Los expertos de BNEF explican que el fosfato de litio y hierro (LFP) es el producto químico preferido para las baterías de red, y la mayor parte de este compuesto procede de China. Por tanto, advierten, la guerra comercial iniciada por el presidente Trump con aranceles adicionales sobre las importaciones chinas va a afectar de lleno a los precios de las baterías.
“Aproximadamente, el 85% de todos los materiales de las baterías fabricadas en EEUU son importados”, recuerdan, y “esto no se puede sustituir de la noche a la mañana”. BNEF calcula que este año de 2025 tendrán que importar prácticamente todos los separadores, el 83% de los cátodos y el 67% de los ánodos de las baterías para satisfacer la demanda local. Y esto, añaden “no hará más que subir los precios de las baterías en Estados Unidos a corto plazo”.
Estiman, en concreto, que los aranceles adicionales del 145% impuestos por Trump a las importaciones chinas se van a traducir en un aumento de al menos el 17,5% en los precios de las baterías de almacenamiento para 2026, más allá del aumento de costes que se habría producido como resultado de las decisiones arancelarias del ex presidente Joe Biden. En mayo de 2024, la aministración Biden decidió aumentar los aranceles que aplica EEUU a algunos productos chinos desde el 25% hasta el 100%, caso de los vehículos eléctricos.