El documento que ha sacado la Comisión Europea sobre las “Mejores prácticas del Autoconsumo con Energías Renovables (Best Practices on Renewable Energy Self-consumption), es un documento corto, pero contradictorio en algunas de sus afirmaciones con lo que se está realizando en España en este sentido, por ello, lo voy a intentar desgranar y comentar sus puntos más importantes, así como la importancia que tiene no obligar a los Estados miembros de la Unión Europea, a seguir cuando menos, las mejores prácticas que se indican en él (tal es el caso de los objetivos a alcanzar en 2020, por las energías renovables de la UE).
Se inicia el documento, con una rotundidad absoluta al decir que “La energía renovable es esencial para que esta transformación se lleve a cabo, ya que contribuye a todos los objetivos de la unión energética: mejora de la seguridad del suministro, transición a un sistema energético sostenible, reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, desarrollo industrial que conduzca al crecimiento del empleo y a menor los costos de energía para la economía de la UE”.
Después nos da a continuación esperanzas, argumentando las ventajas del autoconsumo, sin especificar de momento la cruda realidad de la regulación española y de otros países:
– Considerable reducción del coste de las renovables, sin considerar las acciones realizadas en contra por los diferentes estados.
– Los hogares, pueden producir cada vez más y autoconsumir su propia electricidad, ya sea instantáneamente o de manera diferida a través del almacenamiento descentralizado. Pero una cosa es poder, y otra que se permita.
– El modelo de autoconsumo emergente abre nuevas oportunidades de contención de costos para los consumidores de energía, en particular para las pequeñas y medianas empresas (PYME). Otra afirmación que se queda en agua de borrajas, como ya argumentaremos.
– Se habla de una capacidad eléctrica instalada por debajo de 500 KW (en párrafos posteriores se llega a hablar de hasta 2 MW). Qué más quisiéramos en España.
Ahorro de autoconsumo
– El modelo de autoconsumo con energías renovables (principalmente la solar fotovoltaica), se basa en el hecho de que en un número creciente de países, ha logrado la paridad de red. Eso es cierto ya en la mayoría de ellos, pero en España no nos ha servido de nada, ya que cuanto más hemos progresado en este aspecto, más nos ha golpeado la regulación, por no hablar de los borradores amenazantes, que han impedido la evolución natural del autoconsumo.
– Se habla de beneficios para los consumidores y todo el sistema energético. La primera afirmación está clara, pero cuando se le pregunta a las grandes eléctricas sobre la segunda afirmación, siempre dicen que lejos de ser un beneficio, es un coste.
– La generación de energía solar fotovoltaica en los países soleados puede ayudar a reducir los picos de la demanda. Este punto tampoco es reconocido por las grandes eléctricas, y además al impedirse en España que con el autoconsumo se pueda utilizar el almacenamiento, la efectividad en la reducción de los picos de demanda, sería menor.
– Las pérdidas del sistema pueden ser reducidas, con respecto a sus niveles actuales. Esta reducción de pérdidas nunca es valorada por el Gobierno, al igual que el resto de los beneficios del autoconsumo.
Es evidente además, que el acoplamiento que se puede obtener en los diferentes tipos de autoconsumo residenciales o comerciales, puede estar entre el 30% y el 80% sin acumulación, y entre el 60% o incluso el 100% si son utilizados temas de gestión de demanda y almacenamiento. Todo lo anterior, lejos de ser visto como una ventaja, en el caso español es visto como un riesgo para las contribuciones a la red, eso sí, sin valorar como se ha dicho antes las ventajas que comporta el autoconsumo.
Autoconsumo, un driver para la flexibilidad
En el documento, también se reconoce la flexibilidad que el autoconsumo puede tener, a través de dos conjuntos principales de medidas: a) la gestión de la demanda y, b) el almacenamiento de energía, haciendo mención explícita al almacenamiento térmico y eléctrico. Todo ello con el uso de termostatos, y de electrodomésticos usados de forma inteligente, que pueden hacer desplazar las necesidades de energía fuera de los picos de generación. Pero para ello se reconoce que es necesario incentivar esa gestión de la demanda a través de señales de precios (ya que los precios serán bajos en períodos de abundante generación y altos en periodos con mucha demanda).
El documento desarrolla ampliamente todas las ventajas del almacenamiento de energía, incluyendo los sistemas de electricidad y calor, como las calderas de agua caliente o las bombas de calor más eficientes, todo ello para dar una idea del gran potencial de las soluciones de electricidad y calor, que llega a equiparar, para toda la UE, del orden de 55 GW de demanda controlable, equivalente a la capacidad actual del almacenamiento en saltos hidráulicos reversible, con un total de 51 GW.
