Lo primero que me gustaría destacar es algo que ha quedado claro (que quedó claro) no más aprobados en 2019 los planes nacionales integrados de energía y clima, que fijan objetivos para 2030. Y lo que queda claro en ese momento es que el ritmo de instalación anual previsto para el quinquenio 2018-2022 (17,4 gigavatios año) no es suficiente para alcanzar los objetivos de la Unión Europea de descarbonización y energías renovables (20 GW/año). Es decir, que el marco regulatorio y político no era el adecuado para alcanzar los objetivos de la UE para 2030. Como se puede ver en la tabla, tras 5 años turbulentos entre Brexit, Covid y emergencia energética por la invasión de Ucrania por parte de Rusia, la previsión de potencia instalada total de WindEurope para toda Europa para 2022 pecó de ligeramente optimista: a finales del año pasado había 255 GW eólicos instalados frente a los 258 GW previstos en el escenario central elaborado en 2018, un error de sólo un -1,2%. Cerca de lo previsto, pero muy lejos de los objetivos de los planes nacionales integrados de energía y clima aprobados en 2019.
Aún más ajustado fue el error de la Asociación Empresarial Eólica (AEE) respecto al mercado español (-1,1%). De hecho, fuimos, de entre todas las asociaciones nacionales, la que más cerca se quedó de la realidad. Aunque hubiésemos preferido estar en la situación de la asociación finlandesa (que fue la que más falló por conservadora), ya que Finlandia en el periodo analizado es el país que acabó con más potencia eólica instalada, por encima de su previsión (+29,9%). En el otro extremo, Francia fue el país que acabó con menos potencia eólica instalada respecto a su previsión (-17%).
También es reseñable la polaridad del desarrollo de los mercados nacionales: los países de Centroeuropa (incluidos Alemania, Francia y Países Bajos) fueron excesivamente optimistas respecto a la evolución de su potencia instalada y los problemas de tramitación y aceptación social que pudieran tener; mientras que los nórdicos (excluida Dinamarca), junto con Reino Unido, Turquía y Grecia, fueron los que tuvieron las previsiones más conservadoras respecto a lo que acabó ocurriendo en sus mercados, y fueron capaces de acelerar considerablemente su despliegue de eólica.
Reino Unido merece una mención aparte, porque es el país que más firmemente ha apostado por la eólica marina (es el segundo país por potencia instalada a nivel mundial) y sus logros están por encima de lo previsto hace cinco años: en 2022 tenía catorce gigavatios de potencia eólica marina instalada (14 GW), frente a los 12,4 GW previstos en 2018 (un 13% más), lo cual es señal de que hasta en eólica marina es posible acelerar si se quiere.
Lo que está claro es que toda Europa hubiera estado mejor durante la actual crisis energética si se hubiesen cumplido las previsiones de 2018 de nueva potencia eólica para los países de Centroeuropa, ya que tendríamos 15,5 GW más de potencia eólica instalada, que hubieran generado más electricidad anualmente que todo el gas que cabe en los almacenamientos subterráneos de Países Bajos más Bélgica.
Previsión 2023-2027
En su nueva previsión quinquenal, WindEurope prevé que se instalen 129 GW adicionales (frente a los ochenta gigavatios previstos para 2018-2022) a un ritmo de 25,8 GW/año. Al igual que en la previsión anterior aquí analizada, WindEurope advierte que lo previsto no es suficiente, ya que, para cumplir con los objetivos de REPowerEU, habría que instalar 31 GW al año. Considerando que en 2022 se instalaron 19,1 GW, es necesario mucho impulso político y regulatorio para alcanzar las previsiones de WindEurope, y aún más para alcanzar los objetivos políticos de la Unión Europea.
En España hemos previsto que se instalen 7,2 GW hasta 2025 (de los 11,5 GW que actualmente tienen Declaración de Impacto Ambiental positiva) y otros 5 GW adicionales hasta 2027 (de los 36 GW que están en tramitación y que deberían terminarla en los próximos dos años). En total, 12,2 GW hasta 2027. Esperemos que esta vez nos equivoquemos en la previsión como los finlandeses, porque, aunque parezcan cifras ambiciosas, seguiríamos yendo por detrás, en más de 2,5 GW para 2027, respecto a los objetivos de eólica del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (y aún más si los objetivos de éste se revisan al alza).
Por Heikki Willstedt, director de Políticas Energéticas y Cambio Climático de la Asociación Empresarial Eólica, AEE