La nueva marca máxima (22,1%) valida la creciente competitividad -según First Solar- de las células de teluro de cadmio en la carrera tecnológica en la que compiten con las células de silicio policristalino y otras tecnologías de lámina delgada (o capa fina). La célula experimental ha sido fabricada con materiales y mediante procesos de fabricación disponibles a escala comercial, según First Solar. La compañía la ha desarrollado en Perrysburg (Ohio), donde tiene una planta de producción y un centro de I+D. Además de haber obtenido el sello del Newport TAC Lab -informa First Solar-, el nuevo hito de eficiencia ha sido documentado por el prestigioso Laboratorio Nacional de Energías Renovables del Departamento de Energía de los Estados Unidos (US Department of Energy’s National Renewable Energy Laboratory, NREL), que ha incluido el nuevo registro en su mapa de marcas Best Research Cell Efficiencies.
Noveno récord
Según First Solar, esta es la novena ocasión en que se supera la marca máxima de eficiencia de las células de teluro de cadmio desde 2011, lo que confirma la "tendencia sostenida" en el tiempo de mejora de esta tecnología, que "aventaja significativamente a todas las otras tecnologías fotovoltaicas comerciales". Según el responsable jefe del área de Tecnología de First Solar, Raffi Garabedian, las líneas de producción de la compañía están fabricando módulos FV con una eficiencia del 16,9% desde el cuarto trimestre de 2015 y ha apuntado que la nueva marca de eficiencia es un poderoso acicate para la empresa, cuyo objetivo inmediato es implementar cuanto antes entornos reales de fabricación de esa célula ahora experimental. Algunas organizaciones, como Ecologistas en Acción, ya han manifestado en varias ocasiones sus reservas sobre el cadmio, que es un metal pesado, poco común y de una toxicidad similar a la del mercurio.
Sobre las tecnologías fotovoltaicas de lámina delgada
«Una lámina delgada está formada por un material creado mediante procesos de crecimiento y/o nucleación aleatoria a partir de compuestos (en forma atómica, iónica o molecular) que condensan o reaccionan sobre un sustrato. Las propiedades estructurales, químicas, metalúrgicas y físicas de las láminas dependen enormemente de un gran número de parámetros de deposición y probablemente también de su espesor. Bajo la denominación de lámina delgada estamos incluyendo a dispositivos que presentan espesores de entre unos pocos nanómetros a decenas de micras y, por lo tanto, estarían mejor definidos en términos de los procesos que permiten crearlos que en términos del espesor final obtenido. Son precisamente esos procesos de crecimiento y nucleación aleatoria los que confieren propiedades novedosas a las láminas delgadas, que los difieren de las de capas finas obtenidas mediante técnicas más convencionales (por ejemplo, adelgazando una capa gruesa, o por serigrafía, o aerosoles, etcétera)». La definición es de José Lorenzo Balenzategui Manzanares, científico del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas de España (Ciemat).