La doctora Mariella Rivas Álvarez, directora del equipo e investigadora de la UA y del Cicitem, ha explicado que “esta microalga no había sido trabajada antes con este fin, nosotros logramos crear un sistema de cultivo de un metro cúbico, modular y replicable, y con el cual reducimos el tiempo de cultivo a 25 días, produciendo entre dos a tres kilos de biomasa por cada ciclo”
La etapa de explotación industrial requerirá instalar y replicar el sistema modular de cultivo en una superficie de 10 hectáreas, muy posiblemente en el norte de Chile, donde existen grandes extensiones desérticas y con excelente niveles de radiación solar que favorecen el crecimiento de la microalga.
“Esta parte de la investigación culmina con la entrega del nuevo sistema de cultivo, el cual entrega las condiciones de producir biodiésel de segunda generación y de forma constante. Ahora viene la parte en que las empresas deben interesarse por esta forma limpia de producción”, dijo Rivas Álvarez, quien agregó que el costo de producción “si bien en un principio puede resultar más caro, los enormes beneficios se verán en el futuro”.
En Kentucky
Por su parte, el bioquímico Joseph Chappell, de la Universidad de Kentucky, acaba de recibir un subsidio del Departamento de Agricultura estadounidense por 985 mil de dólares (667 mil euros) para continuar con sus investigaciones para producir, también a partir del alga Botryococcus braunii, biocombustible y otros materiales de base petroquímica, como nylon, pinturas y plásticos.
El alga Botryococcus braunii tiene un compuesto de hidrocarburos esencialmente parecido al que contribuyó a la formación de los yacimientos de petróleo y carbón que se desarrollaron en la Tierra hace centenares de millones de años.
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