La Asociación Empresarial Eólica (AEE) acaba de publicar su Anuario 2024, documento que detalla las luces y sombras (juzgue el lector) que hay en torno a la eólica española. Vayan por delante un par de titulares: (1) España ha instalado en 2023 casi 10 veces menos potencia eólica (apenas 607 megavatios) de la que es necesaria para cumplir con el objetivo fijado en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2030 (el sector debería estar instalando a razón de 5.200 megas año); y (2) aunque somos Top 1 del mundo en el desarrollo de prototipos de eólica marina flotante, aún no hay un solo parque eólico en aguas territoriales españolas debido a los retrasos que acumula la Administración en materia de regulación (y subastas) sobre eólica marina. Esas son las sombras. ¿Las luces?