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La “gran” subasta

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El pasado 14 de enero de 2016, dos empresas aragonesas –Forestalia y Grupo Jorge– marcaron un antes y un después en la historia de las renovables en España, al arrasar en la subasta para eólica y biomasa convocada por Industria, dejando fuera de juego a las grandes eléctricas que habían acudido a la puja. Lo lograron con una estrategia que, a priori, resulta desconcertante: pujaron a precio cero, renunciando a percibir prima alguna, pese a que el Gobierno ofrecía la oportunidad de recibirlas. Y esto no ocurría desde 2012. Ahora toca desarrollar los proyectos que han ganado. El sector se pregunta si serán capaces de hacerlo.


La “gran” subasta

La sorpresa fue mayúscula. Primero, porque ninguna de las grandes eléctricas logró hacerse con un solo megavatio eólico en la subasta. Pero aún más desconcertante fue que los ganadores pujaran a precio tan bajo, renunciando a la posibilidad de percibir ningún incentivo por la producción de energía limpia, pese a que la subasta así lo permitía. Cierto es que la puja estaba diseñada para que quien ofertara el precio más bajo la ganara. El precio de referencia era, en el caso de la eólica, de 1,2 millones por MW (3,35 millones por MW para la biomasa), situándose el umbral de reducción a la retribución a la inversión en el entorno del 55%. Pero las adjudicatarias fueron mucho más lejos y ofrecieron un 100% de descuento. Es decir, tendrán que hacer las instalaciones sin prima alguna, vendiendo la energía producida según el precio del mercado mayorista.




¿Por qué lo hicieron? A priori mucho sentido no tiene porque cualquier compañía puede solicitar la instalación en cualquier momento de un parque eólico (o fotovoltaico, pongamos por caso) a precio de pool, y llevarlo a cabo si la instalación supera los requisitos técnicos y medioambientales exigidos. De hecho, esta es la primera vez que ocurre algo así en todo el mundo.





Una de las explicaciones que se ofrece es que hay casi 10.000 MW asignados en los distintos concurso autonómicos; unos concursos paralizados desde 2012 como consecuencia de la moratoria verde. Y los promotores de muchos de esos parques llevan años soportando costes hundidos (pago de avales, líneas de cimentación, máquinas en ‘stock’…), por lo que les interesaba acudir a la subasta con buenas ofertas, en un intento de sacar adelante sus megavatios “atascados”. Sobre todo si éstos están localizados en buenos emplazamientos. 





De hecho, esto es lo que parece haber ocurrido. Portavoces del Grupo Jorge, que se ha hecho con 102 MW eólicos, han explicado a Energías Renovables que en su caso, “como en el de muchos otros en un número muy superior a los 500 MW de la subasta, las inversiones realizadas en la promoción de proyectos desde 2008 necesitan ser rentabilizadas”. El objetivo de este grupo es realizar las inversiones íntegramente en Aragón, y no solo por la implantación de la compañía en esta comunidad. “La disponibilidad de recurso en el valle del Ebro, muy superior al establecido como parámetro en la subasta, hace de este territorio un emplazamiento idóneo”. (El valle del Ebro zaragozano, junto a Tarifa y Galicia, dispone de los mejores emplazamientos del país en cuanto a recurso eólico, con rendimientos de más de 3.000 horas equivalentes de producción al año).





Esto no significa que la compañía aragonesa crea que la eólica y el resto de tecnologías renovables no necesiten ya apoyo institucional. De hecho, Grupo Jorge pide que dicho apoyo se mantenga por tres motivos. Uno: “para dar cumplimiento a los objetivos marcados por la UE para 2020” y para que estas tecnologías “puedan sustituir de manera gradual, ordenada y sostenible a otras tecnologías más contaminantes y, a la vez, reducir la dependencia energética del exterior que tiene España”. Dos: “para que pueda obtener un precio de venta del MWh en el mercado eléctrico en igualdad de condiciones que otras tecnologías”. Y tres: “para reducir la carga fiscal que soporta la eólica, especialmente por el impuesto a la generación eléctrica del 7% y establecer unos mayores coeficientes de cobertura que eviten el retraso en los pagos”. Su conclusión: “si se apoya a la eólica en todos esos aspectos, los proyectos con el recurso existente en Aragón serán totalmente viables”.