Se detalla como dicho almacenamiento, puede aumentar de una forma concluyente la tasa de autoconsumo, y de cómo la rebaja de costes que han tenido las baterías últimamente (50% desde 2011), van a reducirse mucho más, en un breve espacio de tiempo (otro 50% hasta 2020), todo ello ayudado con la creciente penetración de los vehículos eléctricos.
Todos estos aspectos del autoconsumo con almacenamiento concuerdan también con la preocupación de las eléctricas de que este tipo de instalaciones evacuen energía a la red de una forma indiscriminada, que dificulte la gestionabilidad de las redes, debido a los cambiantes flujos de energía, siendo necesario incentivar una tasa de autoconsumo mayor de una cantidad determinada, o de una potencia instalada de generación inferior o igual a la potencia contratada por el consumidor en concreto, con el fin de limitar la inyección de energía a la red
Contribuir a la red
Otra de las preocupaciones de este documento, compartida con las empresas eléctricas, es sobre el riesgo de que un despliegue a gran escala del Auto-consumo pudiera afectar a la remuneración que percibe el sistema eléctrico, aunque se reconoce que esto puede ser comprensible, ya que los flujos de energía permanecen dentro de la instalación del cliente sin tocar siquiera la red eléctrica pública, al realizar el autoconsumo, ya que continúan con la argumentación de que las redes eléctricas son dimensionadas para la capacidad máxima, no reconociendo la contribución a la reducción de los picos de la demanda, y a la reducción de pérdidas, entre otros tales como el menor desarrollo de red.
Por lo tanto, se acaba abogando por diferentes modelos de tarifas, concluyendo con modelos híbridos que contemplen tres componentes:
– Uno plano, por tener un punto de conexión
– Un término de potencia, en función de la capacidad de conexión
– Un término de energía progresivo
comentando, que la tendencia es a cargar cada vez más los términos fijos, cosa de la que el sector eléctrico español ha tenido un gran protagonismo en los últimos años, doblando los términos de potencia, en un intento de ir a una tarifa plana, que asegure los ingresos de las eléctricas, existiendo ejemplos como es el caso portugués, que hasta que no se alcance el 3% de la demanda con autoconsumo, no piensa aplicar ningún tipo de medida.
Finaliza en este apartado de contribución a los costes de red, argumentando que, debido a las diferentes estructuras arancelarias, los países adoptan diferentes condiciones, y poniendo solamente en común la frase de que “la fijación de tarifas debe basarse en criterios objetivos y no discriminatorios, que se apliquen consistentemente a todos los usuarios que se encuentren en la misma situación. Los diferentes modelos también deben reflejar correctamente el impacto de los consumidores en la red eléctrica, al tiempo que se garantice que los activos regulados contribuyen a la transición energética mediante el apoyo a los objetivos políticos de la UE en materia de eficiencia energética y energías renovables”. Vamos, que como es habitual, se da libertad a que cada país haga lo que quiera, ya que todo lo anterior es de difícil interpretación e implementación.
Valoración del autoconsumo
Se detalla que en la paridad de red para autoconsumo directo, se asume la situación óptima que el 100% de la electricidad producida es autoconsumo, que generalmente no es el caso para los consumidores residenciales o comerciales. Por lo tanto, los consumidores que producen energía renovable todavía pueden necesitar alimentarse y evacuar a la red, y que la electricidad no consumida en la red pueda recibir una compensación por dicha energía, con el fin de que el proyecto sea viable.
Se aboga por varios métodos de valoración:
– Autoconsumo y tarifa para la energía evacuada a la red
– Balance Neto
– Autoconsumo y evacuación de energía con un enfoque de mercado
En el primer caso, se comenta la necesidad de autoconsumir un porcentaje mayor de autoconsumo determinado, y de limitar las instalaciones a una potencia determinada (depende de los diferentes países).
En el segundo caso, de limitar el tamaño de la instalación (con ejemplos de 20 kW a 2 MW), o expresarlo en proporción al uso de la capacidad de potencia del cliente. De que el período de facturación aplicable, puede extenderse desde un rango horario, hasta largos períodos de tiempo (por ejemplo, el período de facturación, o un año). También se habla de un enfoque alternativo, que en vez de tener en cuenta el “Net Metering”, intercambiando volumen de energía, tenga más en cuenta el concepto de “Net Billing”, que valore lo evacuado a la red a precio de mercado.
