Australia, país en el que las renovables aportan hoy el 40% de la electricidad, avanza hacia su ambicioso objetivo nacional de alcanzar el 82 % de la generación con renovables en 2030. Energías Renovables viaja de nuevo a la gran nación insular para tomarle el pulso al autoconsumo australiano. Veamos cómo está la cosa por allí.
Lo primero que a uno se le viene a la mente cuando piensa en Australia son los canguros y los koalas -como la cara amable de un continente famoso por sus animales venenosos-. También es fácil visualizar la ópera de Sídney o pensar quizás en el surf, pero lo que no debe pasar por alto ningún buen observador es la estrecha relación entre la tecnología fotovoltaica y la gran nación insular.
Sucede que en este soleado e inmenso país fue donde vieron la luz por primera vez las células solares que tapizan el 90% de todos los módulos solares producidos hoy en día. Ya lo puedes decir la próxima vez que te pidan nombrar un invento australiano legendario, aunque ya volveremos a ese asunto más adelante.
Resulta que cuando Energías Renovables llegó a Australia a finales de noviembre de 2024 como parte de una delegación internacional de prensa para conocer los planes del Gobierno Australiano en materia de transición energética, acababa de producirse un hecho asombroso, al menos para un periodista que escribe sobre energía: Australia había roto la barrera de los cuatro millones de instalaciones solares en tejados en todo el país.
Autoconsumo: energía limpia y barata
Y es que según explica, Kane Thornton, el director ejecutivo del Clean Energy Council australiano, "la energía solar en los tejados se ha vuelto extraordinariamente popular en Australia". Los motivos de esta popularidad son bastante razonables, ya que según Thorntorn -que dirige una organización dedicada a proporcionar información independiente y fidedigna sobre el cambio climático y sus soluciones al público australiano-, los hogares australianos han ahorrado un promedio de “1.500 dólares al año por instalación".
El deseo de los australianos de tomar el control sobre sus recibos de la luz ha sido el principal impulso para el autoconsumo y los tejados solares en 2024, según explica el Clean Energy Council en su informe bianual sobre energía solar y almacenamiento en azoteas (julio-diciembre de 2024).
Los números del autoconsumo 2024 en Australia
En concreto, y según los datos del Clean Energy Council, los tejados solares australianos generaron un total de 30.178 GWh de electricidad en 2024. Esto representa el 12,4 % del suministro total de Australia y constituye un aumento con respecto al 11,2 % en 2023, además de que representa casi el doble con respecto al 6,5 % de 2020.
Solo en la segunda mitad del año se instalaron 159.011 sistemas solares en las azoteas de hogares y empresas, lo que elevó el total anual a 300.075, y permitió superar los cuatro millones de tejados solares en noviembre de 2024.
Baterías
El informe revela que la instalación de baterías en los hogares también aumentó, aunque solo un tercio (28,4%) de las instalaciones durante 2024 contaba con una batería doméstica. De los cuatro millones de hogares australianos con sistemas solares en los tejados, actualmente el 4,5% cuenta con una batería doméstica, lo que significa que 3,8 millones de australianos pierden la oportunidad de duplicar el ahorro en su factura energética.
Estos hallazgos han llevado al Clean Energy Council a demandar un plan de ayudas de, al menos, 6.500 dólares australianos por hogar para ayudar a que las baterías domésticas sean más accesibles.
Con Hristodoulidis, el responsable del área de energía distribuida del Green Energy Council, celebra que "más de cuatro millones de hogares y empresas australianas hayan adoptado la energía solar en sus tejados". El autoconsumo supone un ahorro medio de 1.500 dólares para una familia australiana en su factura anual, cifra que casi se duplica si se instala una batería".
Sin embargo, Hristodoulidis, subraya que "es evidente que el costo inicial de comprar una batería para el hogar, que promedia entre 12.000 y 15.000 dólares, es una barrera de entrada para muchas personas, y es por eso que necesitamos un programa nacional de reembolso de baterías”.
Por ello, la campaña "Es hora de respaldar las baterías" del Clean Energy Council muestra que un plan de ayudas de hasta 6.500 dólares por hogar para comprar baterías domésticas podría "reducir las facturas de energía" y "brindar flexibilidad a los propietarios de sistemas solares" para que decidan cuánto y cuándo se genera, además de cómo se utiliza y almacena su electricidad”, señala Hristodoulidis.
