Ponemos unos paneles solares sobre el tejado de casa. Autoconsumimos la energía que producen. Si a nuestro "sistema solar", además de los paneles, le hemos añadido unas baterías, podremos cargarlas cuando no estemos en casa. Y si no tenemos baterías, pues (1) por la noche, cuando no luce el Sol, sacaremos de la red, como siempre hicimos, la electricidad que necesitamos; y (2) por el día, cuando no estemos en casa, la electricidad generada se irá a la red. Así opera, grosso modo, el autoconsumo, que no es sino una solución de ahorro. Ahorro de emisiones, pues lo que nos trae el Sol no hay que ir a buscarlo a una central de ciclo combinado (de esas que queman gas natural -metano- para generar electricidad); ahorro de energía, energía que si yo no generase tendría que comprarle a los señores de la luz (el autoconsumo es capaz de reducir en un 25, un 30, un 40%, más incluso, nuestra demanda de kilovatios hora; dependerá del tamaño de la instalación y de nuestro perfil de consumo); y ahorro de disgustos, porque los precios en el mercado eléctrico están como para no mirarlos. Hasta ahí, todo resulta muy evidente. Pero, ¿qué pasa con esa electricidad que durante el día, cuando no hay nadie en casa, vierte nuestro tejado solar?
Pues bien, para esa electricidad el Gobierno ideó la denominada compensación simplificada de excedentes, que consiste, grosso modo, en que tu comercializadora le pone un precio (diez céntimos por kilovatio hora, por ejemplo) a esa electricidad tuya excedentaria (la que no puedes acumular y por eso viertes), precio (cantidad de céntimos o euros) que tu comercializadora te restará a final de mes del total de tu factura (si ese mes has vertido 100 kilovatios hora, pues te restarían de la factura mil céntimos, o sea, diez euros).
Todo eso es así... hasta los cien kilovatios de potencia (100 kW).
Si la instalación es de más de 100 kW, y eso es algo muy frecuente en el sector industrial, o comercial, ya no cabe compensación simplificada. ¿Qué opción le queda entonces al autoconsumidor, a la empresa propietaria de la instalación; qué puede hacer con sus excedentes?
Pues venderlos, para lo cual debe darse de alta como productor. Si el excedente va a ser muy poco relevante, la empresa ni se preocupa de hacer el papeleo (que es considerable) que la autorizaría a vender sus excedentes. Pero, si esos excedentes sí son relevantes, el venderlos puede ayudarnos a amortizar más rápidamente la inversión que hicimos.
¿Qué está ocurriendo, sin embargo? Pues ahora veremos el qué.
Vayamos al ejemplo de la empresa que echa el cierre cada fin de semana, el ejemplo con el que abrimos esta pieza. Pongámosle ahora nombres y apellidos. El consejero de Cubierta Solar, Luis Navarro, contaba a Energías Renovables hace apenas unos días su caso concreto.
Luis Navarro: "solo los clientes de Cubierta Solar (y nosotros llevamos instalados unos sesenta megavatios de fotovoltaica)... pues estimo que más o menos estaremos perdiendo entre cincuenta y ochenta gigavatios hora al año porque nuestros clientes, industriales, no trabajan los fines de semana ni tampoco trabajan en verano. Todos esos gigavatios hora que podríamos producir y no producimos, debido a los dispositivos antivertido que tenemos que poner... Pues es una aberración. Estamos malgastando, estamos perdiendo toda esa energía"
Y la están perdiendo por las limitaciones propias de la red, que no en todos los nudos reúne los requisitos necesarios para aceptar esos excedentes... Al menos, según dicen las distribuidoras.
Así que muchas industrias que quieren verter sus excedentes de fines de semana, puentes y vacaciones, le han puesto un dispositivo antivertido a su instalación solar para "desconectarla" en todas las fiestas de guardar.
¿Perdedores?
