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Entrevista a Juan Virgilio Márquez, director general de la AEE

“No podemos seguir pensando en que el libre mercado va a ordenarlo todo"

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Ingeniero Superior de Telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Madrid, Juan Virgilio Márquez es director general de la Asociación Empresarial Eólica desde diciembre de 2016 y, sin duda, una de las voces más reconocidas y reconocibles del escenario eólico nacional. Energías Renovables llamó a su puerta para entrevistarle hace unas semanas y, como suele ser habitual en él, nos ha dejado un rosario de titulares que identifican las claves, y cuentan, con precisión, cómo está a día de hoy el sector eólico nacional. Una de esas entrevistas para leer... y para repasar.
“No podemos seguir pensando en que el libre mercado va a ordenarlo todo"

Actualidad obliga. ¿Cómo valora AEE los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo que acaba de aprobar el Gobierno?
Los POEMs responden a un proceso de consulta pública que ha durado más de dos años. Para nosotros son una buena noticia. Son el punto de salida real, oficial. Si no había Planes... no había eólica marina. La valoración es positiva, aunque ha habido una reducción sustancial de las zonas para eólica marina, una reducción de un 35%, porque en los borradores empezamos con unos 8.000 kilómetros cuadrados y nos hemos quedado en unos 5.000. No obstante, el análisis que realiza el sector de las zonas es positivo, porque son suficientes y adecuadas. También hemos hecho un análisis de cuáles han sido las causas por las cuales se han reducido estas zonas, y básicamente la conclusión a la que hemos llegado, después de haber trabajado mucho tiempo con el Ministerio y con otros actores, es que se ha hecho una cesión clara hacia el sector pesquero, que estaba y sigue estando muy preocupado. Ello denota una actitud clara por parte del sector y por parte de la Administración de conseguir encajar todas estas actividades y que puedan coexistir en la medida de lo posible. El sector eólico renuncia a zonas que quizá eran buenas para el desarrollo de parques eólicos, pero también lo han hecho otros sectores, porque aquí el objetivo no es evitar a nadie, es encontrar un encaje entre todos. En lo que se refiere a nosotros, hay espacio de sobra para desarrollar la potencia que necesitamos, esos entre 1.000 y 3.000 megavatios eólicos marinos que fija como objetivo para 2030 el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima.

Pues hay cierto malestar en parte del sector pesquero...
Nosotros creemos que los POEMs han sido sensibles al sector pesquero. La pesca es un sector al que le tenemos un respeto enorme y con el que hay que coexistir, un sector que es muy importante para todos nosotros, por lo que supone en materia de seguridad alimentaria y para toda nuestra sociedad. La mayoría de las artes pesqueras no se van a ver afectadas. Y, en cualquier caso, una vez se subasten y adjudiquen y veamos dónde se van a ubicar los proyectos, las empresas tendrán que socializar, trabajar muy conjuntamente con los sectores pesqueros de cada área, para ubicar los parques en la mejor zona posible. Hasta ese momento, afirmar de forma alarmista que esto genera un perjuicio o no a un sector me parece que no es cierto, no es riguroso y no responde a la realidad. La eólica marina, para el conjunto de la población, debe ser un vector futuro de importancia, y máxime para las comunidades locales costeras, que pueden verse beneficiadas por los impactos socioeconómicos positivos que puede tener el desarrollo de estos parques. Los parques respetarán todos los condicionantes ambientales de cada zona. Los estudios de impacto ambiental en un parque eólico en tierra son súperexhaustivos; pero es que en un parque eólico en el mar van a ser de Champions League. El primer parque eólico marino flotante comercial en aguas españolas lo vamos a ver en 2030. Y de aquí a ese año hay mucho tiempo para trabajar conjuntamente y tener proyectos beneficiosos para todos. Está demostrado, en otros países, que es posible el entendimiento entre todos los actores, el actor pesquero, el actor empresarial, el actor de la seguridad marítima, el actor de aduanas...

