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Roman Vakulchuk, Investigador del Instituto Noruego de Asuntos Internacionales

"Las universidades deben ser la fuente de capital humano para la transición energética"

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La educación superior no está a la altura de las necesidades de la transición energética. O dicho de otra manera, las universidades de todo el mundo todavía forman muchos más trabajadores para la industria de los combustibles fósiles que para el sector renovable. Es una brecha que se está cerrando, pero no lo suficientemente rápido. Es la conclusión principal de 'El fracaso a la hora de descarbonizar el sistema educativo energético mundial: bloqueo del carbono y conjuntos de habilidades abandonadas' un estudio dirigido por el líder del grupo de investigación sobre clima y energía del Instituto Noruego de Asuntos Internacionales, Roman Vakulchuk, que analiza la educación superior a nivel global en términos de transición energética.
"Las universidades deben ser la fuente de capital humano para la transición energética"

El estudio, publicado por la revista Energy Research & Social Science, revela que dada la creciente necesidad de profesionales cualificados en energías limpias, tanto países como instituciones ya están advirtiendo sobre una importante brecha de formación verde, una realidad que disminuye la velocidad de la transición energética global. Los autores del informe, liderados por las pesquisas de Vakulchuk, señalan que este hecho es “otro ejemplo más de bloqueo del carbono debido a la influencia política y financiera de la industria de los combustibles fósiles en la educación superior”.

Energías Renovables (ER) ha tenido la oportunidad de recoger esta y otras ideas clave que atraviesan el conflicto de interés entre el conocimiento verde y el fósil a través de una entrevista con el líder del grupo investigador responsable del estudio, Roman Vakulchuk, que ha desgranado para ER las aristas de este delicado asunto que involucra a gobiernos, empresas públicas y privadas y a las propias universidades que, tal vez, estén fomentando —todavía— las habilidades equivocadas. Esto es lo que nos ha contado. 

Ningún investigador había intentado antes estudiar y comparar universidades en términos de educación renovable. En general, ¿considera que las universidades facilitan la transición energética con programas educativos sobre energías limpias?
En nuestro estudio, revisamos 18.400 universidades en 196 países y descubrimos que, a nivel global, las universidades todavía producen más fuerza laboral para las industrias de combustibles fósiles que para las industrias de energía renovable. En concreto, hasta el 68% de las titulaciones educativas centradas en la energía del mundo todavía están orientadas a los combustibles fósiles, y sólo el 32% se centra en las energías renovables. Esto significa que las universidades no logran satisfacer la creciente demanda de fuerza laboral en energía limpia. Al ritmo actual de cambio, las carreras universitarias sobre energía no estarán al 100% centradas en las renovables hasta el año 2107.

Una mayor oferta de títulos en energía renovable produciría más graduados con las habilidades que tanto necesitan las industrias de energía limpia. En este momento, hay muchos casos de creciente escasez de mano de obra cualificada para el sector renovable, tanto en las economías desarrolladas como en las economías en desarrollo, y en el futuro se prevé una escasez cada vez mayor. Esta brecha de oferta de profesionales pone en riesgo la transición energética. ¿De dónde debería venir la fuerza laboral que falta? En mi opinión, lo más natural es que las universidades produzcan esa fuerza laboral. Creo que las universidades deberían convertirse en la principal fuente de capital humano para el sistema mundial de energía limpia. Aunque habitualmente se considera a las universidades como agentes de cambio en la transición energética global, están tardando en reorientar sus programas educativos de los combustibles fósiles a las energías renovables, y esto debe cambiar.

Según lo que afirma en su investigación ¿por qué cree que las universidades siguen priorizando los estudios sobre el carbón, el petróleo o el gas y no reorientan sus programas hacia las energías renovables a la velocidad necesaria para cumplir los objetivos climáticos?
Esto sucede por varias razones. En primer lugar, el sistema global de educación superior en energías puede tardar en reformarse debido a los intereses de las industrias de combustibles fósiles, que tienen influencia política y financiera en la educación superior, lo que genera un bloqueo de carbono en las universidades. En segundo lugar, creo que el impacto del bloqueo del carbono y la resistencia al cambio de las instituciones educativas, se encuentran entre los principales factores. El mismo patrón se puede observar en países que tardan en adoptar energías renovables, ya que existe una resistencia similar al cambio desde las empresas estatales, servicios públicos, productores de electricidad basados en el carbón y grandes corporaciones multinacionales petroleras.

Sin embargo, la diferencia entre la educación energética universitaria y otros sectores es que casi no se presta atención a la transición energética en la educación superior. Las universidades han recibido poca presión de las partes interesadas para cambiar su contenido educativo, facultades y programas de grado. Nadie habla de la eliminación gradual de los combustibles fósiles en un momento en que muchos países del mundo luchan por la transición a las energías renovables debido a la escasez de mano de obra cualificada en energías limpias. En mi opinión, se trata de una tendencia preocupante y es necesario cambiarla.