Australia quiere 36 GW de autoconsumo para 2030
Si Australia quiere alcanzar su objetivo nacional del 82 % de generación renovable para 2030 -con objetivos a nivel estatal que oscilan entre el 50 y el 100%-, probablemente necesitará multiplicar la cantidad de energía renovable instalada anualmente. Con apenas cinco años restantes para alcanzar esta ambiciosa meta, el país se ha propuesto impulsar el desarrollo y la implementación de tecnologías renovables para abandonar su, todavía, alta dependencia del carbón. La generación distribuida desempeñará un papel importante en la cruzada energética australiana.
Mientras en España el sector lucha por revitalizar el autoconsumo, con solo 1.431 MW nuevos en 2024 -frente a los 2,5 GW del boom de 2022- que elevan la potencia del autoconsumo español hasta los 8.585 MW o 8 gigas y medio, en Australia ya van por 25 gigas.
Pues bien, según el Integrated System Plan (ISP) -una suerte de Pniec elaborado por AEMO, que es el Operador del Mercado Energético Australiano y el encargado de impulsar y planificar el futuro energético de Australia-, y en lo tocante al autoconsumo fotovoltaico sobre los tejados, el operador nacional prevé que de los 25 GW actuales, se debe pasar a los 36 GW para 2030 -en España nos conformamos con los 19 GW del Pniec- y alcanzar los 86 GW para 2050.
Este ambicioso plan constituye una hoja de ruta para la transición del sistema eléctrico del Mercado Eléctrico Nacional, con un plan claro para la infraestructura esencial que satisfará las futuras necesidades energéticas del país que establece las inversiones necesarias en generación, almacenamiento y red para la transición a cero emisiones netas para 2050. En definitiva, servirá para asegurarse de que los australianos sigan teniendo acceso a energía segura y fiable para mantener las luces de Australia encendidas, a ser posible con renovables.
Australia: una historia de éxito para el autoconsumo
Según el análisis del Council on Energy, Environment and Water (CEEW) -una organización asiática dedicada a la investigación de políticas públicas relacionadas con los asuntos que afectan a los recursos naturales-, Australia es ampliamente considerada como uno de las principales casos de éxito en el ámbito del autoconsumo fotovoltaico.
Las intervenciones políticas tempranas fueron cruciales, pero el sector también se benefició de la abundancia de tierra, la caída de los precios de la energía solar fotovoltaica, la creciente electrificación de los servicios energéticos y, sobre todo, de las altas tarifas minoristas de electricidad, que siguen siendo el principal argumento a favor del autoconsumo en todo el mundo.
La trayectoria del autoconsumo australiano se podría resumir así: un auge inicial de 2010 a 2012, una breve desaceleración entre 2013 y 2016, y un aumento sostenido a partir de 2017 que culmina con cuatro millones de tejados solares y 25 GW de autoconsumo a finales de 2024.
Según los datos del CEEW, a finales de 2016, el repunte del autoconsumo en Australia fue impulsado por diversas razones. Algunas de ellas son "la caída de los costos de los módulos fotovoltaicos, el aumento de la madurez del mercado y los incentivos, e incluso un marketing agresivo por parte de los desarrolladores fotovoltaicos", pero también a eventos como "el apagón de Australia del Sur de 2016 y el cierre de la central eléctrica de Hazelwood en 2017", que aumentaron los precios mayoristas de la electricidad.
En 2017, y según CEEW, el despliegue de autoconsumos superó los 1,1 GW, batiendo el récord de 2012. Desde 2019, se han instalado al menos 2 GW anualmente, con años récord como 2023 (3,21 GW), 2021 (3,19 GW) y 2024 (3 GW). Los analistas asiáticos señalan que este crecimiento ha sido impulsado por el aumento del tamaño de los sistemas individuales, con una capacidad promedio que aumentó de 7 kW a 10 kW en cinco años. Si bien la mayoría de los sistemas siguen siendo de 5 kW a 10 kW, la proporción de sistemas de 10 kW a 15 kW ha aumentado del 9 por ciento al 39 por ciento, explican.
Margen de crecimiento
A pesar del impresionante crecimiento del sector de los tejados solares en Australia, que como se ha comentado ya supera los cuatro millones de instalaciones a día de hoy, el CEEW establece ciertos matices, ya que consideran que hay un importante margen de crecimiento.
El análisis del CEEW explica que aunque los hogares representan el 69 por ciento de las instalaciones de autoconsumo -siendo de empresas el resto-, ese porcentaje solo representa el 25 por ciento de todos los tejados solares que podría tener Australia. En otras palabras, Australia “solo” tiene una cuarta parte de todos los autoconsumos que tiene la capacidad de desplegar.
Por ello, “los hogares de bajos ingresos, los habitantes de apartamentos y la gente que vive de alquiler” son el siguiente objetivo, porque tienen más limitaciones que los habitantes de viviendas unifamiliares.
