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Guía práctica ASIT-IDAE para la rehabilitación de instalaciones solares térmicas

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La incorporación de la contribución mínima de energía solar térmica, primero en ordenanzas municipales y posteriormente por el Código Técnico de la Edificación (CTE), han sido medidas pioneras a nivel mundial. Sin embargo, no han dado el resultado previsto: una parte de las instalaciones hechas hasta ahora no opera correctamente y algunas están incluso paradas. La Guía Práctica para la Rehabilitación de Instalaciones Solares Térmicas, de ASIT y el IDAE,  busca dar solución  a este problema y lograr que la solar térmica brille tanto como merece.
Guía práctica ASIT-IDAE para la rehabilitación de instalaciones solares térmicas

Desde la Asociación Solar de la Industria Térnica, ASIT, explican que el hecho de que algunas instalaciones no operen como deberían y otras estén paradas tiene varias explicaciones. Una de ellas, afirman, es el rápido crecimiento de un sector no completamente maduro; otra, el cambio del comprador de instalaciones, que pasa a ser el promotor del edificio en lugar del usuario final; una tercera, el escaso control ejercido en las diversas actuaciones relacionadas con la instalación, desde su diseño, proyecto y montaje, hasta su uso y mantenimiento.

Sin embargo, también existe un gran número de instalaciones que funcionan perfectamente, incluso con prestaciones superiores a las previstas. “La implantación de la tecnología solar térmica ha alcanzado en el transcurso de estos años un alto nivel de madurez, demostrando sus posibilidades a la hora de satisfacer la demanda de Agua Caliente Sanitaria (ACS) de los edificios, que no resulta coherente con la deteriorada imagen actual”, señala Pascual Polo, director general de ASIT. 

“Aunque originalmente la Sección HE4 del CTE incorporaba detalladas prescripciones técnicas que pretendían eliminar cualquier incertidumbre a tener en cuenta a la hora de diseñar, dimensionar, ejecutar y mantener las instalaciones solares térmicas, en la práctica no se han cumplido las previsiones”, añade. “Con el paso del tiempo, las prescripciones del CTE-HE4 se han ido trasladando al Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios (RITE) o bien a documentos reconocidos específicos”.

Más de 40 años de experiencia
La Guía ASIT de la energía solar térmica de 2010, actualizada y reconvertida en la Guía Técnica de la Energía Solar Térmica (GTEST) en abril de 2020 a iniciativa del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), está incluida en el registro de documentos reconocidos del RITE y recoge la experiencia adquirida en instalaciones solares térmicas en España desde hace más de 40 años, por lo que supone un documento de gran valor y referencia técnica para el sector, ayudando a solventar problemas. 

En este sentido, Pascual Polo afirma que “existe un evidente interés por parte de todos los agentes implicados, fundamentalmente desde la administración y el sector empresarial, por corregir la situación y poner en perfectas condiciones de funcionamiento todo el parque de instalaciones existente”. Por otro lado, continua, “los propios usuarios estarían más interesados en rehabilitarlas si tuvieran la certeza de que las prestaciones de las instalaciones solares van a ser las previstas”.

Polo afirma que os problemas técnicos y sus soluciones, en la mayoría de los casos, son simples y de fácil ejecución si se conocen las causas y las necesarias actuaciones para corregirlas. De acuerdo con el directivo de ASIT,  si bien para revisar el grado de adecuación de los proyectos y verificar el correcto dimensionado, diseño, selección de equipos y materiales, etc. la mejor referencia documental es la actual GTEST, “dicha guía no resulta la herramienta más adecuada para revisar el estado real de una instalación existente, aunque si lo sea para valorar si la instalación cumple correctamente lo requerido en las distintas fases del proyecto”.

Aquí es donde entra en juego la Guía Práctica para la Rehabilitación de Instalaciones Solares Térmicas. Un documento específico dirigido a los profesionales del sector que les permite, de forma sistemática, identificar los posibles defectos, formular las alternativas de solución y definir las posibles mejoras a implementar sobre el diseño original.

