“El nuevo bioaceite se puede utilizar en la alimentación animal o, después de un refino adicional, como combustible para aviones”. Así resume la Universidad de Tübingen en una nota de prensa el principal hallazgo de una investigación que ha experimentado con cultivos microbianos similares a los que operan en el intestino humano para obtener la composición molecular ideal y generar “precursores” de biocarburantes para la aviación.
En concreto se trabajó con suero ácido procedente de la fabricación de yogures griegos. En la publicación del estudio en la revista científica Joule se recuerda que “este tipo de suero y otras corrientes de desechos se han convertido con éxito en gas metano mediante digestores anaerobios con cultivos abiertos microbianos (microbiomas)”. “Sin embargo –concluyen–, la rentabilidad obtenida es relativamente baja”.
Para fabricar biodiésel se necesita purificar y refinar el bioaceite
Los investigadores insisten en que “hasta ahora no se podían producir otros productos en microbiomas a partir de esta corriente de desechos, pero esto ha cambiado”. Su trabajo demuestra que el suero ácido se convirtió en ácidos carboxílicos (caproico y caprílico), sin necesidad de añadir ningún producto químico.
Los dos ácidos carboxílicos obtenidos pueden “ser devueltos a la industria ganadera para utilizarlos como un antimicrobiano para prevenir enfermedades, o procesado como combustible de aviación", afirma Largus Angenen, del Centro de Geociencias Aplicadas de la Universidad de Tübinga. Al biodiésel le restaría una etapa más, ya que el bioaceite debe ser purificado y refinado.