Todos. Pierden las empresas, que tardan más en amortizar sus instalaciones de autoconsumo. Ahora mismo el plazo de amortización es muy corto (4, 5, 6, 7 años, depende del caso) y por eso sigue resultando tan atractivo el autoconsumo industrial, pero está claro que sería más atractivo aún si pudiesen verter y vender esos excedentes.
Pierde la ciudadanía, porque si las empresas ahorran costes en energía, esas empresas acaban ganando competitividad y, si ganan competitividad, pueden ajustar más los precios de sus productos, que acabamos comprando todos (APPA Renovables habla de una producción desperdiciada equivalente a 160 millones de euros).
Pierde el medio ambiente, porque kilovatio hora que no producen esas instalaciones solares (kWh limpio) es kilovatio hora que puede acabar saliendo de una central de ciclo combinado (ergo CO2) o de una nuclear (luego residuos de radioactividad milenaria). Y estamos hablando además de potencia distribuida y de bajísimo impacto ambiental, pues la inmensa mayoría de los autoconsumos son sobre cubierta, y los que no lo son, pues están en suelo industrial.
Pierde también el Gobierno, que tiene unos objetivos que cumplir (lograr que el 74% de la electricidad sea renovable en 2030, objetivo que se ha autoimpuesto en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima)... y objetivo que podría alcanzar antes si las redes fueran como es debido o el Gobierno fuese más exigente con el marco regulatorio.
Y también pierde el sector, que está instalando menos potencia en autoconsumos. Y está ejecutando menos obra por varios motivos, siempre asociados a lo técnico-regulatorio.
Resulta que las instalaciones de más de 100 kW que quieren vender sus excedentes (y todas las que se quieren conectar en Alta Tensión) tienen que pedirle "permiso" a la distribuidora para verter. Y las distribuidoras (1) tardan mucho en contestar (la queja es generalizada y afecta a todas las grandes, Endesa, Iberdrola, Naturgy...); y (2) pueden contestar diciéndole al autoconsumidor que su instalación sí tiene posibilidad de acceso y conexión a su red... pero que esa conexión está a tres kilómetros de donde se encuentra la instalación de autoconsumo, lo que deriva en una cierta inversión adicional que... rompe todos los números que el autoconsumidor tenía contemplados.
Así que muchas empresas se olvidan del "verter para vender" y deciden ir directamente al autoconsumo con dispositivo antivertido, porque saben que en las ventanillas de las distribuidoras la atención al cliente a veces... se demora, por decirlo finamente, y porque saben que además cuando llega la respuesta puede venir lastrada con un coste adicional. "La tramitación con excedentes no acogida a compensación [o sea, la tramitación del verter para vender] es larga y tediosa... Y dependes además de que haya capacidad en tu subestación... No es que no exista el marco legislativo. Es que hay un montón de trabas en la tramitación", contaba hace unos días a este periodista una experta del sector.
Otro empresario, con muchos años a la espalda en el negocio del autoconsumo, también se refería hace unos días a este asunto: "en mi equipo, cuando dimensionamos, tenemos una norma: menos de 15 kW, con compensación siempre. De 15 a 100 kW, si estoy en baja tensión, pedimos vertido. Pero de 15 a 100, si estoy en alta tensión en el punto de suministro, pedimos sin vertido, directamente, por esos sobrecostes, que suponen entre el 10 y el 15%. Y si nos vamos a más de 100 kW [ahí es obligado siempre pasar por la ventanilla de la distribuidora], pues ya hay que ir caso por caso si quieres sin vertido o si pides el punto de acceso y conexión".
El autoconsumidor pierde, en fin. Porque una instalación que (aparte de generar la electricidad que vas a autoconsumir instantáneamente) puede verter y vender sus excedentes se amortiza antes que una que tiene que echar el cerrojo cada fin de semana y en verano.
Y pierden también las ingenierías e instaladoras. Pierden también porque un potencial autoconsumidor que podría irse a los 140 kW por ejemplo, pues igual se queda en los 99 y se conforma con compensar (compensación simplificada) con tal de no pasar el via crucis.