También lo cree así Forestalia, que ha emitido un comunicado en el que señala que esta adjudicación supone la confirmación de que la estrategia de la empresa ”ha sido acertada, al hacer compatibles la cobertura de las crecientes necesidades energéticas de la sociedad española con las duras exigencias del respeto al medio ambiente”.



Demasiados condicionantes

Buena parte del sector de las renovables considera, sin embargo, que  ofertar a cero ha sido una temeridad y alerta sobre el riesgo que los proyectos no se lleven a cabo. Cosa que no sabremos con total certeza hasta 2020 ya que las compañías adjudicatarias de la subasta disponen de cuatro años para materializar sus iniciativas. ¿Qué ocurrirá en estos cinco años que nos separan del 31 de diciembre de 2019? ¿Se van a hacer los 500 MW eólicos ganados? ¿100? ¿400? Si las compañías ganadoras no los hacen, perderían el aval de 20.000 euros por megavatio que han tenido que depositar… aunque también podrían venderlos.




“Cada empresa tiene su estrategia”, responde la Asociación Empresarial Eólica a las dudas que les planteamos desde Energías Renovables, asegurando que no tienen más datos que los ofrecidos públicamente por los ganadores del concurso.  En cualquier caso, la AEE ya advirtió antes de celebrase la subasta que ésta era atípica en toda su concepción: por el gran interés desatado, impulsado por el hecho de que no había posibilidades de hacer parques eólicos desde 2012; por ser aislada puesto que no sabemos si va a haber nuevas subastas ni cuando; y porque se ha producido con un gobierno en funciones, sin saber qué hará otro gobierno futuro. 




La asociación, a la que no le gustan las subastas, reconoce, no obstante, que es la tendencia actual en todo el mundo, si bien puntualiza que las subastas tienen el problema de que el que hace las ofertas se puede equivocar, por las razones que sean. Por ejemplo, haciendo unos cálculos a futuro que luego no se materializan, como ocurrió en Inglaterra a principios de los 90, y en Francia y en Portugal un poco más tarde: “La experiencia demuestra que la potencia ofertada o adjudicada solo se ha hecho en algunos casos, pero lo habitual es que no llegue ni al 50%”, aseguran desde la AEE.





Algunas fuentes consideran que esto puede ser lo que le ha ocurrido a la empresa lusa. EDP, la tercera mayor adjudicataria de la subasta, con 93,2 MW obtenidos.



Señales equivocadas

Tanto la AEE como la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) lamentan, además, que el sector no haya sido consultado en ningún momento sobre el diseño de la subasta, pese a que las empresas eólicas españolas tienen una larga experiencia de participación en subastas en otros países y saben lo que funciona y lo que no, y como lograr un nivel mayor de eficacia en la puja.  Como es habitual en él, Alberto Nadal se sacó la subasta de debajo de la manga sin consultar con nadie.





Fuera de España, las críticas han llegado desde la European Wind Energy Association (EWEA), que también duda de la viabilidad de los 500 MW eólicos subastados. EWEA asegura que “sin criterios rigurosos de precalificación no hay garantías de que los promotores sean capaces de desarrollar los proyectos”. y la subasta no tuvo esa fase de precalificación, “un requisito fundamental para establecer la viabilidad técnica y financiera de los proyectos” y “asegurarse de que los adjudicatarios puedan instalar sus proyectos”, en palabras de Giles Dickon, Consejero Delegado de EWEA. “Sin este elemento vital, el Gobierno convierte la subasta en una lotería”, añde. Es un ejemplo de malas prácticas y el resultado es que el Gobierno está fallando en proporcionar a los promotores el grado adecuado de apoyo”.




Dickon también advierte de que “esta primera subasta (en España) envía las señales equivocadas al mercado. Había demasiados proyectos compitiendo por demasiado poca potencia”. Y “sin claridad sobre cuándo tendrá lugar la próxima ronda de subastas, la industria no tiene suficiente visibilidad para tomar decisiones de inversión futuras”.





