En declaraciones a la agencia oficial de noticias Telam, Baigrós dijo que “hace como diez años que estamos estudiando la posibilidad de desarrollar una semilla que sirva para hacer aceites vegetales, y logramos un plantín interesante de gran producción y que tiene alta resistencia a heladas, y también a altas y a bajas temperaturas”
Se trata de pruebas realizadas sobre la planta de castor, conocida también como Tártago, que dieron origen a una nueva semilla a la que han denominado Higuerilla Maravilha.
SAGO tiene base en la provincia de Buenos Aires y se dedica a la investigación, producción y comercialización de esta nueva semilla de aceite de castor, de alta tolerancia a campos marginales; un cultivo rústico y ecológico que califica a los requerimientos del protocolo de Kyoto, según afirman.
“Es un desarrollo íntegramente nuestro en combinaciones genéticas con semillas comunes, como la de ricino. Y de ahí, que da mucho más aceite que el ricino común”, destacó Baigrós, quien anunció que “ahora estamos abriendo un vivero en Gualeguay (Entre Ríos) para abastecer a la zona del Litoral y al norte del país”.
Aseguró que con esta semilla “se produce gran cantidad y gran calidad de aceites”, y precisó que “mientras que con ricino producen entre 1.600 y 1.800 litros por hectárea de producción, con castor se alcanza entre 4.000 y 4.500 litros por unidad de superficie”.
Remarcó también que este cultivo “permite sembrar en tierras que pueden tener otros usos, como praderas o donde se cría ganado”, y que “no se corre el riesgo de que los animales lo coman, e incluso mejora la calidad de la tierra y puede convivir con otros sembrados”.
Baigrós explicó que “en cinco años hay que llegar a 25.000 hectáreas sembradas, lo que va a permitir la producción de 112.500 toneladas de aceite al año”.
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