Otro caso
El de un potencial autoconsumidor que va engancharse en alta tensión y quiere 70 kW de potencia. Si la instalación es de autoconsumo + vertido, la amortización será más corta. Si la instalación es de solo autoconsumo, la amortización será más larga o mucho más. ¿Problema? La decisión es de la distribuidora, que puede decir "sí se puede conectar usted, pero a tres kilómetros de aquí" (lo cual conlleva una inversión adicional por parte del autoconsumidor, y entonces ya los números no salen).
Así que el autoconsumidor igual se conforma con 50, ajusta mucho mucho la instalación (aunque nos quedemos cortos en algún caso) y colocamos el antivertido...
"Lo que no puede ser es que las distribuidoras eléctricas pongan trabas y trabas -trabas técnicas, trabas artificiales- para evitar que esto sea una realidad", nos decía el consejero de Cubierta Solar, Luis Navarro, hace solo unos días.
APPA Renovables es consciente de esas dificultades y está trabajando -han dicho durante la presentación del informe- en todos estos frentes. Pero, en todo caso, y para empezar, ha publicado este I Informe Anual del Autoconsumo Fotovoltaico, un estudio que repasa y actualiza los números clave del autoconsumo nacional, desde luego... pero en el que, además, ha querido destacar muy singularmente este problema en concreto, el de "las barreras al vertido de excedentes en instalaciones superiores a 100 kW y/o en alta tensión", barreras que APPA estima hacen que se desaproveche, como se dijo, "el 19% de la producción", casi uno de cada cinco kilovatios hora de los que podrían generar esas instalaciones de autoconsumo.
En fin, todo un ejercicio de anti-eficiencia por motivos... ¿técnicos, regulatorios, políticos?
El director general de la asociación, José María González Moya, que ha presentado el informe junto al presidente de la sección de Autoconsumo de APPA Renovables, Jon Macías, ha identificado las dos claves de la cuestión: las dificultades que tienen las redes en materia de capacidad (nudos saturados) y los "requisitos técnico-económicos" -ha dicho literalmente- que ponen las distribuidoras en alta tensión. Moya ha resumido las dos en una frase: “es necesario que las Administraciones Públicas realicen un esfuerzo de consolidación de la información existente sobre estas instalaciones, con el objeto de facilitar la labor técnica de los gestores de red”.
La Asociación también está trabajando por lograr que la compensación simplificada no esté limitada "hasta los 100 kilovatios".
Según Macías, "no hay ningún soporte técnico que diga que con 100 se puede y con 200 no. Lo que proponemos desde APPA es que se establezca el límite en función de la potencia contratada. Si tienes un megavatio de potencia contratada, pues que el límite suba hasta el mega. Vamos, que el límite lo fije tu contrato de potencia. Eso es más sensato, porque si yo tengo contratado un megavatio es que la red es capaz de absorber un megavatio. Yo no puedo contratar lo que yo quiera, porque la red es la que es. La vara de medir, que sea bidireccional. Si hay instalaciones preparadas para soportar un megavatio, por qué no voy a poder verter el megavatio el sábado y el domingo, que tengo la fábrica parada".
APPA está trabajando en todo ello con la Administración y, en el plazo de seis meses -ha avanzado Moya-, puede haber nuevo real decreto sobre el particular. Habrá que ver cuánta prisa se da el Gobierno, en año electoral.
La Asociación de Empresas de Energías Renovables ha analizado más de 1.000 instalaciones distribuidas por toda la geografía española. De ese análisis ha concluido que,
«en la actualidad, se desaprovecha cerca del 19% del potencial de generación de las instalaciones. Esto se produce, principalmente, por las barreras regulatorias y técnicas que impiden el vertido de excedentes en las instalaciones con potencia superior a 100 kW y/o con suministros en alta tensión. 1.067 GWh desaprovechados, equivalentes al 0,4% de la demanda eléctrica, y que, según precios de mercado y considerando el coeficiente de apuntamiento de la solar fotovoltaica, tienen un valor equivalente a 160 millones de euros. Una generación renovable, limpia, distribuida y disponible sin más inversiones, que estamos desaprovechando»