Gamesa ha declarado unas ventas consolidadas de 3.033 millones de euros (incremento del diez por ciento) en 2011. La compañía española explica ese incremento como "resultado de la recuperación de la actividad de fabricación, que creció un 16%, hasta los 2.802 MW vendidos". Según la compañía, esta evolución se ha logrado "gracias a la estrategia de diversificación comercial, que permitió compensar la ralentización de la demanda en los mercados tradicionales”. Entre los datos facilitados por Gamesa, uno llama particularmente la atención: el 92% de las ventas de aerogeneradores procedieron del exterior, "destacando la contribución del mercado indio (19% de las ventas totales) y del latinoamericano (con una contribución de un 15%), que representa un volumen casi cuatro veces superior al de 2010". Así las cosas –concluye la firma vasca–, "la recuperación de la actividad, unida a la mejora de costes, permitió a la división de aerogeneradores cerrar 2011 con un margen EBIT [earnings before interest and taxes, ganancias antes de intereses e impuestos] de un 4%, en línea con las guías (4%-5%)".
El sur de Europa y las bolsas
Con respecto al mercado español, Gamesa ha difundido una nota en la que hace una valoración muy explícita: el agravamiento de la crisis y las tensiones financieras internacionales en 2011, especialmente en la zona euro, "han resaltado la debilidad de algunas economías europeas, entre ellas, la española". En esa línea se manifestaba el presidente de la compañía, Ignacio Martín, en la última junta de accionistas: "la debilidad de la economía mundial, los problemas asociados a la deuda soberana de varios países del sur de Europa, y el exceso de capacidad de la industria eólica, marcaron la evolución bursátil durante el ejercicio, no sólo de Gamesa, sino también de sus principales competidores”. A pesar de ese "entorno altamente competitivo y complejo", Gamesa ha fortalecido su posición en el sector eólico en 2011, pues "cumplió las guías comprometidas con el mercado y avanzó en la optimización del coste de energía, el desarrollo y la diversificación de nuevos mercados y clientes y la mejora de la eficiencia”, según Martín.
La lectura de Gamesa... a corto plazo
Según el comunicado hecho público por la firma vasca con motivo de la celebración de su última Junta de Accionistas, "en el corto plazo, la debilidad de la economía mundial y las dudas sobre la sostenibilidad del nivel de endeudamiento de Estados Unidos y Europa están teniendo un impacto negativo en la evolución de la demanda eólica". En ese contexto –dice Gamesa–, "en el que se une una menor rentabilidad de los proyectos eólicos, con un limitado acceso a financiación y un mayor coste, los clientes-promotores eólicos y las grandes compañías eléctricas europeas y americanas están revisando a la baja sus planes inmediatos de inversión". La compañía asegura, no obstante, que "esta menor demanda en mercados tradicionales se compensa parcialmente con el apoyo recibido en mercados emergentes en Asia, América Latina o África". El desarrollo eólico se enfrentaría en esas latitudes a un obstáculo añadido al de la dificultad para encontrar financiación: la carencia de infraestructuras para la evacuación de energía, circunstancia "que puede afectar a las ventas de nuestra compañía”.
Y su lectura... a largo plazo
A más largo plazo –vislumbra Gamesa–, se presentan unas expectativas "distintas y favorables". En esa línea, la multinacional vasca cita al Panel Intergubernamental de Cambio Climático de las Naciones Unidas, que indica que "la contribución de las energías renovables al suministro se doblará hasta alcanzar el 27% en 2050". Más aún –añade Gamesa–, "el cumplimiento de los acuerdos alcanzados en la cumbre sobre el cambio climático de Cancún requiere que dicha contribución sea mucho mayor, hasta alcanzar un nivel cercano al 80% del suministro energético global". En ese escenario, la compañía vasca considera que el grado de madurez tecnológico de la eólica y muchos informes –"de fuentes independientes"– sobre los mercados energéticos globales "sugieren que el coste de energía de un parque promedio será competitivo con el carbón, gas y la energía nuclear en 2016". Más aún –concluye Gamesa–, las últimas subastas de capacidad que han tenido lugar en países como Brasil y Perú "demuestran que la energía eólica es ya competitiva con el gas para aquellos parques que cuentan con factores de carga muy elevados".