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La guerra de los aranceles a los biocombustibles

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Una de las herramientas habituales que se utilizan en el comercio internacional es el impuesto que se cobra sobre las importaciones, ampliamente conocido como aranceles. Desde que los biocombustibles se presentaron en el mercado mundial como un bien exportable, no son pocas las veces que han desencadenado contenciosos de diversos signo y justificación. Esta es una historia de esos desencuentros.
La guerra de los aranceles a los biocombustibles

Antes de entrar a una somera reseña de más de una década de polémicas debe hacerse una breve introducción. En los primeros años del desarrollo de las renovables –hay que situarse a finales de la primera década de este siglo– los biocombustibles se presentaban como uno de los sectores más dinámicos en cuanto a su inmediata implementación, a diferencia de la eólica y la fotovoltaica, unas tecnologías no del todo maduras por entonces y con costes elevados en prácticamente toda su cadena de valor.

UE vs. EEUU – biodiésel
En ese contexto, en marzo de 2009, la Comisión Europea (CE) aprobó medidas antidumping por cuatro meses y antisubvención por otros seis por las que se obligaba a que las empresas estadounidenses exportadoras de biodiésel a la Unión Europea con mezclas superiores al 20% pagasen entre 208 y 237 euros por tonelada exportada en los aranceles más elevados.

En aquel entonces, la CE constató que las importaciones de biodiésel subvencionado procedentes del país norteamericano habían incurrido en un dumping medio ponderado del 33%, lo que –se alegaba– causaba un grave daño a la industria europea de biodiésel, especialmente intenso en países como España.

De acuerdo con datos del sector, las importaciones del biodiésel subvencionado estadounidense se habían hecho en un solo año (2007) con el 50% del mercado español y en el primer semestre de 2008 copaban ya más del 60%.

UE vs. EEUU – etanol
Dos años y medio más tarde, con los mismos actores como protagonistas, el objeto de disputa fue el etanol. En octubre de 2011, a instancias de una solicitud de la European Renewable Ethanol Association (ePure), la CE inició sendos procedimientos antidumping y antisubvención relativos a las importaciones de bioetanol desde Estados Unidos. En España, la sección Biocarburantes de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) se congratuló de la decisión, sobre todo porque en nuestro país las importaciones durante el tercer trimestre de ese año representaban ya el 60% de toda la demanda interna, frente al 45% de 2010 y el 29% de 2009.

Finalmente, se le impuso al etanol procedente de Estados Unidos medidas antidumping por cinco años. En 2018 se realizó una reconsideración de lo entonces determinado. Mientras que la patronal europea (ePure) solicitaba su extensión por otros cinco años, en la revista estadounidense Ethanol Producer Magazine se recogía el parecer de Brian Jennings, director general de la ACE (siglas en inglés de la Coalición Estadounidense por el Etanol), quien afirmaba que “los países y socios comerciales que imponen medidas proteccionistas para limitar las exportaciones de etanol de Estados Unidos terminan lastimando a sus propios ciudadanos”. De esta manera –continuaba Jennings–, “no tienen acceso a un biocarburante al menor costo y con una menor emisión de carbono del mundo”.

Más de un año después, la CE cerró dicha investigación afirmando que “ante la ausencia de probabilidad de reaparición de las exportaciones objeto de dumping procedentes del país afectado, no es necesario analizar la probabilidad de reaparición del perjuicio y el interés de la Unión”; como consecuencia, se derogaron las medidas impuestas a las importaciones desde Estados Unidos.

La declaración institucional al respecto de ePure fue una buena puntualización de otros conflictos: “La decisión se produce en un momento en que otros mercados claves de exportación desde Estados Unidos, como Brasil, China, Perú y Colombia, han introducido, o lo están considerando, medidas para protegerse de las exportaciones injustas. Esto aumenta el riesgo de que se desvíen hacia la UE”.

Brasil vs. EEUU – etanol
En 2017, Brasil impuso un arancel del 20% a los envíos de etanol de maíz desde Estados Unidos que excedían una cuota anual de 750 millones de litros, después de que el aumento de las importaciones desbordara el mercado brasileño y provocara la bajada de los precios. De algún modo, aunque con retraso, la medida era una respuesta a una medida de 2005, por la que se fijaba un arancel estadounidense a las importaciones de etanol de Brasil de 14 centavos de dólar por litro, lo que hacía las exportaciones directas a Estados Unidos prácticamente inviables.

La última información de este contencioso es de agosto pasado, cuando el presidente estadounidense Donald Trump amenazó con represalias comerciales si Brasil no reducía los aranceles de importación al etanol estadounidense. A cambio, desde el lado brasileño se ha comenzado a plantear el compromiso de atender la demanda del fin de las barreras a la importación, siempre y cuando Washington haga lo mismo con el azúcar brasileño exportado a Estados Unidos.

