La lancha, llamada “Red Star”, pertenece a la empresa de navegación Sturla Viajes, una compañía naviera familiar que desde hace más de 60 años opera en la zona del delta bonaerense. Con capacidad para 44 pasajeros, tiene una eslora de casi 20 metros y pesa 22 toneladas. La embarcación recorrió en 60 minutos los 30 kilómetros hasta Puerto Madero, en plena zona administrativa de la capital del país, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La carga de combustible, B5 en este caso, pues está cortada al 5%, fue de 40 litros de biodiésel para alimentar los dos motores de 270 kW cada uno.
Es la primera embarcación de transporte público fluvial en la Argentina que es propulsada con un corte de biodiésel proveniente de un residuo como el aceite vegetal usado. La única experiencia similar registrada hasta el momento en el país fue en 2007 cuando un barco langostinero partió del puerto patagónico de Comodoro Rivadavia impulsado por biodiésel producido con microalgas.
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