Islandia –una isla y una serie de islas e islotes más pequeños– tiene una población de 331.000 habitantes y una superficie de 103.000 km2. La ciudad más importante y capital es Reykjavík. Islandia tiene una gran actividad volcánica y geológica, y esta circunstancia hace que gracias a ello, obtengan una gran parte de la energía eléctrica. El país cuenta con una gran meseta, desiertos montañas y glaciares, pero tienen un clima templado (que no les correspondería debido a su latitud) como consecuencia de la corriente del Golfo.
Un ejemplo claro de cómo algunos países, aprovechan sus recursos naturales y su posición geográfica privilegiada, para generar energía de una forma más ecológica y limpia, logrando además satisfacer la demanda local. Islandia se convirtió en todo un ejemplo de cambio en la producción energética, ya que hace relativamente pocos años, el 85% de la energía era producida a base de carbón y de petróleo. En cambio hoy, el 85% procede del hidrógeno y del agua volcánica subterránea, que después de pasar por turbinas, logra generar energía y abastecer la mitad de las necesidades de electricidad del país, a un precio equivalente a dos tercios de la media europea.
El principal motivo por el que se considera a Islandia como un ejemplo es que la mayoría de su generación eléctrica proviene de fuentes limpias, el consumo de la población es reducido y, además, el gobierno islandés planea, en un plazo de 30 años, convertirse en el primer país en abandonar definitivamente el uso de combustibles fósiles. Con esta perspectiva, las emisiones de gases de efecto invernadero serían solo de un 45% sobre el nivel actual. Además de suministrar energía a su propio territorio, Islandia también tiene en cartera suministrar a otros países de Europa mediante un cable submarino de 1.900 km que comunicaría con Escocia.
Debido a la ubicación geológica de Islandia (con más de una grieta en las placas continentales), la alta concentración de volcanes en la zona es a menudo una ventaja en la generación de energía geotérmica, la calefacción y la producción de electricidad. Durante el invierno, las aceras cerca de estas áreas (tales como Reykjavik y Akureyri) se calientan. Esto hace que el calor salga a la superficie.
Existen cinco grandes plantas de energía geotérmica, que producen aproximadamente el 26,2% (2010) de la electricidad del país. Además, la geotérmica cumple con el aprovisionamiento de calefacción y agua caliente de aproximadamente el 87% de todos los edificios en Islandia. Aparte de la geotérmica, el 73,8% de la electricidad del país es generada por la energía hidráulica, y el 0,1% a partir de combustibles fósiles.
¿Podemos tener esto en España? Es evidente que no ya que los recursos geotérmicos existentes en España, no son tan potentes como en Islandia. En todo caso, posibilidades, aunque muy inferiores, existen.
Pero al igual que hablábamos de que Islandia es un ejemplo claro, de cómo algunos países, aprovechan sus recursos naturales y su posición geográfica privilegiada, para generar energía de una forma más ecológica y limpia, no debemos olvidar que en España sí tenemos esos recursos naturales y una posición geográfica privilegiada cuando hablamos de energía eólica y fotovoltaica. Sobre todo esta última con las posibilidades que da el futuro del autoconsumo. Y al igual que Islandia está sacando rentabilidad de sus recursos geotérmicos, España puede hacer lo propio, si no fuera tan restrictiva con la regulación que impide su desarrollo.