China vs. EEUU – etanol
En 2018, China comenzó a aplicar un arancel adicional del 15% a las importaciones de etanol de Estados Unidos, como parte de su respuesta a los aranceles de Washington a las importaciones de aluminio y acero. El gravamen anterior era del 30%.

Perú vs. EEUU – etanol
También en el año de 2018, la peruana Comisión de Dumping, Subsidios y Eliminación de Barreras Comerciales No Arancelarias (CDB), dependiente del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), dispuso la aplicación de derechos compensatorios definitivos a las importaciones de etanol procedente de Estados Unidos, por un período de cinco años. La decisión fue tomada –según se informó– luego de que se verificara la existencia de prácticas de subvenciones, a través de programas de ayuda por parte del gobierno estadounidense a las empresas que comercializaban etanol hacia Perú. Así, fueron impuestos derechos compensatorios a un promedio de 47,9 dólares por tonelada.

Colombia vs. EEUU – etanol
En mayo de este año, después de 15 meses de investigación, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia (MINCIT) resolvió imponer derechos compensatorios a la importación de etanol procedente de Estados Unidos por un periodo de dos años. Como en otros casos mencionados, la medida se justificó en la constatación de que el maíz con el que se elabora ese biocarburante recibe subsidios por parte del gobierno estadounidense.

UE vs. Argentina e Indonesia – biodiésel
En 2013, la Unión Europea impuso aranceles antidumping definitivos a la entrada de biodiésel argentino e indonesio, que en algunos casos triplicaban los establecidos meses antes. De este modo, se pasó de un derecho adicional del 10,9%, el más alto para las empresas exportadoras argentinas, y 9,6%, para las indonesias, a 24,6% y 18,9%, respectivamente. Las medidas antidumping definitivas se aplicaron por cinco años.

Según lo especificado oportunamente por analistas del sector, el mercado europeo representó durante el período 2011–2012 el 90% de las exportaciones argentinas de biodiésel, aunque en valores totales significó sólo entre el 10% y el 12% del consumo total de la UE. El porcentaje más importante se destinó a España.

Aunque en 2016 la Sala Novena del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) emitió un fallo por el que anuló la imposición de esos aranceles, estos no fueron eliminados totalmente hasta 2018. En febrero de 2019 el Diario Oficial de la Unión Europea publicó los nuevos aranceles antisubvención a la importación de biodiésel argentino, sin dar cuenta de los términos de un acuerdo entre Argentina y la UE, que plantea la entrada anual, sin aranceles, de 1,2 millones de toneladas a un precio confidencial. La European Biodiesel Board (EBB), entidad que había iniciado el procedimiento de denuncia ante la Comisión Europea, aplaudió la imposición de aranceles y el acuerdo. Desde APPA Biocarburantes, por su lado, se afirmó que esta decisión “unida a la eliminación total el pasado año de los derechos antidumping, nos deja muy descontentos con la actuación de la Comisión Europea, que parece que ha puesto más empeño en dar satisfacción a las demandas argentinas que en defender a la industria europea de biodiésel”.

EEUU vs. Argentina – biodiésel
En mayo de este año el Departamento de Comercio estadounidense (DOC, por sus siglas en inglés) publicó en el Boletín Oficial del país la decisión final de mantener la aplicación de derechos antisubsidios al biodiésel argentino vigentes desde principios de 2018, arancel fijado en un 72%. A esto debe sumarse el vigente 74% de aranceles antidumping, lo que prácticamente mantiene el cierre del mercado estadounidense para el biocombustible argentino, un volumen cifrado en1.200 millones de dólares antes de la existencia de estas restricciones.

Si bien en julio de 2019 se había publicado en otra comunicación de la misma agencia en el registro oficial de Estados Unidos que no correspondía la aplicación de los mencionados derechos antisubsidios al biodiésel argentino, esta nueva disposición se basa en que el Departamento de Comercio “continúa encontrando que no hay cambios suficientes en las circunstancias para garantizar cualquier revisión”.

Perú vs. Argentina – biodiésel
En 2016, el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) decidió aplicar derechos antidumping a la importación de biodiésel procedente de Argentina, “con el fin de equilibrar las condiciones de competencia en dicho mercado, dentro del país”. En 2018, Argentina interpuso ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) una queja contra Perú por la aplicación de los aranceles contra las exportaciones argentinas de biodiésel; la entidad internacional aún no ha dado a conocer su parecer al respecto.

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