamente a la alta eficiencia energética, la utilización masiva de energías renovables, generación distribuida y gestión de la demanda con el control del consumidor para reducir al mínimo las necesidades energéticas.

• Los objetivos de España de emisiones y electrificación de la demanda encubren una planificación energética plagada de combustibles fósiles.

El PNIEC plantea un objetivo de electrificación de solo un 27% de la demanda final para 2030, desde el 24% actual, con un 74% de generación eléctrica renovable, 42% de consumo final de renovables y un 39,5% de eficiencia energética para reducir las emisiones solo un 23%. Con objetivos más elevados de renovables y eficiencia que los que marca Bruselas, del 32% y 32,5% respectivamente, el PNIEC no llega ni a la mitad del objetivo europeo de reducción del 55% de las emisiones.

Los objetivos del PNIEC no son coherentes y al no cuantificar objetivos de generación distribuida, autoconsumo, comunidades de energías renovables ni capacidad flexible se abren muchas incertidumbres por los bajos objetivos de electrificación de la demanda y reducción de emisiones.

Es el mismo análisis que hace la Fundación Renovables en su último informe Democratizar la energía como proyecto de país. La Fundación ha propuesto un objetivo de electrificación del 50% para 2030. En 2018 la patronal Eurelectric propuso, en su informe Descarbonisation Pathways, un objetivo de electrificación del 65% de la economía europea en 2030 para cumplir el Acuerdo de París.

• La edificación y el transporte acumulan el 60% de las emisiones y el 70% del consumo de energía.
Como ha expresado el Director General de APPA Renovables, José María González Moya, el reto más importante del PNIEC está en los sectores difusos. Según APPA, solo las necesidades de climatización suponen el 33% de la energía consumida en España.

La estrategia de rehabilitación a largo plazo (ERESEE 2020) propone una electrificación del 81% en el sector residencial y del 91% en el terciario con una mínima aportación de renovables, del 18% y el 8,5% respectivamente entre 2020 y 2050.

No existe una estrategia para elevar el uso de renovables hasta el 79% en el transporte y al 97% en la calefacción y refrigeración en 2050. APPA propone electrificación y biocarburantes para alcanzar el 28% de renovables en el transporte y opciones como la biomasa, geotermia, solar térmica y bombas de calor para aplicaciones de calor y frio renovables que permitan alcanzar el objetivo del 42% de consumo de renovables en 2030.

Electrificación eficiente para descarbonizar la economía
Ni electrificar es conectar a la red todos los consumos, dando por hecho que toda la electricidad será renovable, ni descarbonizar es sustituir combustibles fósiles por renovables.

Esta es la confusión que puede alargar el uso de la energía fósil en España hasta 2030 y 2050. La regulación eléctrica y los códigos de construcción siguen asentados en un modelo energético centralizado con una importante aportación de carbono. El modelo centralizado necesita incrementos constantes de la oferta y la demanda y no de eficiencia energética ni de la participación de los consumidores; es por naturaleza un modelo especulativo.

La electrificación centralizada y el monopolio natural de las redes impiden el desarrollo de los recursos energéticos distribuidos, que es la opción de las directivas europeas para alcanzar mayores objetivos de descarbonización. Los retos de la electrificación y la descarbonización solo se alcanzarán equilibrando la planificación energética con más energía distribuida y capacidad flexible.

La transición energética consiste en pasar de un modelo energético centralizado a otro distribuido en el que la proximidad de la generación y el consumo permita la gestión inteligente de la demanda.
Solo reconociendo los derechos de los consumidores activos y estableciendo objetivos para los recursos energéticos distribuidos, el PNIEC podrá elevar los objetivos de electrificación y reducción de emisiones, en coherencia con el compromiso que la ONU está reclamando a los gobiernos para la COP 26.

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Miguel
Teniendo en cuenta que el precio del kWh va a subir a partir de junio por encima de los 20 céntimos de euro más impuestos. Dudo que mucha gente se plantee poner bomba de calor en sus viviendas. Seguirán quemando gas o gasóleo.
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