Hace dos años, Aresol (Alternativas Riojanas Eólicas y Solares) diversificó su trabajo hacia el sector de las empresas de servicios energéticos (ESE) y desde entonces se cuentan por dos decenas las calderas de muy diferente condición y servicio que ha instalado en hoteles, comunidades de vecinos, residencia de ancianos e industrias de gran parte de España. Ahora le toca el turno al Santuario de Javier, en Navarra, que “ha decidido apostar por la energía sostenible implantando una caldera de biomasa para proveer sus servicios de agua caliente y calefacción, lo que permitirá al reconocido santuario ahorrar 475.910 euros en los próximos diez años”, afirman desde Aresol.
En la ESE recuerdan que la instalación se llevará a cabo sin tener que realizar ninguna inversión, ya que la empresa asume el coste de la operación. Hasta ahora, el monasterio contaba con una caldera de gasóleo de 1.200 kW que consumía anualmente 742.896 kWh, con un coste de 102.685 euros. Calculan que “con la nueva caldera de biomasa, el primer año el santuario reducirá un 10 por ciento sus gastos, logrando un ahorro de 10.268 euros” Añaden que el descenso de los costes crecerá en los diez años de contrato que el santuario ha firmado con Aresol, por lo que el ahorro total durante esta década que estiman son los 475.910 euros mencionados.
El santuario a la espera y una comunidad de vecinos en Madrid ya ahorra
Transcurrido el tiempo establecido en el contrato, “estas ventajas económicas aumentarán aún más al estar la instalación totalmente amortizada, de modo que el coste descenderá entre un 20 y un 30 por ciento”, aseguran en Aresol. Como en la mayoría de los contratos de este tipo, la inversión la realiza Aresol al cien por cien, e incluye trabajos integrales de servicios energéticos durante un período de diez años, pasado el cual la instalación pasa a ser propiedad del santuario. Al ahorro económico hay que añadir el beneficio ambiental, ya que la sustitución de la caldera conllevará que “anualmente se dejen de emitir a la atmósfera 276,9 toneladas de CO2, de manera que en los próximos diez años se habrá evitado la emisión de 2.769 toneladas de CO2”, concluyen desde la ESE.
Por otro lado, también en estos días Aresol informa sobre la puesta en marcha de dos calderas en una comunidad de vecinos de la calle Corredera Baja de San Pablo, en el centro de Madrid. Hasta este invierno usaba “una anticuada caldera de carbón que emitía anualmente 114 toneladas de CO2”, señalan. Ahora, “sus 23 vecinos ya disfrutan del ahorro económico y medioambiental que les proporcionan dos calderas de biomasa KWB de 100 kW de potencia cada una”. En este caso, la comunidad también firmó un contrato de servicios energéticos con Aresol por diez años, y la instalación se financió a través del programa Biomcasa, del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).