El chocolate del loro
Estos 500 MW eólicos subastados son, además, totalmente insuficientes. Tanto la patronal eólica  europea como la española indican que para instalar los 6.400 MW eólicos previstos en la Planificación Energética a 2020 y, con ellos, cumplir con los objetivos europeos a 2020, es necesario convocar ya una nueva subasta. "Una convocatoria de los 5.900 MW restantes antes del verano sería lo ideal, ya que de ese modo se garantizaría el tiempo necesario para la instalación de los proyectos antes de 2020”, afirma la AEE.  En su opinión, el Gobierno debe garantizar, además, una regulación estable y predecible de cara al futuro. "De lo contrario, es prácticamente imposible que se cumplan los objetivos marcados por la UE de que el 20% del consumo final de energía proceda de fuentes renovables en 2020, que son vinculantes”.




AEE concluye con otra advertencia: “Si por esta subasta llegas a la conclusión de que puedes hacer miles de megavatios sin poner un solo euro sobre la mesa en incentivos, es decir a cero y todo el mundo a pool, olvídate”. Como señaló en su día la Comisión Nacional de los Mercados y la Comperencia, en España hay pocos enclaves con más de 3.200 horas de viento. Y de los 23.000 MW eólicos que hay instalados, solo el 2,3% tienen esa cantidad de horas que permiten ir a pool realmente.

Perfil de los ganadores

El pasado 21 de enero el Ministerio de Industria, Energía y Turismo anunciaba por fin al resultado de los 500 MW eólicos subastados el día 16. Los nombres de casi todas las empresas adjudicatarias ya habían trascendido a los medios, pero no fue hasta esa fecha cuando el Ejecutivo decidía confirmarlos. Ni uno solo de los megavatios eólicos adjudicados cobrará prima.


Los tres mayores “agraciados” del concurso eólico son: Consorcio Aragonés de Recursos Eólicos, que ha obtenido un total de 300 MW (pertenece al grupo Forestalia, que está dirigido por el empresario Fernando Samper); Grupo Jorge, que se ha adjudicado 102 MW (pertenece a Sergio Samper, hermano del anterior, si bien ambas compañías no tienen ninguna vinculación mercantil);  y EDP Renovables España, que ha conseguido 93,2 MW (la división española de EDPR filial de Energias de Portugal).  



Grupo Jorge cuenta ya con más de 70 MW eólicos y 40 MW fotovoltaicos, además de nuevos proyectos en Aragón y Rumanía que suman más de 300 MW eólicos. Forestalia opera también en el territorio nacional, más Francia e Italia. En su haber, más de 300MW de potencia en proyectos de eólica, fotovoltaica, cogeneración y trigeneración ya realizados. Actualmente, gestiona otros 135 MW en fase de promoción y legalización..

Potencia eólica en kW, según lo publicado en el BOE
Consorcio Aragonés de Recursos Eólicos, S. L.  . . . . . 300.000
Crossfield Engineering, S. L.   .  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
Desarrollos Renovables del Ebro, S. L . . . . . . . . . . . . . . . . 29
EDP Renovables España, S. L. U. . . . . . . . . . . . . . . . . 93.200
Eólica Montes de Cierzo, S. L. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .1.670
Ingeniería y Planificación Sostenible, S. L . . . . . . . . . . . . . . 61
Jorge Energy, S. L..    . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .102.000
Planta Enersos III, S.L ..    . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.000

En biomasa (200 MW subastados), los adjudicatarios han sido Forestalia (108,5 MW), Renova Generación de Energías Renovables (49,9 MW), Ence (40 MW), Municipal de Servicios Villahermosana (1 MW) y Auténtica Generación Distribuida de Castilla y León (0,58 MW). Como ya se ha señalado, en el caso de la eólica, los adjudicatarios no percibirán prima o ayuda alguna, solo el precio que salga del mercado. Para la biomasa, a esa retribución que salga del mercado se le añadirá una ayuda variable por el coste del combustible (denominada retribución a la operación).


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