Bien, ya tenemos Planes. Y, ahora, ¿cuál es el siguiente paso?
Pues ahora hay cuatro cosas que hacer. Lo primero, y sabemos que el Gobierno ya lleva tiempo trabajando en ello, es el marco regulatorio. El paquete regulatorio tiene que contener la actualización del proceso de tramitación [la normativa anterior data de 2007]. Por otro lado, hay que concretar cómo van a ser las subastas (nosotros consideramos que la primera debe celebrarse este año); hay que modificar la garantía de acceso (hay que garantizar el acceso, para el momento de la subasta); y, por último, el cuarto asunto es el calendario de subastas. Nosotros entendemos que, ahora que ya están aprobados los POEMs, en tres meses perfectamente se podría tener un paquete regulatorio informado, redactado, aprobado y publicado, y perfectamente se podría convocar una subasta para que se celebrase después del verano.

¿Y tener un calendario pronto, que vaya más allá de esa subasta, también es necesario?
La cadena de valor industrial que tenemos en este sector no está solo mirando a lo que hay que fabricar de aquí a 2030. Hay que coger músculo, trazar alianzas, posicionarse en el mercado de la eólica marina flotante a nivel mundial, pensando en el largo plazo. Las inversiones en los temas navales son enormes, y necesitan de un largo plazo. Entonces... Sí, necesitamos un calendario, un calendario que comienza este año, que es cuando debe convocarse la primera subasta, y que debe continuar el año que viene o el siguiente, mirando a 2033 o a 2034, es decir, de tal forma que de algún modo tengamos esa visión de largo plazo. Pero sobre todo por la visión industrial. Nosotros siempre decimos lo mismo: la visibilidad y la estabilidad a largo plazo es esencial no solo para el inversor que pone en marcha el parque y tiene que saber cuál va a ser el régimen retributivo y demás (tiene que saberlo para recuperar su inversión), sino también, y sobre todo, para el industrial, que tiene que acondicionarse, dotarse de mayores medios, crear nuevas líneas, o amplificar las que tiene, o tomar decisiones industriales, pensando a diez o quince años vista.

¿Cómo deben ser las subastas?
En la subasta de eólica marina tiene que haber dos grandes componentes. Aparte de la adjudicación del espacio marino, y aparte del aseguramiento del acceso a red... pues los factores que deben emplearse para adjudicar potencia son de dos tipos: factores económicos y factores cualitativos o de valor. En cuanto a los parámetros económicos... pues habrá un precio máximo, que desde nuestro punto de vista debería ser conocido. Ese precio en todo caso debe ser un precio competitivo y realista. Si salimos con subastas con precios máximos que no son realistas y no se cubre la subasta, y no hay calendario claro (y ahora mismo no lo tenemos), pues tendremos... el abismo ante nosotros. Y eso evidentemente no puede ocurrir. Tenemos que conseguir que la subasta sea exitosa.

De acuerdo, factor económico: precio realista. ¿Y el factor cualitativo o de valor?
Pues tiene que ir enfocado a la cadena de valor industrial. Estamos en medio de un año en el que la política industrial tiene que ser valiente. Y no podemos seguir pensando en que el libre mercado va a ordenarlo todo. La Unión Europea es el único espacio donde hay libre mercado, mientras en todo el mundo -en China, en Estados Unidos- estamos viendo cómo se protege a la industria local. Hay que reequilibrar el mapa geopolítico industrial. Tiene que haber un parámetro industrial de cadena de valor importante en las subastas de eólica marina. Tiene que haber parámetros socioeconómicos: de economía local. Y por supuesto tiene que haber parámetros ambientales. No tiene sentido que se le den las mismas condiciones a una tecnología importada desde China, por ejemplo (que es una tecnología que va a tener que recorrer todo el mundo hasta llegar aquí), y a una tecnología que se puede fabricar en proximidad y cuya huella de carbono por tanto es mucho menor. En definitiva, parámetros de valor, parámetros económicos, reserva de la zona, y garantía de acceso.

