El Informe Anual del Autoconsumo Fotovoltaico que acaba de publicar APPA registra un contraste enorme entre la caída del sector del autoconsumo (-27% en potencia instalada con respecto a 2023) y el crecimiento del almacenamiento: +21% en capacidad (el sector instaló 128 megavatios hora en el 23, y ha instalado 155 en el 24). ¿Cómo está el almacenamiento a día de hoy aquí en España?
A ver, lo importante aquí es que tenemos que ver el almacenamiento como un nuevo nicho de mercado: acoplado, y no acoplado, al autoconsumo.
Pues vamos por partes: acoplado, por ejemplo.
Bien. Hay clientes que pusieron la instalación en el 22, en el 23, y que, ahora, una vez han visto cómo funciona, pues se plantean acoplar almacenamiento, porque a lo mejor tienen muchos excedentes, o porque en su momento optaron por la inyección cero para evitarse tramitaciones.
¿Y el no acoplado?
Veamos: una batería nos da potencia. Y en España tenemos déficit en las redes de distribución. Si una empresa quiere aumentar su potencia, porque va a añadir una línea de producción nueva, pues puede tener problemas para conseguir esa potencia adicional que va a necesitar. Así que muchas de estas industrias están viendo en los sistemas de almacenamiento en baterías una solución a ese problema.
O sea, que entiendo que hay empresas que adquieren baterías aunque no tienen instalaciones solares para autoconsumo…
Así es.
¿Algún ejemplo?
Pues uno de los ejemplos más típico es el de las áreas de servicio. Muchas quieren instalar puntos para la recarga de vehículos eléctricos y se encuentran con el problema de la potencia. ¿Solución? Sistemas de almacenamiento en baterías, aunque no tengan un autoconsumo previo. Hay incluso áreas de servicio que apuestan por el almacenamiento aunque puedan conseguir la potencia sin problemas.
¿Y eso?
Porque hay ocasiones en que al propietario le cuestan muchísimo dinero los desarrollos de línea que se tienen que ejecutar, el centro de transformación, que a lo mejor se tiene que modificar… Le cuesta muchísimo más dinero todo eso que optar por un sistema de almacenamiento en baterías, que, a veces, en muchas ocasiones, sale mucho más barato. Digo más: se están haciendo incluso instalaciones aisladas puras y duras. Y el de las áreas de servicio es un ejemplo, pero hay muchos otros. Hasta el punto de que, a diferencia de lo que ha sucedido en los años anteriores, este año pasado, en 2024, el 60% de la capacidad ha sido puesta en marcha en el sector industrial: 93 MWh sobre los 155 totales.
Cuando hablamos de baterías en el sector comercial e industrial, ¿de qué magnitudes estamos hablando?
En términos de potencia, 200-400 kilovatios (en todo caso son modulares). Y, en términos de capacidad, pues… podemos ver desde cien kilovatios hora [100 kWh] hasta un megavatio hora, por ejemplo [1.000 kWh]. Todo, modular. ¿Qué es lo bueno de todo esto? Pues que puedes empezar un proyecto más conservador (me pongo una batería con una cierta potencia y una cierta capacidad), y, si veo que funciona, pues es muy sencillo añadir baterías adicionales a posteriori acoplándolas en paralelo.
En el caso de una industria que apueste por el almacenamiento como solución a su problema de potencia, ¿podemos hablar de horquilla de amortización?
No lo veo... Esta es una solución a un problema. Pongo un ejemplo: hay muchas industrias que, por estar a lo mejor en un final de línea de la red de distribución, o en algún nudo más saturado… pues padecen microcortes. ¿Y qué ocurre cuando hay un microcorte? Pues puede suceder que se detenga toda una línea de producción, que luego tienes que desmontar, pierdes material, volver a montar, tiempo, dinero… Y a lo mejor tienes unas pérdidas de 100.000 euros, de 200.000, por un microcorte. Bueno, pues ahí está: el cliente final no ve el sistema de almacenamiento en baterías como una inversión que tiene que rentabilizar en equis años. Lo ve como una solución desde el minuto cero a un problema que ya tiene. Lo ve como un seguro.
Bien, y, ¿cómo está el otro 40% del mercado? ¿Cómo está el residencial?
El residencial puede tener otros problemas... Puede llegar el día en el que ya no se pueda inyectar energía a la red en ciertos momentos, o el día en el que los excedentes ya no valgan casi nada, o valgan cero. Bueno, pues ahí estaremos hablando de una oportunidad de negocio: almacenar esa energía por la que no te van a pagar nada.
Habida cuenta de todo ello, ¿cuáles son las expectativas a corto plazo?
Muy buenas. Entendemos que muchos de los autoconsumos que vienen tendrán almacenamiento, pero no necesariamente todos. Y segundo: no hablemos solo de almacenamiento asociado a autoconsumo. Va a empezar a haber (ya los hay, como he dicho) muchos almacenamientos sin autoconsumo. De industrias, o de empresas del sector hostelero, o de otros sectores, que necesitan únicamente un pulmón de potencia… y ahí también va a haber negocio. Ya lo hay.
¿Un pronóstico para este año?
Muchas empresas nos han dicho que en este primer trimestre ya han vendido casi lo mismo que en todo el año pasado. Pero yo ahí iría con pies de plomo…
¿Alguna cifra en todo caso…?
Creo que se puede llegar a duplicar el número del año pasado [155 MWh]. Como mínimo.
Y, para acabar: ¿alguna petición al Gobierno?
Pues… A día de hoy no hay un registro oficial de instalaciones de autoconsumo con almacenamiento, y tampoco de instalaciones de almacenamiento no acopladas a un autoconsumo. Para hacer nuestro Informe consultamos al 90, al 95% de las empresas del sector. Y, como de momento esto es abarcable, pues más o menos está todo controlado. Pero sí que le pediríamos al Gobierno un registro oficial. Que no suceda como ha sucedido con el autoconsumo. Y, en cuanto a medidas de impulso… abogamos siempre por las exenciones fiscales, las desgravaciones.