"Para conseguir esas tensiones -explica la CNMC-, tenemos que transformar la tensión a la que la electricidad ha sido generada y cuando hemos llegado a los puntos de consumo volvemos a transformar la tensión hasta los niveles comerciales (entre 132.000 V y 12.500 V para las empresas, y 230 V para los usuarios domésticos y las pequeñas y medianas empresas, pymes)". También se pierde energía en esos procesos de transformación de la tensión. Finalmente, se producen asimismo pérdidas por los errores en las propias medidas. Los kilovatios hora que se pierden los pagan tanto a los consumidores acogidos al PVPC (precio voluntario para el pequeño consumidor), como los consumidores que contratan su suministro en el mercado libre. Y es que la regulación establece que al consumo medido por el contador se le añada un 15%, aproximadamente, de pérdidas.
A los consumidores en mercado libre se les cobra porque su comercializador ha de comprar en el mercado la electricidad que marque el contador más las pérdidas que le correspondan, según el tipo de consumidor de que se trate (hemos visto que existen más perdidas cuanto más transformemos la tensión, por eso, los consumidores de alta tensión soportan menos pérdidas que los de baja tensión, es decir los domésticos y las pymes) y no es aventurado -dice la CNMC- suponer que las empresas comercializadoras repercutan en sus precios de venta estas mayores compras que tienen que hacer en el mercado mayorista.
¿Cómo funciona el sistema eléctrico? Según Red Eléctrica de España