En la pasada feria de Genera, una ingeniería vasca que está desarrollando una solución flotante para eólica marina estimaba que un precio que podía viabilizar los primeros proyectos flotantes en España podría rondar los 150 euros el megavatio hora.
Nosotros no conocemos los precios con los que están trabajando los promotores. Sí sabemos que hay una presión por el coste de las materias primas, hay una presión por el coste de los componentes, hay una presión también por el retardo en el suministro de los diferentes equipos. Y sabemos también que esta es una tecnología que está reduciendo de forma agigantada los precios. De cualquier manera, insisto, es el momento: de una subasta en la que se adjudique todo a la vez, con precio máximo conocido, competitivo y realista. En la primera década de este siglo, a finales de esa década, en torno a 2009, había en España 9.000 megavatios de proyectos eólicos offshore bottom fixed pendientes de tramitación, pero el Ministerio no llegó a caracterizar ninguna de las zonas. Llevamos casi veinte años perdidos respecto a otros competidores, países amigos y colegas, que sí que han podido instalar eólica en sus mares. Y yo creo que esta segunda oportunidad no podemos desaprovecharla. ¿Que cuál será el precio? Pues yo creo que nos va a sorprender positivamente.

[Bajo estas líneas, evolución de la potencia eólica instalada en España. Fuente: Asociación Empresarial Eólica]

Otro motivo de preocupación para el sector es la tramitación. Superado el hito del 25 de enero, vienen otros. ¿Volverá a haber cuellos de botella?
En lo que se refiere a las Declaraciones de Impacto Ambiental, se ha pasado de tramitar a principios del año 2019 unos cincuenta megavatios por trimestre [50 MW] a tramitarse 4.000 en el último trimestre del 22... y 7.000 en el primer mes del 23. Tenemos un caudal de tramitaciones eólicas enorme, que tiene que ser absorbido por la Administración Pública. Si a eso le sumas lo que venga de la fotovoltaica, que es multiplicar por tres, por cuatro, pues... tenemos un problema de gestión de la tramitación administrativa mantenido en el tiempo que hace que los recursos humanos y los procesos y los sistemas tienen que ser mantenidos en el tiempo. Y tenemos que buscar soluciones urgentes de agilización y eficiencia de estos procesos sin perder rigor. Para nosotros es algo clave que no se deje caer ni un solo megavatio eólico porque no cumpla el hito de la Autorización de Construcción porque no le haya dado tiempo. Es lo mismo que decíamos en su momento: si de los 19.000 MW que estaban en riesgo porque no tenían Declaración de Impacto Ambiental [DIA] y se aproximaba la fecha límite se han salvado unos 12.000, aproximadamente, pues que de esos 12.000 no se pierdan muchos.

¿Solución?
Que la Administración mantenga el personal que tiene para garantizar el ritmo que se ha llevado a cabo en el último trimestre del 22 y primer mes del 23. Y transparencia, tener un sistema único, tener un sistema digital que te permita saber cómo está tu proyecto, cuántos proyectos hay en el mismo nudo, cuántos se están tramitando en el mismo nudo, cuántos se van a incorporar... No sabemos lo que viene en los nudos. Y realmente no sabemos qué va a pasar en el año 2025 ó 2026 cuando se instale toda esta potencia. Y estamos evidentemente en un escenario de sobreinstalación. Ya venimos de un sistema que está sobreinstalado, y vamos hacia un escenario de sobreinstalación renovable. Y además en un sistema en el que la demanda no avanza al ritmo que planteaba el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima [PNIEC]. Y se están generando además ciertos desequilibrios: las tecnologías que tenían que proporcionar gestionabilidad a las renovables no están penetrando. Ni van a poder penetrar al ritmo que quizá se planteaba en el PNIEC. Me refiero a almacenamiento, producción de hidrógeno renovable. Por lo tanto estamos ante un escenario muy estresante de tramitación, pero también muy arriesgado desde el punto de vista de la producción después.

