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Julio Amador Guerra, director del Máster ERMA

"Antes, los egresados buscaban sobre todo crear su propia empresa; ahora, hacerse hueco en alguna de las grandes"

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El catedrático Julio Amador Guerra dirige el Máster en Energías Renovables y Medio Ambiente (ERMA) de la Universidad Politécnica de Madrid, un título propio de la UPM organizado e impartido en su Escuela Técnica Superior de Ingeniería y Diseño Industrial. El Máster ERMA (60 créditos europeos) está volcado en un objetivo: "la formación técnica de alto nivel en las tecnologías limpias de producción de energía, así como sus implicaciones en el desarrollo sostenible". Energías Renovables ha querido conocer al alma mater -Amador Guerra- de este máster, cuya génesis se remonta casi 20 años. [Foto: el director del Máster ERMA, junto a algunas de las instalaciones solares existentes sobre la Escuela en la que se imparte el curso. Autor: Teodoro Adrada].
"Antes, los egresados buscaban sobre todo crear su propia empresa; ahora, hacerse hueco en alguna de las grandes"

¿Cómo surge, a mediados de la década pasada, la idea de convocar un máster?
El origen del Máster fue la participación de mi escuela en un Máster Erasmus Mundus de Energía y Propulsión con la Universidad París-X y la Universidad NEWI de Gales. El director de la escuela, Alvaro Vitores, me preguntó si podíamos organizar un máster de energías renovables. Un grupo de profesores de la Universidad Politécnica de Madrid [UPM], unidos por el vínculo “vocacional” por las renovables, montamos un máster oficial con la participación de más de 40 profesores, de 15 departamentos y 7 escuelas, algo inédito en la UPM. Pero la lucha por el control de la “energía” también se da en el ámbito universitario y, con la excusa de que se iba a organizar un posgrado “paraguas” que englobase todo el tema energético, no nos dejaron que fuera un máster oficial y lo pasaron a máster propio. Por este motivo, necesitamos el apoyo del sector renovable, que nos permitió iniciarlo en 2006: con José Donoso, entonces en su etapa eólica, Manuel Romero (IMDEA Energia), Alberto Ceña (AEE), Gregorio Álvarez (Ibereólica), Faustino Chenlo (Ciemat), Emilio Menéndez (experto en sostenibilidad), Juan Avellaner, entonces en el IDAE, Jose Luis García (Greenpeace), Eduardo Zarza (Plataforma Solar de Almería), etc. etc.

¿Cómo ha ido evolucionando a lo largo de estos 16 años el perfil del alumnado?
En las primeras ediciones, quien realizaba el máster lo hacía sobre todo como una apuesta personal por las renovables, mientras que en la actualidad prevalece el conseguir una mayor competencia laboral y es mucho más habitual tener conocimientos previos . Antes buscaban sobre todo crear su propia empresa; ahora, hacerse hueco en alguna de las grandes del sector. La edad media ha ido bajando con el paso de los años, y está ahora entre los 25 y los 30. Las mujeres suelen ser entre un tercio y la mitad del grupo. Antes de la pandemia, un tercio de estudiantes procedía de otros países, principalmente latinoamericanos y... un italiano. Casi siempre hemos tenido un estudiante italiano, de forma que al inicio de cada curso nos preguntamos ¿cómo será el italiano de este año? También hemos tenido grupos característicos: el más “humanista” fue una edición con cuatro arquitectas que organizaron una inolvidable cena fin de curso con entrega de regalos. En un año tuvimos cuatro brasileñas que nos enseñaron lo que es el trato delicado y “sin tiempo” que lamentablemente hemos perdido en nuestra cultura. Nos ocurrió lo mismo con tres angoleños que vinieron juntos enviados por su gobierno. Otro año tuvimos cuatro argentinos y también fue estupendo, aunque casi acabamos todos en el psicólogo. En fin, también hemos tenido un grupo con varios directivos de empresas eléctricas y gasísticas que marcaron nivel y pusieron a prueba nuestras convicciones sobre las renovables. ¡Cada año es distinto!

