Andimac (Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción) señala, a modo de referencia, que una vivienda de 90 metros cuadrados reduciría su consumo energético entre un 40% y un 80% gracias a ciertas obras de mejora y mantenimiento, que podrían abaratar 750 euros anuales su factura eléctrica.
La patronal destaca que las obras para aislar ayudan a mantener las condiciones ambientales en el exterior y a conseguir el confort deseado en el interior de las casas, ya que -por ejemplo- con un buen cerramiento se evita que se escapen al exterior las temperaturas más moderadas logradas en el interior, lo que consecuentemente reduce el consumo energético.
Ello resulta especialmente significativo en días como los actuales, después de que la ola de calor haya aumentado un 8% la demanda energética en un solo día, un incremento tan significativo que podría encarecer la factura de la luz hasta en 30 euros mensuales, según Andimac.
La patronal indica que existen soluciones diferentes que deben aplicarse según el caso concreto de cada vivienda, con el objetivo de que se ajusten lo máximo posible a sus características y logren una mayor efectividad. Pero, en general, recomienda siempre aislar desde fuera hacia dentro para evitar que el calor del exterior entre al interior, aunque recuerda que para ello se necesitan permisos tanto del Ayuntamiento como de la comunidad de vecinos.
Otra alternativa para no perder energía a través de las ventanas es cambiar los vidrios por unos de mayor espesor, con cámara de aire, bajo emisivos y con factor de sombra, siendo la mejor opción para ello los laminares o los vidrios dobles. Con ellos, se consigue una menor infiltración de radiación o de frío y menos pérdidas de la temperatura del interior.
Si se van a cambiar las ventanas, la patronal recomienda apostar por las carpinterías más aislantes, como las de madera o de PVC con rotura de puente térmico.
Por último, la patronal resalta la importancia de realizar un mantenimiento apropiado de los sistemas de climatización y, cuando estos sean antiguos, si es posible renovarlos por otros nuevos, puesto que los más recientes ofrecen tanto un mayor ahorro energético como menores daños ambientales.