¿Estamos ante una situación... crítica?
La realidad es que cuando a uno le dan acceso a un nudo no le garantizan en ningún caso que toda la energía que pueda producir la vaya a poder verter. No se garantiza. Insisto: estamos en un escenario con una red enorme, potente, en proceso de digitalización, con una operación excepcional, somos una referencia mundial... pero estamos en un escenario de sobregeneración renovable y sobreinstalación renovable. La visibilidad que tienen que tener todos los actores sobre el escenario al que se enfrentan para nosotros es clave. Lo que tenemos que tener claro todos los sectores es que tenemos que dar toda la información posible para que las decisiones de financiación se den con la mayor cantidad de información posible relativa al riesgo que implica poner en marcha el proyecto y los ingresos que realmente va a poder ver. Ese es el gran reto. Poder ordenar todo lo que viene. Y poder evitar que haya problemas en 2025-2026 por una excesiva instalación de potencia renovable.

En definitiva, tenemos que intentar acoplar la generación a la demanda, tenemos que ordenar el ritmo de puesta en marcha de las instalaciones a la demanda, y a cómo va creciendo la demanda. Tenemos que intentar avanzar en las tecnologías de gestionabilidad, bien sea almacenamiento, de un tipo u otro, bien sea hidrógeno renovable, como mecanismo para almacenar energía. Todo esto lo tenemos que hacer urgentemente porque tenemos dos años para esta situación que estoy describiendo. Ese escenario es el que hay que analizar, estudiar punto por punto, sin generar alarmismo.

La última: ¿ha perdido "imagen" la eólica?
La aceptación social nos preocupa cada vez más. Aunque la realidad es que la tramitación de los proyectos eólicos sigue haciéndose hoy con el mismo rigor con el que se ha hecho siempre. Hay más proyectos eólicos que antes... sí. Pero el mismo rigor. La Declaración de Impacto Ambiental [DIA] es con mucho el asunto más sensible de todo el proceso de tramitación administrativa. Y ahí nos jugamos todos mucho. Tanto las empresas, que contratan consultores ambientales para saber cómo hacer las cosas (ellos son los verdaderos expertos), como las administraciones, que tienen que evaluar, son perfectamente conscientes de que esto hay que analizarlo al máximo nivel de detalle, y de que hay que hacerlo con todo el rigor del mundo. Y se está haciendo así. Y por eso nosotros creemos que, una vez se ha obtenido la DIA positiva, seguir afirmando que ese parque va a ser malo no es riguroso. El problema es que movilizar a la sociedad a favor de esto es mucho más difícil que movilizar a unos pocos en contra. Y eso es lo que está ocurriendo. La última encuesta de aceptación social de la eólica, que ha hecho Vientos de Futuro, dice que el 83% de los españoles está a favor de la eólica. Y si vas por comunidades autónomas, en Galicia es similar. Las DIAs garantizan que no hay un impacto ambiental. O que el parque es integrable. Garantizan la coexistencia con otras actividades. Garantizan que el impacto, visual, lumínico, está analizado y es asumible. Y plantean medidas de mitigación y de compensación cuando hace falta. Hay comunidades autónomas que para la tramitación de una DIA han tardado 550 días. Y yo creo que, después de todo ese proceso, si el parque sale, pues... sinceramente... creo que no se puede seguir diciendo que el parque es perjudicial. Otra cosa es que tenemos que conseguir que se naturalice, que se normalice, la existencia de renovables (con todo el respeto ambiental, y cumpliendo toda la normativa ambiental) en determinados sitios donde quizá hasta ahora no había. Pero es que no hay salida en el marco de cambio climático en el que nos encontramos. La solución no es no ponerlas. La solución es ponerlas bien. Sentarnos todos en torno a una mesa y ver cómo podemos todos beneficiarnos, porque esta es una tarea de país, no es una tarea de un sector o de otro.

Contenido publicado en nuestra revista de papel (edición de marzo, ER 219), que puedes descargar gratuitamente aquí

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