¿Dónde van los egresados cuando acaba el curso?
Pues sus destinos son tan variados como sus perfiles: posiciones técnicas con actividades en eólica y, últimamente, en fotovoltaica; empresas de tamaño pequeño o mediano. Muchos de los que han venido de fuera han vuelto a su país al terminar el Máster, debido a la actividad renovable de países como Chile, México, Argentina, etc. También ha habido gente de aquí que se ha ido fuera, de forma temporal o permanente, a trabajar en empresas de eólica offshore, fotovoltaica, etc. No son pocos los que han participado en grandes proyectos eólicos y fotovoltaicos por todo el mundo. La gran novedad de los últimos años es que han empezado a entrar en empresas de gestión de activos, grandes compañías eléctricas y del sector de hidrocarburos, algo impensable hace poco.

¿Qué tiene el Máster ERMA que no tengan los demás?
Destacaría tres puntos. Uno, el carácter “vocacional” de quienes lo impartimos. Dos: el Máster está en primera línea competitiva de relación calidad-coste en la formación de postgrado en energías renovables, sostenibilidad y eficiencia energética. Y tres: la consideración del “Acceso Universal a la Energía” como parte importante del Máster ERMA, que colabora con el Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano itdUPM y diversas ONGs, promoviendo Trabajos Fin de Máster de aplicación de las energías renovables a la cooperación al desarrollo.

Por cierto, ¿en qué momento se cruzan las renovables en la vida de Julio Amador?
Desde mi juventud. La primera crisis del petróleo me pilló con 10 años. Mi generación creció con la consecuente crisis económica. El problema de los recursos energéticos se convirtió en un reto fundamental para la sociedad: los años que le quedaban al petróleo era una conversación de barra de bar. Esto, junto con mi aprecio y respeto por la naturaleza, hizo que, con apenas 20 años, me presentase en el Instituto de Energía Solar. Me atendió con mucha paciencia Eduardo Lorenzo, que me recomendó seguir estudiando la ingeniería que estaba haciendo. Mientras estudiaba en la universidad colaboré como voluntario en diversas ONGs: aplicación de energías renovables para países pobres en el grupo de tecnología apropiada de Manos Unidas, participé en la creación de Ingeniería Sin Fronteras en España, etc. Mi condición de objetor de conciencia me dificultó el acceso a una empresa y acabé entrando en la universidad, haciendo un doctorado de electrificación rural con energías renovables que me dirigió José Manuel Gomez Agost, discípulo de Antonio Luque, y que fue la primera tesis de este tipo en el Departamento de Ingeniería Eléctrica donde la defendí. El camino estaba marcado. Tengo la anécdota sobre el primer módulo que compró mi departamento, que nos vendió Enrique Alcor, de Atersa, sobre 1995: costó “como una joya” y tenía 55 Wp. Al verlo, mis compañeros de departamento se sonreían y me enseñaban motores eléctricos mucho más pequeños y con mucha más potencia.

• MÁSTER ERMA (EN ENERGÍAS RENOVABLES Y MEDIO AMBIENTE)
Organiza: Escuela Técnica Superior de Ingeniería y Diseño Industrial (UPM).

Objetivo: el objetivo del título es la formación técnica de alto nivel en las tecnologías limpias de producción de energía, así como sus implicaciones en el desarrollo sostenible, con la finalidad de la integración de los participantes en el sector empresarial e institucional relacionado. El enfoque del Máster ERMA es de ingeniería aplicada a proyectos, tecnologías y procesos de energías renovables y eficiencia energética, con una actualidad e integración directa en el sector profesional, manejando los programas, legislación, soluciones técnicas, etc., utilizados por el sector empresarial, incluyendo el análisis de rentabilidad económica de los proyectos y la viabilidad ambiental de los mismos.

Lugar, fecha y duración: ETS de Ingeniería y Diseño Industrial. Modalidad presencial con apoyo online. De octubre de 2021 a septiembre de 2022. 450 horas lectivas. 60 ECTS.

Precio: 5.880 euros.

Secretaría administrativa: Antonio Sánchez. 605 033 270

Correo e: master.erma.etsidi@upm.es

Toda la información, aquí

• Este reportaje se ha publicado en el número de mayo de la revista en papel, que puedes descargar gratis en PDF pinchando aquí.

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