En este sentido, el Gobierno australiano ha diseñado un plan de ayudas que incluye incentivos, préstamos subsidiados para energía solar compartida en edificios y tejados, proyectos solares comunitarios y modelos de suscripción solar.
Por otro lado, los analistas de CEEW, advierten de que la alta penetración de autoconsumos “plantea riesgos para la estabilidad de la red, especialmente en las tardes, cuando la generación solar es alta y la demanda es baja, especialmente en estados como Australia del Sur”.
Esto provoca que haya aumentado “el poder de mercado de los generadores de gas”, por lo que para integrar mejor el autoconsumo en la red, los estados y el gobierno nacional están promoviendo varias estrategias que pasan por el incentivar el despliegue de baterías.
En concreto, el gobierno australiano ha asignado 200 millones de dólares para subsidiar el despliegue de baterías a nivel comunitario y también se están probando modelos de negocio para “plantas de energía virtuales”, donde los agregadores -las entidades que gestionan los recursos energéticos distribuidos- pagan a los consumidores por el control de sus instalaciones (incluidos tejados solares, baterías y cargas), que reciben una compensación por equilibrar la oferta y la demanda en la red.
Estas intervenciones y muchas otras son cruciales para maximizar las implementaciones de RTS y al mismo tiempo garantizar un suministro de electricidad confiable para todos los consumidores en Australia.
Australia: la cuna de la fotovoltaica moderna
Al principio del reportaje colocamos una referencia erudita sobre el origen australiano de la práctica totalidad de las células fotovoltaicas que componen los paneles solares desplegados por todo el mundo. Seguramente, el equipo del profesor Martin Green que inventó las células solares de silicio modernas allá por los años ochenta en la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW), no tenía idea de que estaban a punto de emprender un camino que, algún día, resultaría en un cambio radical en la generación y el consumo de energía a nivel mundial.
El profesor Green y sus colegas desarrollaron la primera célula solar "TOPCon" funcional en 1981, convirtiéndose en los primeros en demostrar la viabilidad de esta tecnología. En 1983, superaron al resto del mundo, incluyendo a la NASA y la Universidad de Stanford, que también competían por desarrollar la tecnología, al producir la célula solar de silicio más eficiente del mundo, las células con emisor pasivo trasero (PERC, por sus siglas en inglés). Green desarrolló las células PERC con su equipo para mejorar la calidad de la superficie superior y trasera de las células solares de silicio convencionales, una eficiencia que alcanzó el 20% en 1985 gracias al trabajo de Green.
La superficie mejorada de las células PERC permite una mayor generación de energía, es decir, una mayor eficiencia. ¿Y esto cómo funciona? Veamos. Cuando la luz solar, en forma de partículas llamadas fotones, entra en una célula, excita los electrones dentro del silicio. En este estado excitado, los electrones pueden desplazarse por la célula, creando corriente eléctrica. Pues bien, la superficie mejorada de las células PERC permite que los electrones mantengan este estado de excitación —o se muevan libremente— durante más tiempo, lo que se traduce en una mayor generación de energía, es decir, en una mayor eficiencia
Así, la tecnología PERC ha contribuido a aumentar la eficiencia de conversión de las células solares convencionales en más de un 50% en términos relativos, pasando del 16,5% a principios de los 80 al 25% a principios de los 2000. Ahora mismo, la tecnología PERC desarrollada en la UNSW está presente en el 90% de todos los módulos solares producidos hoy en día.
Medio siglo de investigación solar en la UNSW
Los pioneros de la energía solar de la UNSW Sydney, como Martin Green, celebraron el pasado mes de diciembre 50 años de investigación e innovación en el ámbito de la tecnología solar. Lejos de dedicarse a otros asuntos y cincuenta años después, el profesor Green sigue en las trincheras de la investigación fotovoltaica.
Green afirma que “la tecnología PERC impulsó el auge de la energía solar” pero eso fue solo el principio porque “aún hay un enorme margen de mejora, por ejemplo, mediante las células en tándem”, que tienen el potencial de aumentar “drásticamente” la producción energética.
El investigador señala que aunque “las células de silicio son muy eficaces para convertir los fotones rojos de la luz solar, no son tan eficientes para convertir los fotones azules, ya que desperdician mucha energía”, explica. Por eso, actualmente están trabajando sistemas que “apilan las células unas sobre otras”, algo que “permitiría convertir diferentes partes del espectro solar en electricidad”. En concreto, Green sostiene que esta innovación podría elevar la eficiencia de las células comerciales “a más del 40 %” en el futuro.
Lo que está claro es que el futuro es verde a la luz del sol. Ya puedes explicar por qué la próxima vez que te pidan nombrar un invento australiano legendario.
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