Según el gerente general del Departamento de Financiamiento Estructurado y Corporativo del BID, Hans Schulz, “este proyecto no consiste sólo en una expansión del acceso a la electricidad. También se trata de la transformación de la matriz de energía del país, a fin de reducir su dependencia de las importaciones de combustibles fósiles y de incrementar su competitividad en el largo plazo”.
La planta de San Jacinto-Tizante se encuentra al noroeste de Nicaragua, aproximadamente a 100 km de su capital, Managua, en una zona conocida por sus fumarolas y fuentes geotérmicas naturales. De hecho, dada la zona geográfica del país ubicada en una región de fuerte presencia volcánica, el país posee un alto potencial en generación geotérmica.
“Esperamos que este proyecto tenga un efecto demostrativo que fomente más inversiones del sector privado en los abundantes recursos geotérmicos de la región”, explicó la oficial de Inversiones del Departamento de Financiamiento Estructurado y Corporativo del BID, Elizabeth Robberechts.
Actualmente el 40% de la energía eléctrica en Nicaragua proviene del sector privado, por lo que las oficinas de inversiones del BID tratan de aprovechar esta estadística para que la inversión se enfoque en activar las energías renovables tanto en el desarrollo de proyecto actuales así como en investigaciones que fomente la innovación tecnológica aprovechando los recursos que ofrece el país.
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