Espero que los resultados de nuestro estudio inspiren a las universidades a adoptar y promover rápidamente la educación sobre energías renovables.

¿En qué medida este bloqueo de carbono en la educación superior amenaza los objetivos de transición energética?
Para lograr los objetivos del Acuerdo de París, es imperativo ampliar masivamente la inversión en educación sobre energías renovables y crear muchos títulos nuevos en energías limpias. Esto es a lo que las universidades deberían aspirar. De no hacerlo, se podría poner en peligro la transición energética. Con un ritmo de cambio tan lento, alcanzar los objetivos del Acuerdo de París será casi imposible. En algún momento, el despliegue de energías renovables puede ralentizarse debido a la falta de mano de obra cualificada y es necesario abordar
este problema y tomar medidas ya.

La cuestión de las habilidades desaprovechadas (un término que acuñamos en este estudio) también es muy importante. Aquí cito nuestro estudio, “las personas con una educación sobre combustibles fósiles pueden tener una mentalidad fósil durante el resto de sus carreras”. La educación universitaria moldea las creencias, los valores, las actitudes y las acciones de las personas. Los estudiantes con este tipo de educación tienen más probabilidades de apoyar las agendas, discursos y acciones de la industria fósil. Esta formación también puede plantar las semillas de una mentalidad de bloqueo del carbono, tanto a través de redes personales como dentro de instituciones formales. Por lo tanto, las universidades deberían reorientar sus recursos para brindar a los estudiantes las habilidades necesarias para la transición a la energía limpia.

¿Es la industria fósil una carrera profesional más lucrativa que la vía renovable? ¿En qué medida la industria fósil está cooptando a los jóvenes con estas perspectivas?
Durante muchas décadas, las universidades han impartido educación en estudios del carbón y el petróleo. Esto sentó las bases para una infraestructura de carbono duro profundamente arraigada en forma de universidades, facultades y laboratorios centrados en los combustibles fósiles, y también infraestructura de carbono blando en forma de capital humano (educadores petroleros, ingenieros, planes de estudio, cursos, manuales, ideas). Esos cimientos han propiciado durante muchos años el mantenimiento del modelo de educación fósil en universidades
de todo el mundo.

Hoy en día, las grandes empresas petroleras siguen ofreciendo carreras profesionales muy lucrativas para los graduados. Pero las empresas de energías renovables también se están volviendo más competitivas y por ello pueden ofrecer a los graduados carreras profesionales muy atractivas. El problema es que, a diferencia de la industria de los combustibles fósiles, la industria renovable no tiene un historial de colaboración activa con las instituciones de educación superior. Las empresas de energía solar y eólica deben ampliar su cooperación con las universidades, invertir en programas educativos y producir más graduados para la transición a la energía verde.

¿Educación pública o privada? ¿Qué modelo universitario ofrece una gama más amplia de titulaciones sobre energías renovables?
El estudio muestra que las universidades privadas han sido más activas que las públicas en la promoción de la educación sobre energías renovables. Como indicamos en el estudio “la participación global de programas de grado en energías renovables en las universidades públicas aumentó del 16% en 1999 al 34% en 2019 y fue menor que la de las universidades privadas, que experimentaron un aumento del 21% en 1999 al 39% en 2019”. Esto puede deberse a que las universidades privadas dependen menos del apoyo de los actores de los combustibles fósiles, lo que las hace menos propensas a quedarse atrapadas en el carbono.

A pesar de que las energías limpias requieren habilidades y conocimientos técnicos diferentes a los de ingeniería petrolera, ¿es posible transferir expertos entre el mundo de los combustibles fósiles y el de las renovables?
Sí, sabemos que algunas habilidades pueden transferirse entre los sectores de los combustibles fósiles y las energías renovables. Por ejemplo, algunas empresas están invirtiendo actualmente en ambos sectores (compañías petroleras que financian proyectos eólicos y solares) y muchas personas que trabajan en la industria energética tienen educación útil en cualquiera de los dos sectores. En este sentido, es muy importante facilitar la transferencia de habilidades para los profesionales de los sectores de los combustibles fósiles a los de energías renovables, reduciendo así el riesgo de que se pierdan habilidades y abordando mejor los objetivos globales de mitigación del cambio climático.

Sin embargo, esta no es la solución principal, ya que la demanda de empleos en energías limpias está aumentando exponencialmente y, hoy en día, sólo 1 de cada 8 trabajadores tiene habilidades relevantes para la energía limpia. De acuerdo con el Foro Económico Mundial, a pesar del auge del empleo en energías limpias, los empleos verdes están creciendo dos veces más rápido que los trabajadores con habilidades verdes.

