eólica

Entrevista a Antonio de Lara, administrador y director general de Made Tecnologías

"Llegaremos a ser una de las primeras empresas del mundo en tecnología eólica"

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Made es la apuesta renovable de Endesa, la mayor compañía eléctrica de España. Su director general, curtido entre muchos megavatios, analiza el futuro tecnológico de la energía eólica y la disposición de Made a no abandonar los puestos de cabeza. Mientras tanto, sus aerogeneradores sacan partido a los vientos de medio mundo. (En la foto superior, el parque de Sidi Daoud, en Túnez). – El Plan de Fomento de las Energías Renovables sobre la mesa, el petróleo por las nubes. El escenario resulta casi ideal.
Una cosa son las palabras y otras los hechos. Es evidente que el Plan de Fomento está bien pensado pero su desarrollo se quiere hacer en un momento en el que controlar la inflación se ha convertido en un objetivo prioritario para el Gobierno. Eso provoca retrasos a la hora de recibir las ayudas concedidas, como está pasando, por ejemplo, en las que se conceden para la instalación de energía solar térmica.

– ¿Qué momento está viviendo Made en la actualidad?
Made empezó haciendo energía eólica hace diez años. En aquella época nosotros teníamos que hacerlo todo: buscar el emplazamiento, medir el viento, buscar los inversores y montar el parque. Con la nueva Ley del Sector Eléctrico el escenario cambió por completo. Entonces, Endesa tuvo el acierto de dividir todo el ciclo de negocio en dos. Surgió así Made Energías Renovables por un lado, que se integró en Endesa Cogeneración y Renovables, y Made Tecnologías Renovables por otro, que se ocupa de diseñar y vender aerogeneradores y paneles solares.

Potencia instalada por Made

Lo cierto es que en España, casi todos los que hacen máquinas tienen también promotores de parques, pero nuestra dedicación exclusiva ha disparado nuestra competitividad porque sólo pensamos en el cliente, la máquina y la tecnología. Eso nos va a permitir llegar a ser una de las primeras empresas del mundo en tecnología y, posiblemente, también en mercado.

– La estrategia de futuro parece clara.
El mercado español estará saturado en unos años. Por tanto, habrá que tener una empresa que tenga músculos suficientes para competir en el mundo. Creo que, a la larga, esa es la apuesta acertada. Por eso nos hemos lanzado a buscar otros mercados; en este momento hay personas de Made en Túnez, en Brasil, en México y en China.

– La presencia de Made en China es notable
Sí, en el último viaje del presidente del Gobierno a aquel país, [acompañado por un grupo de empresarios españoles entre los que se encontraba Antonio de Lara] firmamos un acuerdo con una empresa china y con las autoridades de la provincia de Yantai, en el noreste del país, para hacer un parque eólico que tendrá cerca de 40 MW. Será el quinto parque que instalamos allí, y lo haremos en colaboración con la compañía eléctrica distribuidora China; Made aporta las máquinas y hay varios equipos chinos que se ocuparán de ciertos componentes homologados por nosotros. Por eso, hemos formado previamente a 50 técnicos chinos que han estado en nuestra fábrica de Medina del Campo (Valladolid).

– ¿Made trabaja con tecnología propia?
Cien por cien, desde el principio. Pero tampoco es un tema imprescindible. Si llegará alguna empresa con una tecnología mejor también se pueden hacer acuerdos.

– ¿Y además de propia es buena?
Made es, en la actualidad, una empresa puntera. Por eso no nos importa hablar de nuestros desarrollos tecnológicos. Los cambios que se están produciendo en el mundo permiten que todos comencemos la carrera en la misma línea de salida; no creo que el hecho de carecer de grandes empresas industriales en España sea un inconveniente como lo podía ser antiguamente. Además, en España hay un nivel tecnológico muy alto, la formación es buena y habría que desterrar el mito de que las nuevas tecnologías no van con nosotros. En Made Tecnologías, por ejemplo, trabajan cerca de 100 personas muy bien preparadas.

– ¿Hacia dónde va la tecnología eólica?
Los que venimos de Endesa tenemos la suerte de haber trabajado no con uno o dos kilovatios sino con muchos megavatios. Y tenemos la visión de que si la eólica va a ser en algún momento una energía con peso en la cesta eléctrica, hay que cambiar algunos criterios con los que se ha movido el sector. A grandes rasgos los aerogeneradores están avanzado en dos sentidos. Uno de ellos es el tamaño, cada vez se están haciendo mayores. El otro es la eficiencia, que también aumenta. Pero a mayor tamaño mayor coste. Por eso se ha encontrado un equilibrio óptimo en torno a los 600-800 kW de potencia. El dato fundamental no es le precio del aerogenerador sino su rentabilidad, es decir, la cantidad de electricidad que va a producir a lo largo de su vida útil. (Parque de Ólvega, en Soria).