Procedimiento simplificado
La guía ofrece, en primer lugar, un procedimiento simplificado que facilita la supervisión del proyecto a nivel documental, así como la revisión de la ejecución de la instalación, como paso previo para plantear y acometer su rehabilitación. Por otro lado, para garantizar el buen funcionamiento en el tiempo de la instalación rehabilitada, indica cuál debe ser el procedimiento de vigilancia y de mantenimiento para asegurar su efectividad a largo plazo.

“Un problema complementario a resolver es que, con la actual situación de desconfianza en el sector, ni los usuarios ni las posibles empresas suministradoras de soluciones (ingenierías, instaladores, etc.) están muy interesadas en acometer las rehabilitaciones”, afirma el director general de ASIT. “Nos encontramos, de una parte, con que el usuario ha perdido la confianza en la tecnología, pero también nos encontramos en ocasiones con empresas que perciben que estas instalaciones les van a generar problemas que otras tecnologías no les dan”. Sin embargo, acometer la rehabilitación de estas instalaciones resulta del todo oportuno; entre otras razones, por el ahorro económico que se va a conseguir una vez que la instalación esté operando correctamente. 

El proceso de rehabilitación
La guía identifica los diferentes intervinientes que pueden actuar en el proceso de rehabilitación de las instalaciones solares térmicas, tanto a la hora de promoverlas como de ejecutarlas. Los promotores, además del propio usuario de la instalación, pueden ser también empresas y entidades, tanto de los sectores privados como públicos. Respectos a los responsables de ejecutar las actividades de rehabilitación, en general se trata de  ESEs, empresas instaladoras/mantenedoras, o incluso empresas de ingeniería que ofrecen sus servicios en este sector específico o conjuntamente con otras tecnologías.

La guía hace especial referencia y describe con detalle las características que debe tener el técnico especialista que ejecute directamente los trabajos, los requisitos que debe cumplir, así como los recursos y medios de los que debe disponer. También analiza la metodología a emplear en el proceso completo de la rehabilitación,  de forma que se puedan conocer los datos fundamentales de las instalaciones para poder realizar su evaluación e implantar las medidas correctoras en caso de que sean necesarias. 

Toda esta metodología va recogida en tres capítulos diferenciados. El primero de ellos se centra en la recopilación de la  información previa, la documentación y la visita a la instalación. El segundo se ocupa de la revisión de la instalación, incluidos el proyecto, su ejecución, funcionamiento y mantenimiento. El tercero plantea las propuestas de actuación. Para registrar de forma ordenada toda la información que se debe utilizar, la guía incluye varias listas de chequeo que facilitan el trabajo.

Criterios a cumplir
Aunque todos los datos que se incluyen en la Memoria de Diseño de la GTEST son necesarios, esta nueva guía ayuda a simplificar el procedimiento de trabajo, atendiendo a la experiencia disponible en el sector y a la necesidad de establecer un método más sencillo, organizando los requisitos a cumplir conforme a los siguientes criterios:

  • Requisitos esenciales de seguridad: fundamentales para que la instalación no pueda causar daños al edificio o a terceros, ni por su propio funcionamiento ni durante las actividades de mantenimiento o reparación. Pueden ser estructurales, hidráulicos, eléctricos, seguridad en el acceso a los diferentes elementos, etc.
  • Requisitos esenciales de fiabilidad: imprescindibles para que la instalación funcione y aproveche al máximo la radiación solar disponible. Contribuyen a dicha  fiabilidad la estanqueidad de los diferentes circuitos, la correcta circulación de fluidos, el sistema de expansión, el sistema de medida y el sistema eléctrico y de control.
  • Requisitos de eficiencia: necesarios para que la instalación tenga un buen rendimiento. Esto conlleva poder medir el suministro de energía solar a consumo para poder determinar el rendimiento de la instalación solar.
  • Requisitos de durabilidad, para que la instalación tenga una larga vida útil. 
  • Mejoras complementarias: sin ser esenciales, pueden mejorar cualquiera de los objetivos de la rehabilitación y su posterior seguimiento de funcionamiento.

Revisión de la instalación
Este proceso –se explica en la guía– debe incluir la información necesaria acerca del estado de la instalación y se debería comprobar si lo proyectado corresponde con lo realmente ejecutado o si hubo modificaciones posteriores. También deben verificarán el resto de cuestiones que puedan afectar a su funcionamiento y mantenimiento.

