Podemos almacenar energía eléctrica en forma de carbón, fuel, gas, biomasa (la clave es construir un depósito, guardar en él la materia prima elegida y, cuando la necesitemos, quemarla y producir kilovatios hora), y también podemos almacenar electricidad en embalses o en tanques de sales térmicas. Guardamos el agua en un depósito y la dejamos caer por una turbina cuando lo estimemos conveniente (por ejemplo, turbinamos cuando más cara esté la electricidad en el mercado y más ganemos con ella), o "guardamos" el Sol en tanques de sales térmicas, como hace la tecnología termosolar, que calienta con el Sol del día las sales térmicas que almacena en sus tanques y libera por la noche ese calor para generar electricidad entonces. También podemos almacenar electricidad en baterías, pero las grandes, de momento, son muy caras.