– ¿Cuánto puede variar la rentabilidad de los distintos fabricantes?
Es un tema complejo. Hay máquinas de paso fijo que son más simples y más baratas. Y otras de paso variable, que producen más kilovatios/hora por superficie de pala pero que son más complicadas y, por tanto, tienen también más posibilidades de estropearse. En estos momentos parece imperar la tendencia a no complicar las máquinas. Made inició su carrera con la simplicidad del paso fijo. Pero si la complicamos un poco –como si tuviéramos un coche con dos velocidades en lugar de una– mejora bastante en eficiencia.

Nosotros hemos hecho, dentro de estas dos velocidades, una máquina para bajos vientos y otra para altos vientos. Con una potencia de 660 kW, se adapta muy bien a todos los terrenos y se vende muy bien. Ahora estamos construyendo una máquina de 1.320 kW y confiamos en que se venda muy bien en los próximos años porque los clientes están pidiendo máquinas más grandes. De hecho ya hemos tenido algunos pedidos.

– ¿Hasta dónde pueden llegar las potencias de los futuros aerogeneradores?
En este punto es donde paramos e hicimos la siguiente reflexión: ¿merece la pena seguir aumentando tamaños y potencias con esta tecnología de dos velocidades o conviene buscar una tecnología más compleja? Nos ha durado cerca de tres años tomar una decisión y al final hemos optado por la que suponemos será la máquina del futuro: un aerogenerador de velocidad variable y síncrona. Algo en lo que no trabajan los demás.

– ¿Qué es eso de la velocidad variable y síncrona?
Las palas de los aerogeneradores de paso fijo tiene una forma determinada que permite aumentar la potencia a medida que sube la intensidad del viento, pero si hace mucho viento la propia máquina pierde potencia. En los aerogeneradores de paso variable, las palas se mueven en función del viento y ajustan la potencia para aprovechar en cada momento el máximo posible. Son, por tanto, mucho más eficientes. (En la imagen puede verse el aerogenerador AE-61, de 1.320 kW de potencia).

El tema de los aerogeneradores síncronos es distinto. Se trata de máquinas capaces de producir potencia por sí solos, sin estar conectados a la red eléctrica, sin contar con la participación de otros generadores. Sólo los síncronos son plenamente autónomos. Los aerogeneradores que no son síncronos no pueden contribuir a la estabilidad de la red eléctrica sino que están colgados de la red eléctrica. Es un tema técnico pero muy importante porque sólo los síncronos son auténticamente generadores, como lo pueda ser una central convencional. Por esa razón Made se ha decidido por esta tecnología.

Creemos que tiene mayor futuro porque cuando la potencia eólica instalada sea considerable la compañía distribuidora pondrá restricciones a las máquinas que no sean síncronas. Hay algunos fabricantes que hablan de que sus aerogeneradores son sincronizados y que funcionan como los síncronos, pero no es así. Hoy por hoy, sólo Made y la empresa alemana Enercon fabrican aerogeneradores síncronos en el mundo.

– ¿Cómo es posible que los ecologistas hayan pasado de ser los mayores

Made Tecnologías Renovables

Propiedad 100% Endesa Diversificación
Tecnología 100% propia
Filiales Yituo-Made (50%) Eólicas Canarias (40%)
Productos Aerogeneradores Colectores Solares
Fábrica principal Medina del Campo (Valladolid)
defensores a ser los más críticos con la energía eólica?
Creo que la culpa la tenemos todos por no haber hecho las cosas de forma ordenada y con una información adecuada. Yo he visto parques eólicos situados de una manera conveniente en el paisaje que provocan una huella humana indudable pero asumible. Por desgracia, la actitud de quienes sólo pensaban en sacar adelante una cuenta de resultados ha hecho mucho daño. En España hay promotores que son especialmente cuidadosos en este aspecto, pero también los ha habido y los hay desastrosos. Desde Algeciras a Tarifa, por ejemplo, se ha cometido un atentado que puede ser peligroso hasta para la circulación por carretera. Hace unos años se le permitió a una empresa americana hacer allí a su antojo, lo que ha provocado más daños de imagen que mucha más potencia bien instalada por toda España. Pero partiendo del hecho incuestionable de que necesitamos electricidad para vivir hay que poner en la balanza todos los impactos ambientales de las distintas fuentes energéticas.

– ¿Cuánto pueden crecer todavía las inversiones eólicas en España?
La velocidad a la que marcha la energía eólica en España va a durar unos cinco años. Pero luego no se va a acabar y habrá inversiones, posiblemente, durante quince años más. Creo que la eólica no es una energía del momento sino que se irá introduciendo poco a poco hasta llegar a los 8.000 MW. El negocio seguirá creciendo en parques ya obsoletos que han sido amortizados y en los que se pueden renovar las viejas máquinas por otras más grandes y más eficientes. Eso aumentará la potencia de una manera moderada. Por otro lado, se instalarán molinos en sitios donde antes no se podían poner porque no había viento suficiente, pero donde pueden ser aprovechados hoy por máquinas modernas. Por supuesto, en otros países hay perspectivas casi infinitas todavía.

– Es pronto para analizar la fusión Endesa-Iberdrola pero ¿se dejará notar en Made?
Suponemos que sí, pero esperemos que sea para bien.

Más información: Tfno. 91 598 37 15.
www.made.es (página web en construcción).

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