En este número especial se recopilan y analizan trabajos de más de 80 investigadores procedentes de 55 centros de investigación marina de todo el mundo, todos ellos dedicados al estudio del cambio climático a través de información de satélites. “Nueve de los 10 años más cálidos en los registros de temperatura global de los últimos 130 años se han observado desde el año 2000”, explica García–Soto.
“Las consecuencias de este calentamiento son numerosas. A nivel global, está cambiando el ciclo hidrológico y los patrones de precipitación. En los océanos los arrecifes de coral se están blanqueando, muchas especies de interés pesquero se están desplazando hacia latitudes más altas, se está derritiendo el hielo de las regiones polares y elevando el nivel del mar. Las consecuencias sobre el continente son también diversas e incluyen disminución de la biodiversidad, olas de calor más frecuentes y extremas, y mayores sequías y por lo tanto incendios, como hemos visto este mismo verano”, añade el científico.
El Instituto Español de Oceanografía (IEO), es un organismo público de investigación (OPI), dependiente de la Secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación del Ministerio de Economía y Competitividad, dedicado a la investigación en ciencias del mar, especialmente en lo relacionado con el conocimiento científico de los océanos, la sostenibilidad de los recursos pesqueros y el medio ambiente marino.
El IEO representa a España en la mayoría de los foros científicos y tecnológicos internacionales relacionados con el mar y sus recursos. Cuenta con nueve centros oceanográficos costeros, cinco plantas de experimentación de cultivos marinos, 12 estaciones mareográficas, una estación receptora de imágenes de satélites y una flota compuesta por siete buques oceanográficos, entre los que destaca el Cornide de Saavedra, el Ramón Margalef y el Ángeles Alvariño.
El Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y, en particular, el Programa Operativo de I+D+i por y para el Servicio de las Empresas (Fondo Tecnológico), participa en la cofinanciación de los buques Ramón Margalef y Ángeles Alvariño, así como en el Vehículo de Observación Remota (ROV) Liropus 2000.
(En la imagen de la NASA puede verse la extensión del hielo marino en el Ártico el 16 de septiembre de 2012, en comparación con la extensión media de los últimos 30 años, que se ve en la línea amarilla).