Como resultado de estas actuaciones se dispondrá de un informe técnico final cuyo objetivo es, por un lado, recopilar toda la información existente acerca del estado actual de la instalaciónasí como los problemas detectados y por otro, plantear las medidas correctoras a implantar, diferenciando las que sean imprescindibles y sin las cuales la instalación no puede funcionar, y las opcionales de mejora que se consideran recomendables.

Informe final
El informe final de la rehabilitación debe presentar los resultados obtenidos de las actividades desarrolladas, que se pueden agrupar de la siguiente forma:

  1. Antecedentes para conocer información previa de la instalación y el uso que haya tenido.
  2. Resultados de la revisión y comprobación de la documentación técnica existente (proyecto, memoria, manuales, planos, etc.).
  3. Resultados de la visita técnica, comprobación de los datos de proyecto, revisión de la correcta ejecución, información de las condiciones de funcionamiento.
  4. Disponibilidad y cumplimiento de programas de vigilancia y mantenimiento.
  5. Información relativa al edificio y a las instalaciones térmicas o eléctricas complementarias que puedan afectar en la rehabilitación de la instalación.
  6. Propuestas encaminadas a la adecuación a la normativa vigente en la actualidad, aunque no fuera de aplicación en el momento de su diseño.

Ejemplos y casos prácticos
La guía práctica de rehabilitación de ASIT y el IDAE ofrece, además, un conjunto de ejemplos y casos prácticos, tanto de deficiencias detectadas en instalaciones que requieren rehabilitación como de soluciones técnicas adoptadas. También han permitido a sus autores incluir algunas observaciones relacionadas con los consumos de agua caliente sanitaria en los edificios y viviendas particulares. Son las siguientes:

• La realidad contrastada en la práctica es que el consumo de ACS nunca es constante y, analizando la variabilidad de los consumos diarios de varias viviendas, se comprende que todas las instalaciones solares tienen que estar preparadas tanto para no tener consumo como para tener consumos muy elevados. Por tanto, aunque la instalación solar térmica se dimensione para un consumo constante y continuo, siempre debe estar diseñada para las condiciones extremas con las que se pueda encontrar.

• Durante todo el periodo de vida de una instalación solar térmica, que puede ser superior a 40 años, el número de personas, sus hábitos y, por tanto, los consumos de ACS pueden ser muy variables. Por ejemplo, una vivienda que empieza con dos personas (100 l/día) puede llegar a tener hasta 6 (300 l/día) y luego volver a descender en estos 40 años. La conclusión de ASIT es que, como criterio general, no es lógico modificar el tamaño de la instalación solar con el paso del tiempo. Lo mejor es establecer un consumo adecuado que responda a la situación más favorable a largo plazo. “De todas formas, el usuario bien asesorado aprende a utilizar bien y sacar el máximo aprovechamiento posible de la instalación solar en cualquiera de las situaciones”, añade Polo.

• En el caso de las instalaciones centralizadas, aunque los perfiles de consumo difieran entre las viviendas, el consumo centralizado raramente es nulo, lo que hace que el aprovechamiento de las instalaciones centralizadas sea mejor que la equivalente de las instalaciones individuales. Aunque haya viviendas desocupadas, el aporte de energía solar no se desaprovecha sino que es utilizado por el resto de viviendas. En una vivienda unifamiliar, sin embargo, la desocupación de la misma supondría el desaprovechamiento de la energía generada por la instalación solar.

• En el caso de instalaciones centralizadas que requieran rehabilitación, si no se tiene un adecuado asesoramiento, la comunidad de propietarios puede llegar a decidir que la mejor solución es desmantelarla y que cada vivienda disponga de su propio sistema de ACS para no tener ningún gasto colectivo. Sin embargo, la solución más adecuada suele ser rehabilitarla y ponerla en funcionamiento manteniendo la configuración centralizada tanto para la instalación solar como para la auxiliar. No obstante, si el usuario optara por disponer de una producción de ACS individual, ésta es compatible con una producción centralizada de energía solar que podría abastecer a la misma a través de un circuito de distribución.

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