¿Qué países son los más indicados para formarse en la industria renovable? ¿y cuál cree que enfrenta una situación más preocupante por la falta de profesionales especializados en renovables?
Una tendencia es clara. Los países ricos en combustibles fósiles tienden a ser más lentos en la promoción de la educación sobre energías renovables, mientras que los países que solían ser los principales importadores de petróleo y gas han avanzado más en la introducción de nuevos programas de grado en energía solar, eólica e hidroeléctrica. Es probable que esto se deba a los efectos más fuertes del bloqueo del carbono en los países ricos en recursos fósiles.

¿Qué lugar ocupa España en cuanto a programas universitarios sobre renovables? ¿Es España un buen proveedor de profesionales de energías limpias?
Las universidades españolas avanzan gradualmente hacia la oferta de educación sobre energías renovables. Sin embargo, también se puede observar una creciente escasez de mano de obra cualificada para la energía renovable. No quedan muchos programas de grado en combustibles fósiles, pero tampoco hay una abundancia de programas educativos especializados en renovables. La educación energética general en España no puede dotar plenamente a los estudiantes de las habilidades adecuadas. Como resultado, es necesario reformar los programas educativos generales sobre energía en favor de la educación sobre energías limpias: es necesario cambiar los planes de estudios, formar o capacitar a más profesores e ingenieros en energías limpias, e incorporarlos al personal docente. Además, se debería canalizar más financiación pública y privada para cambiar los programas de grado en energía existentes para que sean más adecuados para la industria de las energías limpias.

Su investigación indica que la situación de la educación sobre energías renovables es peor en los países en desarrollo que en Occidente, a pesar de que la necesidad de educación sobre energías renovables y de que la fuerza laboral cualificada es mayor allí. ¿Ha detectado una fuga de talento europeo hacia algún país o institución académica que ofrezca un futuro más verde a los graduados?
Esto requiere más investigación. Sin embargo, lo que es evidente en muchos países en desarrollo de Asia y África es que, a menudo, necesitan contratar profesionales con educación en energía limpia del extranjero, y atraer ese talento del extranjero es muy caro. La grave escasez de mano de obra en los países en desarrollo ralentiza la implementación de proyectos de energía renovable.

Existe una necesidad urgente en los países desarrollados de reorientar la financiación dirigida a la educación (procedente de ministerios de educación, fundaciones públicas y privadas, empresas privadas y otros) de los combustibles fósiles a la educación sobre energías renovables. El principal problema en este momento es que la educación sobre energías renovables está muy subfinanciada y es una de las áreas menos reformadas en la transición energética global.

¿Cómo es la situación educativa sobre renovables en las distintas regiones?
Si comparamos regiones, observamos que Asia Pacífico ha logrado el mayor progreso en el apoyo a la educación sobre energía limpia, aunque esto se debe principalmente al creciente número de programas educativos en China e India. Otros países asiáticos se están quedando atrás. Sin embargo, la demanda de mano de obra de energía limpia es particularmente alta en los países en desarrollo de América Central y del Sur, África, Medio Oriente y Eurasia, mientras que las universidades de esas regiones ofrecen sólo unos pocos títulos en energía limpia.

¿Qué tecnología renovable necesita con mayor urgencia profesionales cualificados? ¿Cuál es el perfil profesional más demandado por la industria renovable?
Muchas profesiones relacionadas con las energías renovables tienen actualmente una gran demanda en los sectores de la energía eólica y solar. Por ejemplo, técnicos de turbinas eólicas, instaladores solares, ingenieros de energía solar, eólica e hidroeléctrica, ingenieros eléctricos, analistas de energía, desarrolladores de software, técnicos de almacenamiento de energía, operadores, gerentes de construcción, entre muchos otros. Todos ellos son profesionales muy necesarios para diversas empresas de energía renovable.

Su informe destaca la importancia de fusionar la formación técnica con la educación económica y de gestión, no sólo generar nuevos ingenieros y perfiles técnicos. ¿En qué medida perfiles como administradores, economistas, abogados o periodistas, serán útiles para asegurar el crecimiento requerido de las energías renovables?
Sabemos que la industria de las energías renovables requiere más mano de obra que los combustibles fósiles. En el estudio indicamos que, por ejemplo, “el sector eólico emplea a más personas que la industria del carbón por GWh de electricidad producida; el sector de la energía solar da trabajo a más personas que las industrias del petróleo y el gas juntas: o que el sector de los biocombustibles requiere más personal que las industrias del carbón y del combustible nuclear juntas”.

• Este contenido forma parte de la edición de mayo de nuestra revista en papel (ER231), que puedes descargar gratis aquí

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