En el tercer caso, el despliegue del autoconsumo se produciría en base al mercado puro: la electricidad que no sea autoconsumida, se inyecta a la red a precio de mercado. Al ofrecer una tarifa más baja para las inyecciones de electricidad a la red durante ciertas partes del día, por ejemplo, los consumidores podrían ser incentivados a autoconsumir más su propia electricidad. Con estos incentivos basados en los precios, se aumentaría el autoconsumo de una manera más óptima para la red, aplazando o evitando la necesidad de mejoras e inversiones en las redes eléctricas.
Referencia a las mejores prácticas
Con todos los puntos tratados en este documento, se hacen referencia a unas mejores prácticas, que merecen sus respectivos comentarios, tales como:
• Establecimiento de procedimientos de autorización simplificados, incluida la simple notificación, para proyectos de energía renovable a pequeña escala. En España todavía no se ha conseguido esta simplificación, aunque lo intentara el RD 1699/2011.
• Permitir autoconsumo con energías renovables y almacenamiento, descentralizado. En España está prohibido el almacenamiento asociado al autoconsumo.
• Promoción de la flexibilidad de la demanda, incluyendo la gestión de la demanda y el almacenamiento asociado a la generación distribuida, a través de las señales de precios y otros incentivos. En España este tema no está desarrollado.
• El despliegue de contadores inteligentes adecuados y permitir agregadores para facilitar la participación de los consumidores en el mercado mayorista. Los contadores inteligentes en España, solo sirven de momento para la comunicación con las empresas eléctricas, no participando el consumidor de estos datos.
• Evitar cargas discriminatorias para proyectos de autoconsumo. El Proyecto de autoconsumo planteado por el Gobierno, contempla claramente el “peaje al Sol” o peaje de respaldo, para la energía producida y autoconsumida en tiempo real.
• Reconocer las diferentes condiciones nacionales, lo que garantiza que las posibles futuras reformas arancelarias de la red, promuevan que tanto las energías renovables, como los objetivos de eficiencia energética, se basen en criterios objetivos y no discriminatorios y reflejan el impacto en los consumidores en la red eléctrica, al tiempo que garanticen una financiación suficiente para la red eléctrica y los costes del sistema eléctrico. En España la tendencia general, es garantizar los ingresos de las empresas eléctricas, aumentando los términos de potencia o el peaje de respaldo al autoconsumo, con una tendencia clara a la tarifa plana de energía, con lo que los temas de eficiencia energética, quedan descartados.
• Asegurar condiciones predecibles con el anuncio de un tope de las capacidades instaladas, mientras los costes de la red se revisan. En España los cambios regulatorios han sido constantes y no hay nada predecible.
• Se considera necesario y apropiado realizar modificaciones de la estructura arancelaria, para garantizar la estabilidad de las inversiones anteriores a los proyectos de autoconsumo. Es muy posible que el nuevo Real Decreto de Autoconsumo, considere efectos retroactivos, que no van a garantizar la estabilidad de las inversiones.
• Seguimiento de la evolución del mercado y los impactos globales del sistema con el fin de garantizar la rentabilidad y evitar un exceso de compensación. Las retribuciones de las instalaciones Fotovoltaicas en España, siempre se han revisado a la baja.
• La preferencia por los sistemas de autoconsumo, más esquemas de medición neta. Esas preferencias no se dan en España.
• La limitación del Balance Neto en base a períodos y revisión periódica, de una manera transparente y predecible. En España, ya se ha dicho por activa y por pasiva, que no habrá Balance Neto.
• Evitar los cambios retroactivos para proyectos de autoconsumo para garantizar la seguridad de la inversión. Ya se ha comentado que es posible que el nuevo Real Decreto de Autoconsumo, considere efectos retroactivos, que no van a garantizar la estabilidad de las inversiones.
• La eliminación gradual de la exposición al mercado a corto plazo de las instalaciones de autoconsumo, mediante la valoración de excedentes de electricidad inyectada en la red, según el precio del mercado mayorista. Eso no se ha realizado todavía en España.
Las conclusiones de este documento con respecto al mercado eléctrico español, es que el autoconsumo va a tener grandes dificultades para su implantación, pero el futuro es terco, y la evolución de las redes eléctricas pasa por los conceptos de Generación Distribuida y Redes Inteligentes, que van a dar lugar junto con la caída de precios de las energías renovables y principalmente de las instalaciones fotovoltaicas, a un auge futuro del autoconsumo, de una forma inevitable.