Anpier, la Asociación de Productores de Energía Fotovoltaica, advierte que el desorden en la instalación de macro parques de generación renovable resta firmeza al sistema eléctrico y, por otra parte, encarecerá la factura de la luz. Por eso insta a las administraciones a considerar la necesidad de reservar, como mínimo, un 20% de la potencia de cada nudo de evacuación a instalaciones de menos de 5 MW, puesto que garantizarían el suministro en las comarcas, sin acoplar a la factura los costes adicionales de la producción a gran escala: infraestructuras y pérdidas de energía en el transporte.
Un diseño ordenado y más distribuido -apuntan desde Anpier- reforzaría el suministro en todos los puntos de mallado de la red y, por lo tanto, aportaría firmeza al sistema y una más eficiente garantía de suministro, dado que los nudos no se quedarían saturados y dependientes de unas pocas instalaciones, que podrían condicionar el suministro local por avería, parada o cualquier otra circunstancia técnica o empresarial.
Miguel Ángel Martínez-Aroca, presidente de Anpier: “acelerar nuestra necesaria transición energética no debe ser sinónimo de precipitación, más bien al contrario, exige diligente mesura en la toma de decisiones, puesto que los aciertos y los errores tendrán honda repercusión en el futuro de nuestro territorio y en la economía de nuestras comarcas” y considera que “la transición energética, urgente y prioritaria, requiere todo tipo de instalaciones y tecnologías renovables, se asume la necesidad de grandes parques, en convivencia con parques medianos y pequeños, así como con instalaciones de autoconsumo individuales y colectivas”
La argumentación de Anpier se desarrolla así: las grandes instalaciones, al producir cantidades enormes de energía deben llevarla a otros puntos de consumo alejados, puesto que la gran cantidad de electricidad que generan no se absorbe por la demanda que hay en proximidad. Así, deben usar transformadores que eleven la energía producida a alta tensión y líneas de transporte, y luego transformarla a tensiones menores. Ello se traduce en importantes pérdidas de transporte y transformación, y también en la necesidad de más infraestructuras y su mantenimiento, que se trasladan al recibo de la luz del consumidor. En dicho proceso de elevación/reducción de la tensión y su transporte, se pierde hasta un 15% de la energía, y acopla un incremento en los costes de retribución de las redes muy considerable.
Además, los mega parques saturan los puntos de evacuación e impiden iniciativas locales/sociales, ya no solo de venta a través de la red, sino también comunidades energéticas y autoconsumos individuales o colectivos que quieran vender sus excedentes.
A juicio de esta organización, por sus características técnicas, la generación fotovoltaica está más en armonía con los consumos en cercanía, siendo menos apropiada para las grandes producciones, que requieran transformar enormes volúmenes de MWh en alta tensión y transportarlos a grandes distancias, para después transformar a tensiones menores.
Y al revés
Según Anpier, los parques fotovoltaicos pequeños, de menos de 5 MW (10 hectáreas de superficie), no necesitan tensiones muy elevadas ni un gran transporte, la energía producida se consume en cercanía y fluye por la red de distribución, con lo que evita infraestructuras y minimiza pérdidas. Anpier considera así que la alternativa más adecuada está en el favorecimiento de las “pequeñas” instalaciones (de hasta 10 MW, que ya suponen menos de 15 Hectáreas de superficie máxima ocupada por proyecto), que conectan a tensión